martes, 31 de marzo de 2009

Casa Jacinto

Bueno, son las 2 de la tarde, y parece que un problema irresoluble se ha encarrilado. Esta mañana abandoné una presentación interesante para acudir a una cita previamente marcada en la agenda. Durante la presentación han introducido términos deliciosos, neologismos relacionados con la tecnología de la información. La palabra que me ha gustado "Infoxicación", me gusta por que cumple las normas de Lewis Carroll para crear palabras maletín, como mi famoso "hambriolento". "Infoxicación" es el síndrome que padece el pobre usuario de Google, cómo tú, que quiere ir a cenar al restaurante "Casa Jacinto", abre google y escribe "casa jacinto Barcelona" y le aparecen aproximádamente 631.000 resultados. Aproximádamente, ponte a contarlos. Y claro, el pobre usuario, si verdaderamente quería conocer una opinión del restaurante, le caben 2 opciones, fiarse de los criterios comerciales de Google y ver las reseñas de la primera página, o exigirse un poco más a uno mismo, y hacerse una tortilla a la francesa con pan con tomate, cena socorrida allí dónde las haya, y cenar en casa, eso sí; ya que no vivirás el tiempo suficiente para leer todo lo que está publicado bajo ese epígrafe en internet. Entre tanta referencia,también es mala suerte que hayas venido a parar a mi blog, que en vez de una crítica a lo Néstor Luján te encuentras un esquiador derrapando sobre su verbo. Lo siento, haz clic en la siguiente referencia de google, que será aún peor. Me atrevo a pronosticar que la siguiente referencia de Google es una animación dónde un cuerpo con cara de Britney Spears se está ventilando a un tal Jacinto en su casa de Barcelona. Y eso sobre un tema trivial, imagínate si buscas información sobre una enfermedad seria, o simplemente eres padre novato, el niño está graduándose en la universidad y tu sigues viendo fotos de embriones. Antes esto no pasaba, mirabas en la Espasa de casa, y los tres libros y revistas de referencia (el TP, la guía del ocio y el Comarques) y si estaba lo que buscabas, pues bien, si no, a la aventura. Dicen que el saber no ocupa lugar, ocupa tiempo, que es un bien más escaso. Así que habiendo abandonado estas reflexiones, y otras... Acudí a mi cita para encarrilar un problema irresoluble. ¿Eso cómo se hace? Mi profesor de matemáticas, en segundo de BUP ya me dio la clave, no me canso de repetirlo. Plantear los problemas ayuda a resolverlos, acometerlos por etapas, obtener resultados parciales. Esa es la clave del éxito. Contento como estoy por haber descubierto el fuego, yo y el cliente acudimos a Casa Jacinto a darnos un merecido homenaje, y es que Can Fusté que nos queda igual de cerca lo tenemos muy visto, son las 2 de la tarde, tenemos apetito, apretamos el paso. Lo primero que me ha llamado la atención, la sala de no fumadores estaba casi vacía, solo dos mesas ocupadas. La sala de fumadores estaba a reventar, solo dos mesas vacías, cuando nos hemos sentado nosotros, quedó una. Ambas salas son del mismo tamaño. No quiero sacar conclusiones absurdas, como que los no fumadores van menos a restaurantes, pero los que fumamos no ganamos para vicios, eso está claro. Unos entrantes a compartir, muy correctos, pero no hemos pedido nada sofisticado, un salteado de ajetes y setas y unos buñuelos. De segundo, A. se ha pedido un solomillo de buey, yo un bacalao con romesco, y de postre coca de Llavaneras con el café. Todo regado con vino de la casa, un Loriñón correcto. De caro, hombre, pues no es un menú, la broma sube. Pero se come bien, la relación calidad precio es mejorable como casi todo en la vida. Quizá Can Fusté es un poco más provocador en sus propuestas y Casa Jacinto más tradicional. Siempre que uso el adjetivo "correcto" me recuerdo de Carlitos, con quien comí por primera vez en la Casa Jacinto. Cuando hacía burla de mi jefe, ver post "El Xalet de Montjuic" usaba esa muletilla que a mi tanto me sacaba de mis casillas. "Corrrrrrecto". Dicen que Casa Jacinto es uno de los restaurante dónde come el Rey cuando está en Barcelona, lo he oido también de Ca l'Isidre y de la Puda. Yo solo me lo he tropezado, y nunca mejor dicho, en la Casa Gaig, el de los postres Danone, pero no en la calle Aragó, sino hace tiempo en el P. Maragall. Otro que casi me caigo fue a P. Maragall, siendo honorable, en la Puda Can Manel, y es que uno entra en los sitios con paso decidido y los escoltas casi me hacen la trabanqueta. Casa Jacinto, en Gran Via Carles III, 29. Teléfono 933390023. No es cuestión de atravesar Barcelona para ir a comer a Casa Jacinto, pero si estás por la zona y te apetece comer bien sentado, entiéndase, con sobremesa, es un buen lugar. http://www.casajacinto.com

lunes, 30 de marzo de 2009

Restaurante Barceloneta

Del l'Olivé al buque insignia del grupo, en mi opinión, el Barceloneta. En un tiempo lo frecuenté bastante, 2 o 3 veces al mes, luego lo cambié por la Puda, Can Manel. La última vez que comí en el Barceloneta me arrastró el glamour, habían quedado los JC's con Maikel, y me habían extendido la invitación. No recuerdo el día exacto pero hacía calor de principios de julio. El ambiente invitaba a terraza, Maikel estaba apunto de casarse, así que era de conversación un poco monotema... Los JC's no se presentaron, algún problema con Spanair los tenía retenidos en Madrid. Pero ya que estábamos, Maikel y yo procedimos al homenaje. Digo que me arrastró el glamour, y digo bien. Horas antes, la mesa que ocupamos la había tenido,tal vez, Scarlett Johansson y la terraza todavía olía a "silencio se rueda". En la mesa de al lado, un grupo de 4 chicas extranjeras se comían con la mirada nuestra comida, tal vez a los comensales -esto no lo digo por mi, obviamente- pero nos quedamos con las ganas de escribir un remake de Vicky, Cristina, Barcelona. No tiene las mejores vistas, pero eso va a gustos, a mi me gusta el puerto aunque prefiero el mar abierto. Tiene una cocina bastante auténtica, al igual que el Olivé, con más protagonismo del producto que del productor. El precio no mata, pero atonta. Así que es un sitio para darse un caprichillo de vez en cuando. Otra vez muy recordada de mi pase por el Barceloneta fue con mi querido director comercial, hoy ya jubilado. Vino a Barcelona con su esposa de vacaciones y un grupo fuimos a comer con él. Todo un personaje, modelo de principios y saber estar, el tiempo parece que no haya pasado por él. Casualmente el viernes estaba en mi oficina. Genio y figura, sigue luciendo exactamente el mismo uniforme, traje cruzado ceñido, pañuelo de seda en el bolsillo, corbata y camisa en combinación, bigote repeinado. Pero ni él ni yo seguimos fumando Ducados. El Barceloneta está en la calle Escar, 22, Muelle de los pescadores, al final del Paseo Joan de Borbó y antes de llegar a la playa, a la derecha. Teléfono 93221.21.11.

sábado, 28 de marzo de 2009

l'Olivé

Hoy es el cumpleaños de I. pero lo celebré ayer con ella y su marido. Gente buena, en el buen sentido de la palabra buena. Llegué a mi hora, pero de casualidad, pues le dí al taxista la dirección por completo cambiada, Aribau con Diputació. Para acabarlo de rematar no me acordaba dónde estaba exactamente el restaurante, pero tenía nociones y la suerte estuvo de mi lado. En pocos minutos, la recepcionista de l'Olivé me preguntaba si quería dejar mi chaqueta en recepción. I. No ha cambiado nada, su marido tampoco, siguen siendo dos personas bondadosas de buen carácter y con las ideas muy claras, pues sus profesiones así lo exigen. No hemos abundado en temas profesionales, los que nos unieron en el pasado, pero si hemos hablado de los que ahora nos unen más, el ocio, la cultura, la política, y otros tantos más. He recordado la patata "al caliu" con trufa de invierno que se comió I. la última vez que estuvimos en el Olivé, yo como soy de cuchara, me había pedido lentejas, y que envidia me dio. Hoy la carta ya es de verano, y no proceden esos platos, hemos compartido unos primeros, un salteado de ajetes y espárragos, casi como lo hago yo para mis invitados, unas alcachofas y un poco de jamón con pan de coca con tomate. Muy rico. Una botella de viña Salceda para brindar, y de segundo un atún en escabeche, una receta sin duda muy parecida a la mía, pero no es por criticar, a mi me sale mejor. Y eso que reconozco que me ha estado delicioso. Hemos compartido los postres y nos hemos despedido a mejor ver, que espero sea pronto, de verdad. L'olivé, está en Balmes, 47 y su teléfono es el 934521990, página web http://www.rte-olive.com/ y uno de esos sitios deliciosos con cocina de buena manufactura y mucho oficio en los fogones, además de sencillez, tan necesaria en nuestros días para devolver el protagonismo al producto y no a la elaboración. He leído en otro blog en una crítica que hablaban del Olivé en los siguientes términos: "El buen barcelonés gusta de frecuentar el Olivé". Bueno, yo soy más del Barceloneta, que es del mismo grupo, espero que no me retiren el carnet de buen barcelonés por ello. Casualidades de la vida, me he encontrado esta tarde comprando en el súper con M. compañero de trabajo de I. y al que hacía tiempo no veía. Me ha comentado que I. le había dicho que íbamos a comer juntos, pues sí. Y además hemos descubierto que somos vecinos.

