
Siempre he tenido jefes, es lo que tiene trabajar en corporaciones y no por cuenta propia. Uno de los más "curiosos" y que más me duró en el tiempo era, supongo que aún es, del Opus Dei. Pero de los que tienen hechos votos.
Supongo que los 7 años que fue jefe mío darían para un blog entero, pero solo le recordaré en este post.
Llegó un compañero nuevo, Pepe, una buena persona en el buen sentido de la palabra bueno. Comiendo Pepe y yo conversábamos animadamente sobre que nos gusta más el vino que la cerveza, pero nos da pena empezar una botella de algo decente para consumir solo una copa, por lo que debemos esperar a tener invitados. Mientras, en nuestras respectivas casas, para autoconsumo tomamos agua o cerveza. El jefe comenta, "Pues en casa, cada mes, consumimos unos 600 litros de vino". Pepe, sin inmutarse, n ecortando su bistec con total naturalidad, pregunta "¿Cuántos sois de familia?" Cómo si tener 3 hijos adolescentes justificase el dispendio etílico.
Mi risa aún retumba en las paredes del ya extinto Didac. "No, Pepe. Es del Opus y vive en una residencia con 60 señores más, un precioso ático en la Plaza Lesseps de Barcelona". Un día me invitó a comer ahí... rodeado de sotanas. Un arroz a la cubana servido por las mujeres de la obra, para que luego se diga que no tengo mundo.
Comer con mi jefe y clientes era un festival. Siempre me decía que yo eligiese el vino, por que sabía mi buen criterio de buscar una buena relación calidad precio. Como ya sabía que era un prorioja en aquella época acaba pidiendo Remelluri, Muga o Luis Cañas.
El cliente tomaba una copa, yo otra copa, y él arrasaba con lo demás. Pero lo que más rabia le daba, y a mi más me divertía, era dejar mi copa medio llena, para evitar que la rellenase el camarero. No apuraba nunca, y después del café me montaba una bronca "Es que siempre pides un vino caro, y luego te dejas la mitad", y también apuraba mi copa.
Su restaurante favorito, uno de ellos: el Moncho's Barcelona, en aquella época una especie de rodicio. Ahora sigue siendo un bufete, lo que los ingleses denominan "all you can eat". Mi jefe es que veia la bandeja de las gambas cocidas y arrasaba. Parecía un Carpanta de posguerra. Moncho's está bien si vas con un grupo numeroso, tienen reservados y puedes estar más o menos a gusto. Además no hay que preocuparse por la carta, los platos se extienden ante ti en un interminable bufete.
Moncho's Barcelona está en Travessera de Gràcia, 44. Teléfono, 934146622. A mi no me gusta, pero es que a mi no me gustan los bufete, acabo cogiendo comida que no consumo.
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