
Hoy he comido en Bacus, con Rosa y Javier fuimos un tiempo los tres mosqueteros, que como todo el mundo sabe en realidad eran 4.
Si tengo que hablar de Bacus, tengo que hablar de Montse, un día antes de partir hacia Senegal me invitó a comer en Bacus y me dió un regalo que me hizo feliz. Una gorra de visera, de color gris, de Disney, con el tigre de los dibujos animados y una T. La recuerdo con cariño, a Montse. Tengo pendiente comer con ella, y lo sabe pero como viene Navidad me da largas.
Están Rosa y Javier montando una pequeña comida prenavideña con unos pocos excompañeros de trabajo, van 91 apuntados. ¿Que si me animó a ir? Ni loco. No iba cuando me lo pagaban y era casi mandatorio, voy a ir ahora. Pero reconozco que hay gente a la que me encantaría saludar.
Dolors ha preguntado ¿Cuantos van apuntados? Y yo me he apresurado a contestar "Contigo, 91... será mejor que acudáis todos o va a sobrar comida para hacer croquetas hasta el fin de los días"
Esteve y Felipe han respondido en privado. Ya estoy cerrando agenda con Esteve para comer. Con Felipe no hace falta, ya quedamos hace tiempo para cenar en Navidad, y espero y deseo que nos veamos antes.
Lo de hacer croquetas y hamburguesas me lleva a los comentarios de mesa de que hacía mi padre. Siendo niño me preguntaban que quería para comer, mi respuesta era la de un niño, albóndigas, hamburguesa, macarrones, croquetas... Y mi padre decía "Para el niño un bistec". Cuando se había ido el camarero me comentaba "Hijo, en casa somos católicos, pero no creemos en la resurrección de la carne". Años tardé en desentrañar el misterio de esas palabras. Estando de viaje por Austria estuve 4 días comiendo el mismo filete en sus diversas formas o vidas... plancha, empanado, guisado,... No tengo las pruebas y no puedo acusar al albergue, pero estoy convencido de que me sirvieron siempre el mismo bistec, el mismo trozo de carne con guisantes o patatas con mantequilla de guarnición. Estaba tan duro que antes me hubiera comido el cuchillo que la carne, y cual mito del eterno retorno, al día siguiente volvía a mi plato a la hora de comer. Me lo traje de recuerdo y hoy en día lo uso de pisapapeles.
No es Bacus un restaurante donde pueda ocurrir algo así. En principio, apunta objetivos más elevados. Bacus es un restaurante modesto que se anuncia como Casa de Comidas. No es de los caros, pero no es barato.
De decoración agradable, un gran bodegón de estilo clásico atraía mis miradas. Servicio diligente, cocina con una manufactura correcta. He comido un menú, croquetas de jamón con ensalada, y un trozo de bacalao bien desalado en una vizcaina. De postre un helado de chocolate y café. Agua Solán de Cabras, vino de mesa con el menú, un rioja cosechero que no era venenoso.
Félix, a los vinos del menú los llama "Viña Beirut" por lo apacibles que resultan.
En total un poco más de 20 euros por servicio. No es lo más barato del planeta, pero está moderado.
Me quedan por hacer doa anotaciones, ya es la segunda vez en menos de una semana que me buscan para ágapes con mega grupos, el otro es de la peña con la que hice la EGB y que hace 30 años, 30 que no veo. Cuanto daño ha hecho el Facebook, y eso que no tengo "perfil", es lo que ocurre si vives en un mundo en el que con dos dimensiones tienes suficiente, que no tienes perfil.
Esteve me ha comentado que lee este blog, fantástico, pero y Esteve ¿Cómo sabía que era mío? Bueno, ya me lo dirá si quiere... y si no, un poco de misterio en la vida es alegre, como el aire nuevo.
Bacus, Viladomat, 289, teléfono: 934 195 228