viernes, 27 de marzo de 2009

La Tata

Hemos ganado la primera partida del campeonato de "botifarra", el equipo Alberto-Antonio se muestra, por el momento, invicto. A ver lo que dura la imbatibilidad. Neus y la Sra. Nata me han dicho su reto para este año, no quedar por detrás nuestro en el campeonato. Se lo he comentado a Alberto y me ha contestado, pues vaya porquería de reto, la gente se propone cosas difíciles. Las que tienen pocas aspiraciones son ellas. El pique continúa. Durante la cena, en "la flauta", que barbaridad... Cúantos montaditos de foie se pueden comer mis amigos, he reivindicado mi independencia respecto al mundo, quiero pedir a la ONU mi reconocimiento como nación monoparental, y tener mi propio dominio en internet: ".ant" para vendérselo a las hormigas. Hablando de internet, al mediodía, en la comida de la Operación Naranja he tenido la suerte de sentarme al lado de Perancita. Podemos clasificar el mundo que conocemos siguiendo distintos conceptos. Yo suelo dividir a la gente en dos tipos de personas, aquellos que tienen una solución para cada problema, y los que tienen un problema para cada solución. Perancita es la persona más positiva y resolutiva con la que he trabajado. Bueno, miento, ella y buena parte del equipo en el que estaba integrada, gente preocupada por solucionar los problemas de la gente que estábamos alrededor, y con que alegría. Perancita me ha comentado el proyecto familiar de negocio en internet, cuando tome cuerpo ya os diré en que consiste, y publicaré aquí el enlace, os gustará. El otro día, un colega, un genio de las finanzas, emulando a los brokers de wall-street me comentó que el mundo se dividía en realidad en tres clases de personas, los que saben contar y los que no. La comida ha estado bien, por que ninguno acudimos por la comida. Bien presentada, sí, de calidad aceptable para un menú, con una carta plagada de ofertas 2x1. Pero hemos pagado 20 euros, bueno, a mi me los ha pagado Jordi, por un trinxat y una pechuga de pollo y una tarta de Santiago recalentada en microondas y sin "meus amores", el vinho quemado que le hace pareja... está bien, pero es mejorable. Eso sí, han caido unas cuantas botellas de Protos crianza incluidas en ese precio. Para acabar de celebrar el día, una buena noticia, Deivid ya tiene trabajo, y eso me alegra. A la cena me ha invitado Alberto. Hemos comido en La Tata, mira que paso cada día por la puerta, pues nunca había entrado a comer. En la calle Calabria, 69. Teléfono 934262287

martes, 24 de marzo de 2009

Operación Naranja 2

Manel dice: "Bueno chic@s este mes me han dado el mando del cotarro y aquí me tenéis, convocando a los que fueron y serán un gran equipo donde quiera que esté cada uno de sus componentes. En fin que me sale la vena melancólica y se mojan las mejillas. Como ya bien sabéis, este jueves próximo 26 de Marzo volvemos a reunirnos para rememorar viejos tiempos y contarnos los nuevos, si os viene a bien participar contamos con tod@s, siempre y cuando nos enumeremos. Ya sé que parece de patio de colegio, pero es lo que mejor resultado da. En serio, hay que reservar mesa y debo realizarlo ates del martes 24-03. Por favor ser ágiles y no os lo penséis en demasía (total, luego vamos a ir los de siempre), "TOMAAAAAA". El reloj empieza a contabilizar. Os pido que reenviéis a los que no aparecen, sed buenos y no os dejéis a nadie."

Café de la Princesa

Ahora mismo no soy capaz de recordar la primera vez que fui a comer al Café de la Princesa. Si recuerdo que durante el tiempo que trabajé en el World Trade Center se constituyo, junto con el Rúcula y el Club del WTC, en una especie de base de operaciones. Y no solo para las operaciones laborales, que también las hubo, pero sobre todo como centro social. Hay despedimos a Oriol cuando decidió volverse al pueblo, hay celebramos los 10 años de promoción, pero la celebración más entrañable fueron las bodas de oro de mis padres. Mi padre, ya afectado por la enfermedad y haciendo gala de su mala salud de hierro vivió una de sus últimas jornadas felices con la renovación de votos. El salón, ubicado en un patio cubierto de lo que debió ser una casa medieval rehabilitada con más o menos criterio, es amplio, confortable. No te sientes apelmazado, ni implicado en la conversación de la mesa vecina. Un piano, a veces sí, otras no, otras acompañado por un contrabajo, ameniza las cenas. La comida, recuerdo un agradable menú al mediodía, económico y bien presentado. Y un "tombet" muy sabroso. La oferta, en horario de tarde se complementa con una tienda de objetos de diseño y ropa más o menos exclusiva y cara, un lugar más indicado para que te regalen que para regalar. Siempre me quedé con las ganas de robarles una carta, sé que las vendían de tanto en cuanto. Estaban pintadas, no recuerdo qué pintor, uno de los dueños de la sociedad que lo regenta/regentaba (manteles nosequé) nos invitó a comer en cierta ocasión y coincidimos comiendo con el artista, que dedicó dibujo un bonito garabato en la libreta de Gabriela. Yo me quedé sin. Si el sitio es agradable, ¿Por qué dejé de acudir? Cierto que la vida te cambia, y cierto es que tengo una cena programada el mes entrante en ese sitio... Pero pese a todo mi recuerdo está asociado a cierto lomo de bacalao con anisakis, y un camarero poco comprensivo con la situación... no explico más, la imaginación es más sugerente, cierto es que tuve otro encontronazo con el anisakis en el Telirium, pero ahí fueron más expeditivos, y me retiraron el plato a la primera señal de disgusto,y lo cambiaron por la carta, sin tener que pagar el bacalao infectado. En el Café de la Princesa, pagué, no me retiraron el plato, y por supuesto no comí. El Café de la Princesa está en la calle Sabaterets, 3, esquina con Flassaders, es ideal para ir a cenar por la vecindad con el Born, el Miramelindo, Belvedere, Palau Dalmases... Y si voy de día con alguien que no conoce el restaurante, entonces me encanta acceder desde el Born, por la calle angosta dels Flassaders, observando la reacción de alivio de mis comensales al acceder al local. Confío en que no habrá cerrado ni cambiado de gestores... Teléfono 932681518.

sábado, 21 de marzo de 2009

Restaurante Visit

Situado en el hotel Pulitzer es otro de esos curiosos remansos de paz, una isla de quietud y reposo. Parece el jardín del gigante egoísta, solo que aquí en vez de ser siempre invierno, es siempre un agradable principio de otoño, por el sosiego y calma que transciende. No será para tanto, posiblemente, pero a menos de 20 metros un río de lava formado por miles de barceloneses se arremolina en la puerta de la FNAC o en la calle Pelayo. Así que venir de allí y entrar aquí y es como si te quitarás las botas después de una excursión. Todo está puesto para agradar. El restaurante me lo descubrieron Xavi y Miguel, para nuestros frecuentes y agradables almuerzos de trabajo, en los que nos dedicábamos a planificar nuestra actividad común. Su despacho estaba relativamente cerca. Una carta normal para un hotel, unos precios más abultados, un menú muy digno con un precio acotado en el entorno de los 20 €, bien resuelto y servido. Aquí todo está para agradar, yo como fumador, agradezco el pequeño patio contiguo al restaurante con sus plantas y la sombrilla, para tomarme el café y fumar un cigarrillo. La última vez que estuvimos venían Inma, l'Aprenent, y Cruella, veníamos del Romea, habíamos pretendido cenar en el Attic pero estaba lleno y seguimos subiendo por las ramblas buscando una cocina que cerrará tarde. Esa es la única vez que he cenado aquí y además a la carta. La ambientación de luces era excelente, una luz tenue, cálida y suficiente que sale de las lámparas de papel con forma de globos, y de las velas. Visit está en la calle Bergara, 8, teléfono 933022020 aunque tengo la sensación que no hace falta reservar pues las veces que estuve no llenó.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Marfil (Bar Hotel Murmuri)

He quedado con Jaime, llega cansado, preocupado. Viene de Madrid, de intentar cerrar un contrato. Si lo consiguiese estaría salvado, pero si no lo firma deberá ser una de tantas pymes que echan el cierre, le queda fuelle hasta junio. Hemos quedado en la Rambla de Catalunya, y subimos paseando hasta el Murmuri, en busca de un local en el que dejen fumar. Nos pedimos una cerveza y un vino, debemos ser los que pedimos cosas que se considerarían normales en otros dominios, pero no aquí. El barman se afana a hacer cocktails, ahora mismo derrama cava sobre un agitador de cristal dentro de una copa que tiene un jarabe oscuro, quizá granadina. Local comfortable, servicio atento y simpático,luz variable que de vez en cuando llega a la penumbra pero vuelve pronto a una intensidad más razonable, música de ambiente que al igual que un perfume, se percibe pero no enrancia. Mucho diseño, quizá demasiado, un sitio agradable para eso, una pequeña conversación antes de la cena. Suena el móvil de Jaime y sale disparado hacia la puerta, el cliente. Son más de las 8. Me alegra haber estado allí, viendo la cara de alegría de Jaime, el lunes debe firmar los contratos que le dan vidilla un par de años más, a él y a las 5 familias que dependen de su empresa. Con el resto de la copa hemos brindado por este contrato y hemos seguido charlando animadamente sobre otro de los temas que llevo en danza, las loyalty cards, a ver si me puede echar un cable. Murmuri es un agradable local situado en la Rambla de Catalunya, 104, a la altura del Passatge Concepció. Se define como hotel boutique del Majestic. También dispone de los servicios de cafetería, y restaurante, además de habitaciones. http://www.murmuri.com y teléfono 935 500 600. Debo probar aquí como hacen los stingers.

martes, 17 de marzo de 2009

La botiga

Una cocina que pretende ser tradicional, una puesta en escena moderna, joven, desenfadada. Un grupo de camareros que se interesa por si te gusta lo que estás comiendo... "La botiga". En el local de la calle Gandesa, al final de Galileo, tramo entre Europa y Diagonal, se encuentra otro local de la misma cadena, supongo. Dónde antes estaba el Wok. La puesta en escena de Diagonal pretende ser la misma pero está bastante más masificada y en consecuencia el servicio es bastante menos atento. Pero que mucho menos. Y el local bastante más ruidoso. A "la Botiga" suelo ir con uno de mis proveedores, poco antes de ir a ver a nuestro cliente final. Hoy he quedado con V. y ganas tenía de hacerlo. Casi que desde el año pasado que no nos veíamos, y es absurdo... nuestros respectivos trabajos que antes nos unían a diario, hoy precisamente es lo que más nos entretiene para que no podamos coincidir. V. es buena gente, me ha soportado como proveedor 5 años, sin una queja, y haciendo del trabajo una lugar agradable donde los problemas se resolvían. Ni se magnifican, ni se les da publicidad, ni se esconden. Como gestor experto, los problemas se plantean y se resuelven. Eso aprendí de V. y por eso le estaré siempre agradecido. No hace falta chirriar, no hace falta ser estridente, no hace falta perder formas. Para resolver un problema simplemente se enuncia, con tranquilidad, se plantea y se acomete. Por eso merece la pena esforzarse en seguir frecuentando gente de la que tanto he podido aprender. Aunque a jugar al mus, no, a jugar al mus le puedo dar clases yo. En "la Botiga" hemos pedido unos entrantes a compartir, unos buñuelos de bacalao, unas láminas de alcachofa, unas ensaladas y de segundo hamburguesas, postres de chocolate, todo correcto, a la carta y unos 40 euros, bebida incluida, los dos. Moderado, para ser servicio a la carta. Un pero, lo de los puntos no lo dominan, yo que soy el de la carne muy pasada tuve que devolver el plato, mi amigo tuvo que comerse la suya más cocida de lo que le gusta. ¿Por qué no cambiamos los platos? Sencillo, su carne iba con sorpresa de queso de cabra, y si a mi ya no me gustan las sorpresas, del queso de cabra ni hablamos. "la Botiga" donde hemos comido está en la Rambla de Catalunya, 27, pero tiene varias localizaciones más, la propuesta culinaria puede recordar a Attic, pero más sencilla, y mucho más sencilla que el mascarón de proa del grupo, Citrus. Todas ellas propuestas de cocina de calidad a un precio muy asequible. Para saber cual de los restaurantes te queda más cerca, o el teléfono os dejo la página web: http://labotiga.angrup.com/

lunes, 16 de marzo de 2009

Visual

Visual es el restaurante del hotel EXPO, ubicado en la última planta de la torre Catalunya. Está en la planta 23, si no recuerdo mal. Aunque es verdad que al ser un hotel no dispone de planta 13. Bueno, que está muy alto. Y de esta forma uno de nuestros sentidos, el de la vista, ya se prepara para el gozo. El espectáculo que ofrece Barcelona a los pies, de día o de noche. Especialmente en fechas señaladas como la Mercé, en que la vista a la montaña de Montjuic, escenario del castillo de fuegos, es impresionante. O la vista a las fuentes de Montjuic, cualquiera de los muchos días en que están iluminadas. Claro que puede ser que vayas a cenar, o comer, en el Visual buscando esas vistas y te encuentres con que te dan una mesa que o bien no tiene ventana, o que está orientada para el lugar menos adecuado. De esta forma solo queda un goce posible, el del gusto, o del disgusto, que más de uno me he llevado. Hace poco Pedro me invitó a comer ahí, con Agustí, con la mejor de las intenciones del mundo. Sin embargo, no sé si no sé elegir platos; el nombre pintaba bien, algo así como "Nuestra versión de los huevos con caviar, poché sobre lecho de puré de patata frita, consomé de jamón y caviar de arenque". Esfuerzos tuve que hacer para probarlo, es posible que no estuviese malo, pero la textura no me va nada, el huevo casi crudo, el consomé frío, con lo buenos que están un par de huevos estrellados sobre unas patatas fritas. Antes había ido un día también a comer, con amigos y me pedí unos tacos de atún y, estoy de acuerdo que a mi me gusta todo muy cocido, pasado, pero es que ese atún no le habían hecho ni la autopsia, y no sé que diablos llevaba que me sentó fatal. Aquí también quedamos para cenar cuando un grupo de amigos cumplió 40 años. Y creo que la navidad anterior también cené allí, pero no resultaron grandes cenas, ni por calidad ni por atención, además.,Ahora bien, Madame Taboulé se puso las botas a hacer fotografías a todo el mundo, y a todas partes. Un dato para las comidas en grupo en este restaurante, las lámparas están puestas en el techo para una determinada distribución de las mesas, si por necesidades del número de comensales a sentar reconfiguran el espacio, no todo el mundo tiene luz al tratarse de luz íntima, solo sobre la mesa, no ambiente. Así que la mesa se cambia de ubicación, pero la luz no, y los que se sientan en la mesa desplazada corren el peligro de acabar comiéndose el adorno del centro. Es curioso. Llamándose VISUAL organizan cenas ciegas, es decir, con los ojos vendados, sin que puedas ver lo que comes. Mira, eso precisamente en este restaurante como que no. Me estoy pensando si quiero volver con mis cincos sentidos al acecho, especialmente la vista. A ciegas ni que me emborrachen primero. ¿Qué le hace especial? El marco, con eso ya viene incluido soportar la cocina que quiere ser especial y resulta pedante e innecesaria. La próxima vez me pediré plato de jamón y espero no errar nuevamente. Por precio, o por calidad de la comida, no va a ser que vuelva al Visual. El restaurante Visual está en Avda. Roma, 2-4 y teléfono 936006996, http://www.restaurantevisual.com

sábado, 14 de marzo de 2009

Mendizábal

Llego tarde, he cogido un taxi para ir deprisa, la ronda de Sant Antoni, en obras por el traslado del mercado, hace de dique sobre el tráfico de vehículos a un Raval siempre intransitable. Un camión de bomberos, de maniobras por la calle Carmen con un callejón, creo que Sant Francesc, ha complicado aún más el tráfico, Cruella me ha llamado lo que me ha permitido adelantar mi pedido por teléfono, un bocadillo de atún. Habíamos quedado en esa terraza de la calle Hospital que sabe a Romea. Un bocadillo de atún con pan de pasas, agradable y extraño, con aceite de perejil, tostadito suavemente, crujiente. Cruella y Aprenent de Bruixot, en adelante Aprenent, han tomado la especialidad de la casa, mango con jamón planchado y brie. Me recuerda mucho a un plato de la Casa Lucio, mango con jamón y foie. Allí me he enterado de la sugerencia que en mi otro blog, el relativamente privado, una de mis invitadas adoptase el mote de "Doña Croqueta". La idea me ha hecho sonreír, por que a petición de su público incondicional la he visto preparar cientos de croquetas, y siempre se acaban, la verdad es que Doña Croqueta cocina genial, croquetas o lo que se proponga, pero Cruella no va a la zaga, y si tienes el lujo de que un día la una te preparé el primero, pongamos un consomé y la otra te prepare un segundo, como atún en fricandó (y 14 platillos más) solo cabe dar las gracias a ambas por ese "duetto" en los fogones. En realidad son toda una orquesta, con más solistas que también ejecutan con distinción sus piezas.. Pero hoy el cuarteto era otro en el Romea actúa Pagagnini... una de sus últimas representaciones en Barcelona de su actual espectáculo. El teatro estaba hasta la bandera, el público entregado desde antes de levantarse el telón y ha pasado lo que tenía que pasar y es que el publico ha cobrado un protagonismo que no le corresponde, al repartirse el espectáculo a partes iguales con el elenco. El espectáculo está bien, es gracioso, y Ara Malikian y sus acompañantes disfrutan cuando interpretan sus instrumentos, y transmiten esa pasión. Los números cómicos que montan entorno a sus interpretaciones si bien no son originales, son equilibrados. Lo he pasado bien. Y cómo de todo se puede sacar moraleja, la conclusión moral de la comedia bien podría ser "El que más afina al principio es el que luego desentona", otra que viene a cuento es de la sabiduría toscana de Claudia "Il diavolo, anche manchino, gioca il violino". La terraza del Mendizabal es ideal para hacer un bocadillo, siempre agradable, y aún mejor si es en buena compañía, que siempre enaltece el sabor de las cosas, y con un precio moderado. A la vista de como sirven, hemos rememorado aquellos tiempos en que en las terrazas de los bares había servilleteros ¿Recordáis? De acero, más tarde de plástico rojo con publicidad de coca-cola, o naranja con publicidad de trinaranjus, verde y publicidad de "seven up". Tiempos aquellos. Como adultos que ya nos hemos hecho, nos hemos entretenido en esa época en que la cerveza la servían con posavasos de cartón, o anilla de papel, para evitar que te mojaras al beber con el vapor condensado en el cristal de la copa. Eso pasó a la historia, Barcelona es el habitat natural de una especie que actúa con los servilleteros lo mismo que el ratoncito Pérez con los dientes de leche, servilletero que "abandonan" en una mesa, servilletero que va a la saca. Algún día leeremos en La Vanguardia que en un sótano de la ciudad han hayado docenas de miles de servilleteros robados. Hasta entonces, los bebedores de cerveza se mojarán la ropa al beber sus cañas. También me han recordado, menos mal, que mañana meriendo en Sant Cugat. El Mendizábal es un quiosco en la calle Junta de Comerç, en la misma esquina con Hospital, al ladito del Romea, y la recomendable y concurrida terraza desde la que verás deslizarse ante ti al bullicioso Raval, queda justo enfrente del Teatro Romea, ambos combinan perfectamente, como el ron y la coca-cola.

viernes, 13 de marzo de 2009

Minimal Minds

Por la tarde he quedado en casa de Marc, director de arte de una de las multinacionales de publicidad más importantes. Cuando cumplí 40 años me entretuve en recopilar fotos de mis amigos pero de cuando teníamos menos de 1 año de edad, Marc me ayudó a hacer una pequeña animación flash, una composición con esas fotos. La primera vez que la vimos en público fue en el restaurante Visual, de la torre Expo. Marc es un hombre del renacimiento, no es de este tiempo. Claro que en el renacimiento lo habrían quemado por hereje. También estuvo a punto de pasarle al Bosco como le gusta recordarme. Marc quiere expandir su obra, que la gente la pueda ver de cerca, necesita interactuar con el público, como cuando toca percusión con su grupo en el Sónar o en las "jam sessions" del Jamboree, así que si tengo suerte, voy a ayudarle a montar un par de exposiciones, tal vez 3, una en una galería virtual, que oportunamente colgaré en este blog. El cuadro que ilustra este post es uno de los que ayer ví al natural, no es el estilo real de Marc, habitualmente mucho más tétrico, otras veces más naif, siempre hiperrealista, pero lo he elegido por que es como una tienda de gominolas, divertido y sugerente. Al menos en el formato real. Una máquina de pin ball onírica. Claro que viniendo de Marc se llama "game over" pero yo lo llamaría "Start" o empieza el juego... Que Marc es irlandés, pero solo de nacimiento. Podéis leer una entrevista a Marc en http://noticias.deviantart.com/journal/21952144/

El teu racó

He salido a fumar un cigarro a la calle. En la puerta hay una protesta sindical, un par de compañeros se han acercado a saludarme. Uno de ellos es, además, amigo antiguo. No tardamos en ir a tomar un café al "xamfranet" como lo llamo yo, o "el teu racó" como se llama en realidad, nombre puesto por Jaume, el orgulloso dueño. Cómo definir a Félix, diré lo que me une, ambos siempre hemos militado en sindiatos ácratas, pues creemos que el compromiso es único, o con los trabajadores o con el capital, pero no se puede pasear por las dos orillas del río a la vez y no ahogarse. En su condición de ácrata, reconvertido poco a poco en hombre más o menos de izquierda, Félix es un firme defensor de la igualdad de los hombres y por eso ha hecho bandera de la lucha contra la diferencia. Especialmente los que establecen esa diferencia en el derecho basado en la cultura o los privilegios medievales. Antropólogo de formación y luchador no siempre comprendido de ejercicio. Félix estaba en el Tívoli, como secretario de la entonces gestora "Ciutadans", Félix estaba en el Foro Babel, en Fundación Concordia y en otros tantos proyectos por perseguir la pluralidad en la base de la igualdad. No hace falta decir la de veces que los "progresistas" que de tan progresistas y de izquierdas podrían llevar Martins y cabezas rapadas han amenazado la vida de Félix, pero impertérrito sigue hablando de libertad, de la buena, de la que emana del respeto a uno mismo y a los demás desde la igualdad. Un lujo hablar con él. "El teu racó" es un pequeño bar, minúsculo, desordenado. Tiene la ventaja que dentro, o en su terracita siempre tengo un amigo sentado. Su mejor virtud su mayor inconveniente. EL dueño, Jaume, un tipo con buen humor, y su cachaza, pone cafés y bocadillos de pan de coca mientras juega partidas en su playstation al FIFA 2008. Al mediodía, ensaladas, fondues, y siempre una palabra amable. Cierra los lunes y esta en el mismo chaflán de la calle Mallorca con Viladomat, hace unos cuantos traspasos, este sitio se llamaba el Chamonix y está a pocos metros de dónde estuvo la primera casa de mi abuela en Barcelona.

jueves, 12 de marzo de 2009

Forn de l'Avinguda

Uno de los problemas de Barcelona es encontrar verdadero pan, cocido como antes y que no sea un trozo de goma o una piedra a las 24 horas. Son varias las panaderías que afortunadamente son una excepción brillante en las que sirven productos más o menos artesanos, tan lejos de esas horribles masas congeladas de las panificadoras. Son sabores de la infancia, en eso también tuve una enorme suerte, en el piso de mis padres, en Barcelona, la ventana de mi dormitorio daba a un patio de luces por el que ventilaba el horno de un tostadero de café, y la cocina también daba un patio interior en el que ventilaba un horno de pan. Esas mañanas de primavera calurosa me despertaba con un denso aroma de cafe que invadía hasta el último rincón de mi dormitorio, y cuando entraba en la cocina mis glándulas salibares ya no daban a basto ante el aroma a pan recién horneado, pero en casa consumíamos frecuentemente el pan del horno del pueblo, de Sant Celoni. Unas hogazas que se mantenían tierna casi la semana completa. Con el paso de los tiempos la mayor parte de los hornos de siempre se fueron traspasando y la calidad del pan degradando con algunas honrosas excepciones, Pa Serra y el horno Mistral, que tenía dos despachos, uno en la Ronda de Sant Antoni, que todavía se llama Forn Mistral, y el Forn del'Avinguda que competía producto, especialidades y logotipo con el de Ronda hasta hace unos cuatro años. Mistral creo que sigue siendo el proveedor del pan de flauta que usan en el Vinitus, La Flauta, etc, además, algunas veces en el Vinitus con el café me ponían un par de croissants rellenos de chocolate de manufactura inconfundible, no más grandes que la yema de un dedo, rellenos de auténtico chocolate y encalados con azúcar glas. El Forn de l'Avinguda ha seguido con su manufactura impecable de las coques de forner, las ensaimadas, y los dulces propios de las fechas. Ahora tienen unos deliciosos buñuelos de cuaresma,hasta hace unos días borregos de Sant Antoni y además de toda una serie de dulces tentaciones, como las porciones secas y tostadas de ensaimadas o cocas. Pero cuando echo de menos los croissanitos tengo que ir hasta la Ronda. Pero no es a por dulce a lo que se va a la panadería, aquí nos ofrecen cada día un pan especial, los miércoles centeno, los sábados de olivas, también tiene pan de maíz y un montón de especialidades, desde la chapata al pagés de Valls pasando por los molletes de Antequera y a temporadas pan de aceite como el que degustaba en Valadolid. Pan horneado por la tarde, pan de llama con la corteza más dura y en consecuencia mejor resistencia y durabilidad... Pan para todos los gustos, o casi como atestigua la enorme cola que hay en la puerta con demasiada frecuencia. Además, cúantas panaderías hay en Barcelona que respeten la norma que quien sirve el pan no puede cobrar. Pocas... Las dependientas no hablan inglés así que más de una vez me ha tocado explicar a los turistas que era una ensaimada. Lamentablemente, ellos lo tienen difícil para repetir, yo no y repito siempre que puedo. El Forn de l'Avinguda está en Avenida Mistral, 60, teléfono 93 325 52 44, Tienen un despacho en la vecina calle Entença, en el número 33.

martes, 10 de marzo de 2009

Dionisos

Comer, lo que se dice comer, hoy no ha tocado. Aún así he terminado a las 15:30 en el Dionisos tomando una menta poleo con mi jefatura. Tranquilidad y buen ambiente minutos antes de culminar 7 meses de trabajo. A las 14:30 estaba en el médico de urgencia que me ha encontrado un músculo nuevo que ignoraba tenerlo, y menos contracturado. Me ha preguntado si había hecho algún ejercicio violento... Va a ser que no. Dionisos lo frecuentábamos cuando la cocina griega se puso de moda en mi círculo de amistades, creo recordar que los viernes tenían espectáculo con sirtaki y platos rotos. Al mediodía un menú con mucho vegetal, mucho yogur y pepino... algo de carne, poco pescado, ideal para veganos el pimiento relleno de arroz. La verdad es que al principio lo encuentras exótico, pero a mi paladar le resulta cansado esos platos. Pero de vez en cuando me sigue gustando probar el humus, puré de garbanzos aliñado con limón y aceite de sésamo. No tanto la pikilia, aperitivos griegos, o el gyros, falafel para los árabes. No es que esté mal cocinado, que no lo estará, simplemente mi paladar no está hecho a esa comida, ni al pan de pita. Los postres también son muy al gusto de la tradición turca que dominó la griega, además del yogourt con frutos secos y miel, baklava y cosas así (mil hojas con agua miel y pistachos). Probar el vino de resina, está bien, pero... donde esté un ribera de Duero, o cualquier otra DOC española, que se quite la resina. Un día con Felipe y compañía se pidió una pikilia, y al ver las hojas de parra con arroz poco más le da un síncope, y es que Felipe es más de paella perelada. El servicio por lo que me han comentado es de los que consiguen ignorarte de forma permanente, pero como todo en esta vida cansa, si no tienes que caminar mucho, por cambiar, comer algo de vez en cuando en un griego como Dionisos es una alternativa... Dionisos es una cadena, o al menos he visto muchos restaurantes griegos con ese nombre, yo el que más he frecuentado está en la calle Valencia, 112, teléfono 932260049.

lunes, 9 de marzo de 2009

Hotel Zenit

Hace ya unos 3 meses, más o menos, me avisó Mª José, iba a ser el 40 cumpleaños de Pepe y lo estaba preparando con la ilusión que solo el amor da. Quería una fiesta sorpresa, y nos invitó a cenar un grupo de incondicionales, era una cena sorpresa. La cita tuvo lugar en un reservado del Hotel Zenit de la calle Santaló. El mejor ambiente, la mejor cena y las sonrisas de todos los asistentes, especialmente el homenajeado. Una cena estupenda, pero por desgracia me traicionó mi estómago, por lo que no la pude disfrutar, eso sí, disfrute del cariño de los asistentes, que no es poco alimento para mi espíritu. Un 10 para Mariajo. Hoy me llamó JJ, nos vimos en la comida de la Operación Naranja, ver post, pero finalmente no pudimos hablar demasiado, así que hoy volvimos a comer juntos, para ponerme al día, que sí se ha echado novia, que si lleva 5 partidos seguidos ganados, que si se ha mudado de casa, pero lo que más me afecta a mi, que está decidido a sacar su proyecto de fin de carrera, y ahí estoy yo dando soporte especialmente en el ánimo. Como tenía poco tiempo, el trabajo que agobia, hemos ido a comer cerca, al Zenit de Borrell, una comida excelente, salmorejo, unos tacos de atún con reducción de naranja y cebolla caramelizada y de postre una macedonia con hierba luisa. Todo ello con una presentación excelente, para poner un ejemplo, la macedonia de la foto, con su reja de caramelo, peras torneadas, los gajos de naranja pelados y el carpaccio de piña, con un almíbar a la hierba luisa. Y todo ello con un excelente servicio y un precio espectacular, menos de 30 euros, bebidas incluidas, 2 personas. Definitivamente, Hotel Zenit es una gran elección, en verano dispone de terraza exterior. Hotel Zenit Borrell está en la calle del Comte Borrell, 208, a la altura de Valencia. Teléfono 934525566, aunque suele estar bastante vacío.

domingo, 8 de marzo de 2009

Bestial

Si vas al Agua sin reserva, y te lo encuentras hasta la bandera, el mundo no se acaba. También del grupo Tragaluz, y a muy pocos metros encontramos Bestial. Con una oferta gastronómica similar, una terraza de presencia muy cuidada, y un interior con un diseño simple, moderno hay varias cosas que llamarán la atención, como el enorme cuadro-fotografía que preside la sala. Y es que un restaurante en segunda línea de mar, no todo el mundo puedo tener buenas vistas naturales, este enorme cartel que cambia de imagen una vez cada 15 minutos, más o menos, permite levantar la vista y perderla en una imagen contrastada y relajante. Las vidrieras exteriores están decoradas con bichos y arena, simulando un hormiguero, tal vez. Los mismos motivos están dibujados en los platos de presentación. No es mi primera opción en la zona, pero si un sitio socorrido, especialmente si quedas a comer con alguien que trabaje en la torre Mapfre, o del 22@. Bestial tiene un menú corto, amplitud, y no suele estar tan lleno. Bestial está en la Calle Ramón Trias Fargas, 2-4, y tiene el teléfono 932240407. Caminando desde el Agua, por el Paseo Marítimo y dirección a la torre Mapfre, encontrareis la cristalera con los bichos pintados. Podéis bajar las escaleras que llevan hacia la playa o las escaleras que automáticas que van hacia el estanque, cruzarlo, y ahí está la entrada principal por la terraza.

sábado, 7 de marzo de 2009

Casanovas

Es difícil acometer una reconstrucción verbal de Casanovas, voy a tratar de seguir la secuencia temporal de los hechos, así como en el espacio, entraré desde Calàbria.
Conocí el Casanovas en la época que varios compañeros de trabajo acudían al mediodía al gimnasio Esportiu Rocafort, y solía quedar con ellos a comer en el Casanovas. Una especie de charcutería-"rotisserie" con una barra en la que degustar los platos elaborados, pensados más para llevar a casa ya cocinados.
Una buena bodega, productos más o menos selectos como los chocolates Haizel, los crostinis, y alguna conserva. El género de la charcutería, sin embargo, no se puede comparar con la calidad del Jabalí.
De esa forma comencé a identificar su logotipo en los caterings que a veces me servían en inauguraciones, o fiestas privadas. Supe pues, que se dedicaban al mundo del catering, y para que los comensales, presumiblemente novios pudiesen degustar el menú, y comprobar las vajillas habían habilitado un pequeño espacio en la trastienda. Cualquiera podía pasar, pero era más caro que la zona de la charcutería dónde en aquel entonces, se comía de fábula por 850 pesetas o menos.
Merecía la pena, una comida de primera, un camarero para ti solo, únicamente tres mesas, asientos tipo butaca de madera de teca, una decoración con paredes de pizarra, y una salida a la calle Diputació desde la que se podía vislumbrar la sala de una pequeña bodega con capacidad para un grupo de unas 12 personas.
Me hice habitual, buen trato, buena comida, "barato" y muy íntimo. Poco a poco el Casanova fue perdiendo sus principales cualidades.
Un par de veces intenté quedar a hacer la cena de Navidad con amigos en el Casanovas. Era complicado casar la fecha, por que en vísperas de Navidad el entonces pequeño restaurante, ahora parque temático, se volcaba en los encargos de la charcutería y se convertía en almacén.
Al poco el local creció y pusieron 2 salas más, enormes. Fue ese año la última vez que cenamos por Navidad en el Casanovas. En la sala pequeña, el comedor original, que hoy es el comedor de menú, estábamos nosotros. En la sala de al lado, cosas de la vida, el señor Artur Mas, con mi cuñada, celebrando su "victoria" pírrica en las elecciones que auparon al Sr. Maragall al Govern. Mi cuñada, por cierto, preocupadísima, se enteró por mi hermano que ambos coincidiríamos en sitio y fecha y no hacía más que preguntarme con quién estaría yo. Pues no creo que hubiese muchos votantes de CiU en mi mesa.
En Casanovas también se encuentra la utillería necesaria para presentar una mesa, servir un catering, y algún producto excepcional, como por ejemplo la colección de sales de su marca, unas 15 sales distintas. Desde la flor de sal del delta, a flor de sal con jabugo, tomate, boletus, cítricos, o trufa, o gelée de sal con trufa, cítricos, hierbas del mediterráneo, o la sal líquida para ensaladas o barbacoas. También chocolates, y bombones como los de Oriol Balaguer, ya sabéis, de kikos, de peta zeta, de aceite de oliva, de azafrán... con lo que a mi me gustan las guindas al marrasquino forradas de chocolate. A Charito, que le gustaban los anillos de fantasía con piedras grandes, le compre un anillo en el Casanovas, que en vez de piedra tenía un gran caramelo.
En Casanovas tienes unos tres menús para comer, si no recuerdo mal. Uno, en mesas y sillas de plástico, con platos de la "rotisserie": pollo asado, sanjacobos, guisantes con jamón y macarrones a la boloñesa. Dos menús en la zona de mayor diseño, que ya no volverá a ser lo que fue, supuestamente ejecutivos, pero con muy pocas opciones, al menos el más económico de los dos, podemos comer desde pocos euros en la primera zona, unos 10 o 12 y de 20 a 50 en la zona "bien".
Por referir otra anécdota, aquí Alfonso, en la sala original, la pequeña, empezó a hablar muy triste. En la mesa estábamos los de siempre y Txema. Decía Alfonso, mi hijo, con novia de toda la vida. Mi hijo de 21 años. Mi hijo que se fue a Italia a estudiar, y mira como ha vuelto. Miedo daba preguntar más detalles, la cosa estaba en si su hijo se iba a morir, si había colgado los estudios, si le había dicho que era gay o si había dejado embarazada a otra chica... que suspense. Entre sollozos y a voz en gritos, Alfonso nos dio la noticia que apesadumbraba su corazón. Su hijo se había metido en un seminario. Mira, original sí fue. Tras el numerito tardé en volver a comer en Casanovas. Luego "despidieron/se fue" el maître que me conocía y me trataba como cliente antiguo, de más de 12 años comiendo y comprando.
Casanovas, quien te ha visto y quien te ve.
Podemos acceder por la calle Calàbria, para comprar vinos, productos de charcutería o carnicería, conservas, chocolates, pan, y alguna degustación por la calle Calàbria, 113. Si vamos al restaurante o queremos adquirir artilugios para servir o cocinar, bombones y otras cosas, mejor entramos por Diputació, 78. Teléfono en cualquier caso, 934236508. El local está completamente comunicado por adentro, así pues lo de entrar por aquí o allí es más una sugerencia, salvo a horas que está cerrado el restaurante y abierta la tienda.

Casa Calvet

No es un restaurante familiar, no es un restaurante para ir con amigos. Para mi siempre ha sido, así lo tengo encasillado, como restaurante para almuerzos de empresa.
La primera vez que Ángel me invitó a comer, para celebrar un contrato, que él había firmado como cliente conmigo, me invitó a comer en Casa Calvet. Habíamos estado meses comiendo en el Mussol de Casp, o incluso sin comer, resolviendo problemas del día a día y acercando posiciones. Cuando la labor se vio culminada, Ángel ya era amigo, luego fue cliente.
Llama la atención la ambientación del local, que referencia al ambiente del "noucentisme", de los talleres textiles en los bajos de las casas, y probablemente eso fue este local cuando Gaudí construyó el edificio.
Los comedores privados, las mesas, el ambiente... Todo recuerda el modernismo catalán, incluidos los posters electorales de la época, en la que el Sr. Calvet era candidato electoral.
Cuentan que ya en aquella época Gaudí tenía ideas innovadoras, muy innovadoras en cuanto a la concepción de la arquitectura, pero la Sra. Calvet más bien no, y como Gaudí aún estaba empezando tuvo que seguir a pies juntillas las instrucciones del encargo, de manera que esté es el edificio más convencional y que aporta menos novedades en lo estructural. El edificio forma parte de la ruta del modernismo, que distingue los edificios singulares con una baldosa roja en el pavimento de la calle, frente al portal.
La selecta cocina de este restaurante se refleja en una carta cuidada, un servicio diligente, un producto fresco, unos platos muy elaborados y bien presentado. Recuerdo unos raviolis de patata, también tienen becadas en temporada, los pescados exquisitos, el cordero, los postres hechos al momento que se deben pedir con los primeros si requieren cocción.
Es el sitio perfecto para ver al poder hozando. Cuando en la mesa de al lado no he tenido al conseller Nadal, estaba García-Bragado, primer teniente de alcalde de Barcelona, comiendo con un jerifalte de Vodafone, creo que el Secretario del Consejo. Todo muy discreto, claro... no creo que muchos becarios de periodistas puedan pagar los más de 80 euros largos de una comida frugal. Tampoco creo que paguen los políticos socialistas por sus consumiciones. Los mismos que luego se dan baños de masas en el Baix o Santa Coloma, y se llenan la boca de proletariados, en Casa Calvet degustan foie y elaboraciones con bogavante.
Entre posters libertarios, finura, buen gusto y mejor cocina, se cuecen decisiones que nos afectan, mamparas de cristal y fina marquetería de época dan la discreta elegancia necesaria para un lugar así. Por lo menos no se llama "Casa Presunto Cohecho", todo un detalle.
Aunque he coincidido con más políticos en el Nao Colón, especialmente de CiU, claro que ahí comían menú y entre ellos, con Iceta en el "Café de la Princesa" y con Alberto Fernández en "I Buoni Amici" que está a dos manzanas de la sede del PP de calle Urgell.
Casa Calvet está en Casp, 48 y tiene el teléfono 934124012.

viernes, 6 de marzo de 2009

El Mussol

Mucho tiempo antes que un listillo inventase y registrase el término Fast Good, ya se practicaba en Barcelona el comer rápido y bien usando como base la cocina mediterránea.
Mussol fue la primera cadena local que ofrecía una cocina sencilla, que por poco dinero y en poco tiempo te ofrecía una comida a la carta muy digna. Con sugerencias de la casa, y platillos para todos los bolsillos.
Interesante que además estén orientados a la temporada. En los tiempos que nos ha tocado vivir se pueden comer cerezas todo el año. Las uvas de nuestra mesa vienen de Sudáfrica, como cerca. Así que se orienten a la comida que se cultiva "cerca" es un compromiso con la naturaleza, y que sin duda nos reconcilia con la tierra y con nuestros ancestros. Ahora tocan los "calçots" una suerte de cebolleta, pero en realidad son las cebolletas que se crían dentro de la cebolla, cuando brota.
Imprescindible el pan de coca de Vic con tomate, la carne a la brasa, los caracoles, los únicos pescados de la carta son el bacalao "a la llauna" con judías de Santa Pau, o a la musselina y el atún para las cocas.
He comido con Marta, por unos 50 euros, postre compartido y con agua, refrescos y una copa de vino de la Ribera de Duero, la ensalada a base de calçots, muy rica, un poco de fuet, mucho pan, bacalao para mí y escalopines con queso para Marta.
Mucho tiempo intentado quedar para comer, Marta y yo, cuando no podía uno fallaba el otro, pero el tesón es una virtud y finalmente hoy ha sido el gran día.
Nos hemos puesto al día de nuestros asuntos personales y he aprovechado para verme reflejado en las opiniones de los demás, no puedo dejar de sonreírme cuando me hablan de Ikea como si fuese algo de otro planeta, por qué Marta supone que yo no he ido a esos almacenes y cuando le detallo los productos que ahí compro y para que los uso me espetó un "Se me ha caído un mito". Pues venga.
Pero lo que más me ha divertido de Marta ha sido su expresión "caer para arriba" para referirse a esos personajes que meten la gamba en el mundo empresarial y misteriosamente aparecen en puestos de mayor responsabilidad. Tenemos muchos conocidos en común, aunque por lo parada que se ha quedado cuando he dado nombres, como Santi... se diría que más de los que imaginamos.
Mussol es de los restaurantes más habituales y masificados de la ciudad, nada chic, pero muy correcto y funcional. Buen concepto, buena compañía, buena charla.
Hay varios Mussol, el que ocupa las dependencias de la antigua terraza del explorador, donde suelo comer con compañeros del trabajo, el de Diagonal donde habré quedado un par de veces con amigos, el de Casp, dónde tantas veces quedé cuando trabajé en aquella zona, y el de Aragó con Passeig de Gràcia, que es dónde hemos comido hoy.
Hay quien me ha comentado que los restaurantes que últimamente pongo en el blog no son recónditos ni hallazgos, para corresponderse con el nombre del blog. Y es que Mi Barcelona Privada no es una geografía física, sino humana. Gentes que aprecio, como Marta, la chica súper, súper, súper.

Colmado Quílez-Casa Lafuente

Neus, además de ser una excelente profesora de bridge, no sé que jaleo se trae que cada año por Navidad su casa se llena de botellas del mejor champagne francés, el mejor foie, los mejores surtidos navideños, adquiridos en el colmado Quílez, un clásico de la ciudad.
- Escucha, Neus, soy yo que soy un mal alumno, y que odio el idioma y los juegos y más cosas de la Gran Bretaña. Y es que habiendo mus, no sé por qué hay que jugar al bridge.-
La gestoría en la que trabajé de muy joven, antes de estar encima de la Escribà, estuvo ubicada justo encima del Quílez. La hija del dueño siempre compraba extrañas salsas orientales, tanto como exclusivos productos de la rica gastronomía española.
Hoy mis pasos me han llevado al escaparate del Quílez, uno de ellos dedicado exclusivamente a aguas minerales, yo creo que había más de 100 referencias. La carísima Bling colours, con la botella decorada con cristales Swarosky, casi 80 euros la botella. La también exótica Voss de los glaciares de Noruega. También destacan algunas ediciones especiales, como las de Evian con envase decorado por Jean Paul Gaultier, edición del año pasado, como la edición actual de Christian Lacroix.
De oriente o de Gales o nacionales, como Cabreiroa, Solán de Cabras botella azul. Para mi destaca Vilajuïga, agua que me descubrió Cruel.la y familia a la sombra de una higuera, un cálido verano. Y me encantó. La botella de litro o la de medio la tienen, curiosamente, al mismo precio, 1,25€. Y la edición homenaje a Dalí por 12 €, sin duda un regalo original.
Si así es el colmado, la tienda dedicada a gourmets, en la calle Aragó, a unos 20 metros, está a la altura de las tiendas que encontrarías en París, cerca de la Madeleine.
Un regalo original, para mis amigos bebedores de whisky, es agua de los highlands, la misma que se usa en las destilerías para obtener el licor, como detalle para rebajar. Aunque es cara, sale francamente más barata que el whisky. Otra opción para adquirirla por Internet es la web de "sal y pimienta" dónde a veces compro alguna cosilla.
La dirección electrónica de la tienda "on line" del Quílez, http://www.lafuente.es/
La dirección electrónica de "Sal y pimienta", http://www.sal-pimienta.com/
Pero no por ello dejéis de visitar este templo de la gastronomía, daros el gustazo visual de su escaparate. Os he hablado del de aguas, pero está el de conservas y embutidos, el de cervezas, refrescos, whisky... un placer para los sentidos en Rambla de Catalunya, 63, haciendo esquina con la calle Aragó. Así que cualquier barcelonés sabe dónde está Quílez.

jueves, 5 de marzo de 2009

Brasserie Flo

En la escalerilla del avión que me llevaría a París, un padre explicaba a su hijo como el avión se mantiene en el aire, el ala del avión está ovalada por la parte de arriba, de manera que cuando coge velocidad, el aire que pasa por encima del ala tiene más recorrido que por la parte de abajo, de manera que se crea un vacío que eleva las alas y mantiene el avión en el aire. Si no era así la explicación era al contrario. Me pareció una conversación genial, que seguro que ni padre ni hijo olvidarán.
París bien vale una misa, o un tiempo tomando un café, en el "café de la paix", una de las cosas que quería hacer en esta vida.
Ir a capitales europeas está bien, desacompleja. Después de ver el cachondeo que tienen montado en el control de seguridad del aeropuerto Charles de Gaulle, piensas que Barcelona o Madrid son los mejores controles posibles. Los mejor organizados. Los taxistas kamikazes de París bien merecen otro post, vamos, un blog enterito.
Fue allí, en el "Charles de Gaulle" que me sonreí al ver uno de los establecimiento de la célebre cadena francesa, la "Brasserie Flo", la última vez que fui al establecimiento de Barcelona la iban a reformar, espero que no hayan quitado ese ambiente decadente de los dorados y los terciopelos, esa luz justa, tenue, amarilla.
La carta, bueno, bien, siempre cené bien, pero no maravillas, supongo que si me gustasen las ostras sería un buen sitio para comerlas. un pescadito, una ensalada o un filete suelen ser mis opciones. Habíamos quedado en la Brasserie para despedir a unos compañeros que por distintas circunstancias habían dejado la empresa. Antes iba solo en comidas de negocio aunque recuerdo que es una de las últimas cocinas en cerrar Barcelona, creo recordar que a la 1 de la madrugada, pero mejor llamáis para evitar sorpresas.
La Brasserie Flo está en la calle Jonqueres, 10, entre Urquinaona y Via Laietana. Teléfono 933193102. Bon apetite.

Mandarina

Durante un tiempo, creo que la primavera y el verano del 2006, fue algo así como un santuario. El lugar perfecto para quedar con amigos sin la interferencia de otras fuentes.
Luego me quedaba demasiado alejado para poder buscar el reencuentro.
Los recuerdos del paladar son sabores naturales, con una cocción ligera, platos frescos y apetitosos. Una hamburguesa estilo tournedeau, ensaladas, verduras. Agradable.
Un menú al mediodía a un precio asequible-alto, bien para la zona, supongo, pero una carta cara.
Una decoración mínima, íntima y que intenta dar espacio y luz a unas dimensiones reducidas, una terraza pequeña pero muy agradable, sin tráfico, perfectamente orientada.
Un servicio por lo general atento, desenfadado, jovial, de uniforme negro. Impecable.
No es un imprescindible, no destaca su cocina. Simplemente es un sitio agradable que trata de distinguirse dando un producto de calidad y una cocina natural.
Mandarina Restaurante está ubicado en la calle Carabela "La Niña" esquina con Avenida de Sarrià, 137. Teléfono 932056004.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Agua

La verdad es que hacer la crítica del Agua sería lo mismo que hacer la crítica de todo el grupo Tragaluz. Pero me entretendré en cada uno.
Lo que más me gusta del Agua, su ubicación, las vistas, la terraza en primavera. Es como estar de cámping en la playa de la Barceloneta, y en verano puedes llegar a pensar que estás en las playas de Los Ángeles, Venice, por ejemplo.
Lo peor, que hay que hacer reserva siempre, con bastante antelación y no es garantía de éxito, pues suele estar a tope, por turnos, especialmente en verano.
La comida tiene una calidad muy aceptable, geniales los entrantes, especialmente las alcachofas fritas, cortadas muy finas, suavemente rebozadas y fritas.
De los pocos sitios con carpaccio de pescado, bacalao o atún.
Especialmente recomendable el arroz al carbón con alcachofa y sepia.
La carta siempre se completa con platos del día que ayudan a moderar el presupuesto de la comida o cena con unos platillos más económicos, sin llegar a ser un menú del día.
Un tiempo tuvieron un café a lo Ferràn Adrià, de los que se tomaba con cucharilla. Por suerte lo quitaron de la carta, y ahora el café es café y no corres el peligro de acabar tomando celulosas extrañas cuando quieres una infusión.
Es un sitio que he frecuentado tanto y con tanta gente que se me hace difícil encontrar una anécdota que destaque sobre las demás, pero evocaré la vez en que Guy vino desde Amsterdam para reinstalar un software que daba problemas, y es que el concepto de "soporte local" para una empresa americana afincada en Europa no deja de ser curioso.
Como deferencia, una vez que acabó de trabajar fuimos a comer, y como no estábamos lejos le llevé al Agua. Era un mediodía soleado de finales de febrero, comimos en la terraza y como estábamos abrigados, no tardamos en tener calor, tuve que dejarle mis gafas de sol. Al terminar de comer Guy me preguntó si era caro vivir en Barcelona, y si se podía trabajar hablando solo inglés... vamos, que se quería venir a vivir a las orillas de nuestro mediterráneo.
Agua está en el Paseo Marítimo, 30. casi en frente del Hospital del Mar, autobús 57, tiene un carril bici a pie de restaurante. Se accede desde la playa, por la terraza o por una especie de caseta de color azul, muy cerca de la del Baja Beach. Teléfono 932251272.

lunes, 2 de marzo de 2009

El Jabalí de Ronda

Hablando de ir al teatro... si antes de entrar a ver uno de los escasos musicales que se programan en Barcelona, generalmente en el Victoria (Sí, ya lo sé, ahora tenemos, oh!, tres musicales en cartelera) o a los teatros del Paral.lel en general, te apetece un bocadillo ligero, uno de mis locales favoritos es el Jabalí.
Siempre a tope, pequeño y ruidoso a esas horas previas a la función. Un género de charcutería de una calidad muy por encima de la media, pero unos precios asequibles.
Un servicio siempre atento, que no pelota.
Deliciosos los bocadillos de jamón en dulce, Noël, creo. La sobrasada ibérica, el lomo, el morcón, la mojama... debe ser de los pocos sitios de Barcelona en los que he pedido mojama y estaba deliciosa, como la que recuerdo de mi infancia. Claro, luego lo comparas con lo que te dan en el Inopia como mojama, y el precio y te cabreas. Snobs, seguid yendo al Inopia, yo me quedo con el sabor de tasca de "El Jabalí". Además es charcutería, bar y una pequeña terraza climatizada completan la oferta.
Importante, la charcutería cierra como el bar, a las mil. Por lo que si tienes visita inesperada y quieres quedar como un señor, habla con los dependientes de la charcutería que te preparan unas bandejas de embutidos y quesos para llevar excepcionales, o por supuesto, 100g, de mortadela, que también tienen.
Que el genero sea tan excepcional influye el que sea gente con oficio, con parada dentro del mercado de Sant Antoni. Mi madre ya compraba en el mercado a los padres de los actuales gestores. Un clásico entre los clásicos.
El Jabalí de Ronda está en la Ronda de Sant Pau, 15, frente al barrio del raval, en la puntita del ensanche, metro Paral.lel. Teléfono 934411082.

Ébano

Apuntado a la moda de los "lounge" se trata de un "en cualquier momento", en hora de comida, sirven comida, luego cafés y más tarde copas, y vuelta a empezar.
No he cenado ni comido aquí, pero cuando sales del teatro y te quedan ganas de tomar una copa, la ´"confitería" siempre a tope, Ébano es una buena alternativa. Ubicado en la avenida Paral.lel, la que más teatros concentra de la ciudad, es de las pocas alternativas "after", en este caso "after theatre" que hay por la zona.
Decoración retro, años 70. Música "chill" ambiente agradable, coktailes para todos los gustos y ocasiones, cervezas de importación, surtido de botellas de buen recorrido, mantiene los clásicos, caipirinha, caipiroska, mojito, sex on the beach, stinger, whisky shower... y también mezcla de zumos.
De precio, bueno... depende de con quien lo compares, si comparas con el Dry, barato. Si comparas con el bar de debajo de mi casa, la verdad es que en línea...
Ébano, está en Paral.lel, 124, más o menos a la altura de Parlament, metro de Poble Sec.

Palau Dalmases

Muy cerquita del Museo Picasso, en pleno meollo del Born, Santa Maria del Mar, Museo textil... está este palacio barroco, creo que de mediados del SXVII.
Con su enorme puerta para caballerizas, su patio para carruajes. Vamos, que los señores de Dalmases estaban bien vestidos.
Hoy es uno de los lugares de copas más curiosos. Curioso por su acceso, ningún rótulo anuncia su existencia, creo que hay un papel en la puerta, una cuartilla con no se qué información cuando están abiertos.
La puerta está cerrada a cal y canto. Así que si no sabes dónde vas, te puedes dar una buena vuelta sin encontrarlo.
Una vez que ya sepas dónde es, debes llamar a la puerta. Un hombre anciano te dirá que qué quieres, resulta obvio, tomar una copa. Te preguntará cuantos sois. Entonces te dirá que esperes, y cerrará la puerta nuevamente.
Pasados unos minutos, vuelve y esta vez si franquea el paso.
La primera impresión es que estás entrando en la casa de un extraño coleccionista, una ambientación absolutamente kitsch, música gregoriana, ópera, clásica... con un volumen adecuado. Sofás antiguos con damasquinados, sillas y mesas de forja, luz de velas, imaginería religiosa, relicarios, pinturas y tapices... todo n gran abundancia y desorden estudiado.
Precios de tarifa, es decir, lo mismo que en cualquier parte, unos 1o euros el combinado, si no pides nada especial, más o menos.
Por lo menos en un mundo de diseño minimalista es un sitio tan recargado que resulta agradable por rompedor, diferente. No iría a diario, pero si estoy por la zona, ¿Por qué no? Al menos es original.
Que yo sepa, el local no destaca por sus coktailes, a mi me ha pillado en fase de tomar cerveza. así que no puedo opinar sobre la calidad de los mismos.
El Palau Dalmases está en la calle Montcada, 20.

domingo, 1 de marzo de 2009

Coloimport

Una tienda singular, en un breve espacio se amontonan ordenadamente centenares de propuestas interesantes para alguien a quien le guste la buena mesa.
Básicamente se divide en 5 áreas, una primera con tés de todas partes y sabores. Una segunda con conservas nacionales, sales, especias, aceites, olivas, salsas. Una tercera con alimentos de sudamérica, dulce de batata, de leche, zumos de frutas tropicales, refrescos, ají, salsas típicas, y otros productos propios del continente sudamericano. En la cuarta encontramos los productos de las cocinas orientales, salsas de soja, mirim, aceite de sésamo, fideos de arroz, algas. En la quinta zona, por decirlo de algún modo, cantidad de objetos para el servicio de un catering, de una comida, desde palillos muy originales, brochetas, palillos de bambú, cuencos de madera, cristal, porcelana... de todas las formas posibles para hacer más apetitosa e higiénica la comida que se sirve.
Yo disfruto comprando olivada, muy rica la marca que aquí venden, una de ellas... también compré salsa de soja, guisantes con wasabi, cacahuetes con leche de coco, y alguna que otra delicatessen, como los esferificados de frutas (fresa, limón,...) tan adecuados para servir en canapés de foie o pescado, según se quiera combinar el sabor.
En fin, si tenéis que preparar un comida y queréis sorprender, Coloimport es una opción a tener en cuenta.
Coloimport está en la calle Rocafort, 85, justo por encima de Gran Vía. Pero también dispone de tienda on-line en http://www.colofruit.com/

Thai gardens

Ohhhh! Thai Gardens, recuerdo que la primera vez que entré me dejó maravillado. La última vez que estuve, hará un año, pensé que la decadencia debería estar prohibida.
Quizá es un problema de luz, de noche al usar más la iluminación eléctrica da una sensación más viva, pero las tres últimas veces que comí al mediodía el restaurante estaba casi desierto.
Y lo mucho que me gustaba hace unos 8 años, cuando iba de noche y me parecía exótico en su justo punto. Dispone de un comedor para comer a la oriental, sobre un cojín y con mesas bajas, y otro comedor con mesas y sillas a la occidental.
Casi siempre he comido un menú degustación, no excesivamente caro pero bastante completo, decorado con frutas talladas.
El menú del mediodía no está mal, ni de precio ni de contenido. Con el recurso de los sempiternos rollitos, los fideos y arroces.
Mi relación con el Thai fue de más a menos, muy intensa al principio, me gustaba ir por el impacto que produce pasar del Paseo de Gracia barcelonés al interior de un jardín de Thailandia con cruzar el quicio de una puerta, dónde una joven te recogía tu abrigo y te ofrecía un coktail o una cerveza thai.
Prometo ir un día de noche para ver si me reencuentro con la magia de la primera vez.
El Thai Gardens está en la calle Diputació, 273 casi tocando al Paseo de Gracia. Teléfono 934879898. http://www.thaigardensgroup.com

I buoni amici

Insistió Marcelo en llevarme a un restaurante que me iba a gustar, cerca de su trabajo. Y efectivamente, me gustó. Tanto que pocos días más tarde ya repetía.
Es la idea que he sugerido varias veces, la autenticidad de una cocina, un restaurante no es italiano por tener pizza y macarrones a la carbonara. Aquí si pides agua te traen acqua Panna, si la pides con gas (frizante) San Pellegrinno. Para acompañar la comida siempre he pedido chianti, concretamente Peppoli, una maravilla.
Lo malo es que soy de ideas demasiado fijas, siempre que voy tomo exactamente lo mismo, con una excepción. Antipasti a base de mortadela de bologna, pomodori sechi, terrone di parmeggiano. Este restaurante propició mi reencuentro con la mortadela, que cosa tan olvidada y tan rica, comida con los pomodori y el pan de romero.
De entrante, a compartir o no, siempre "tonno al gusto di Ester" un carpaccio de atún sobre un lecho de canónigos y patata, con una fritada de guindilla y ajo por encima. Se me hace la boca agua.
Y de plato principal "tagliatta luz de gas", un entrecot a la piedra (en este caso plancha de hierro colado) con patatas de guarnición, y una ensalada de rúcula y spek, con su aceto balsámico, delicioso. Acompañado con flor de sal de la Camargue y aceite al tartufo bianco, que le confiere el aroma a camping gas. Estructurado, sencillo, completo, delicioso.
De postre, un surtido de chocolatinas, con galletitas, catanias, unas tonterías para acompañar el café.
Al poco tiempo de empezar a ir se produjo el efecto dominó, de encontrarme en la puerta con gente que habían conocido el restaurante comiendo conmigo, pero que habían quedado con otro grupo, lo mismo que yo me encontraba con Marcelo. Excelente señal.
Inconvenientes, el servicio te habla en italiano, pero si les contestas en italiano te hablan en español, cosas del idioma. Cuando están al completo, y al mediodía lo suelen estar te vuelves transparente para los camareros. Un día me tuve que ir sin tomar el café por que media hora me parecía un buen tiempo de espera entre postre y café. Ese día lo pasé fatal, no nos traían la bebida, nos trajeron los antipasti dos veces y nos metieron bronca, una diferencia de más de 15 minutos entre que trajeron el primero al primer comensal y al último. Fatal, aunque no es la tónica. Y cuando pasé por caja me lo cobraron todo como si hubiesen funcionado bien, incluso el café que no tomé. Ese es otro, el precio, se puede comer de pizza para calibrar el precio, pero en términos generales es una cocina de calidad, y en consecuencia usa materia prima de gama alta, el precio está alineado. No digo caro, por que tiene una correcta relación calidad precio.
El restaurante de Daviano es recomendable por su cocina, probad suerte con el tema camareros.
I buoni amici está en la calle Casanova, 193. Teléfono 934396816. Casi a la altura de la Diagonal.