sábado, 30 de mayo de 2009

Granja Elena

Pues no hacía tiempo, ni nada, que tenía yo ganas de ir a comer a la Granja Elena. Finalmente la buena noticia llegó en forma de e-mail. Me proponían comer en algún lugar cercano al Parc Logístic, por ejemplo La Granja Elena. No lo dudé ni un minuto. Siempre que iba a comer con alguien a Casa Lucio me daba por referente o bien la Granja Elena o bien el Pirata. Y yo no había conseguido establecer el paralelismo. Un local pequeño, a rebosar, ruidoso, incómodo por lo pequeño de las mesas y las sillas y la alta densidad humana, ubicado lejos del centro y lejos de las rutas más comerciales. Del paso que siguen mis pies. ¿Cuál es el secreto del éxito? Una amplia carta de vinos, una comida bien elaborada con materia prima de lujo, rodaballo salvaje, palangre, hígado de oca, solomillo de buey, espárragos de Tudela, caviar, anchoas doble cero, tomate raf... con un servicio amable, simpático, diligente, profesional y que no se pone nervioso. Por ese motivo, un viernes al mediodía antes de puente, este local estaba a rebosar. Parece ser que antes tenía un aspecto más de tienda con mesa corrida, pero ahora está remodelado, moderno y sencillo. La cocina, cuentan los que conocen mejor que yo el local, no ha cambiado para deleite de los habituales. Al lado hay parking, para los que gusten ir en coche. De precio, uhm, digamos que acorde con la calidad y variedad de la propuesta. Más barato sería sospechoso, pero prepara 50 euros por comensal. Los postres, variedad escasa, pero siempre encuentras algo que se amolde al gusto. La Granja Elena está en el Paseo de la Zona Franca, 228. Teléfono 933220241. Inútil ir sin reserva.

viernes, 29 de mayo de 2009

Goliard

El jueves pasado se produjo por cuarta vez la magia del reencuentro. ON-4 aunque la verdad, cualquier día nos veremos y nos saludaremos a lo Fray Luis de León, "Ayer decíamos, decíamos ayer" por que la verdad es que seguimos tratándonos con la familiaridad y cariño de los que se ven cada día, aunque por ejemplo, a Cristina, desde Navidad, nada de nada. Cara de ver que es. La cita la organizó JJ, y para ello seleccionó el Goliard, nos encontramos por casualidad en la calle, nos perdimos juntos y google maps nos rescató. Pasamos por la puerta de mítico Bilbao, en el que Luis S. se pilló una indigestión de ostras, pero eso será otro post. Goliard, de entrada correcto, diseño y demás. Una carta de menú y solo de menú, corto pero variada, unos cuatro platos a elegir. Suficiente. Pero la señora jefa de sala, si vais, os recomiendo que metáis un trankilmazín dentro de una magdalena y se la hagáis comer delante vuestro. Por poner en contexto, no reservan mesa, menos para un grupo numeroso, y debe ser un restaurante concurrido por lo que la señora, a pesar de estar casi solos, al principio, mientras esperábamos a Quim y Olga no hacía más que desesperarse. Tampoco nos tomaban nota por que usan el célebre sistema Goliard: "El camarero no se acerca a la mesa hasta que esté completa, que si no se lía la cocina" Pero conseguimos cervezas y coca cola. Quim y Olga tardaron un poquillo por que como el Barça, cinco horas más tarde iba a hacer un pasacalles por el puerto, había decidido que al centro no iba. Hombre previsor. ¿Al centro de dónde? Si es Gracia. Bueno, no es Cornellà, pero tampoco es la Plaza Sant Jaume. Un poco exagerado. Yo a mi taxista lo marqué con paso firme. Menéndez Pelayo con Peligro. Risa generalizada. Te habrá tomado por uno de fuera, me comentan. Pero no, hay que ser muy de aquí para saber que la calle conocida en Gràcia como De Jonqueres, al fusionarse con Barcelona pasó a denominarse Menéndez Pelayo. No sé en qué molestaba el erudito cántabro, pero con el primer Ayuntamiento democrático le quitó el honor de pertenecer al nomenclator barcelonés, y puso a la calle el nombre de Torrent de l'olla, nombre popular del torrente (o rambla) que transcurría por la actual Vía Layetana desde la sierra de Collserola. También hay que ser un poco freaky, claro. Lo de "con Peligro" le daba a la indicación un aire siniestro. Pero el taxista no se inmutó, ¿Le entro por Bonavista? Sí, claro, déjeme en el semáforo de Bonavista. El menú del Goliard son 12 euros, sin café ni bebida extra, pagaríamos unos 15 más o menos. Si vives por Gracia, es un sitio a considerar para una comida o cena de calidad y económica. Los platos bien presentados. En la foto, Diego, Cristina y JJ. Goliard está en la calle Progrés, 6. Teléfono 932073175. Pero no admiten reservas, no al mediodía, siempre podéis llamar para felicitarles las fiestas, no obstante.

sábado, 23 de mayo de 2009

Orxateria Sirvent

"Esta casa no tiene sucursales" Así se leía al entrar, en el atestado local de la calle Parlament, antes´de que abriesen una sucursal en Balmes. A mi siempre me pareció gracioso, pues a menos de 50 metros había otra horchatería llamada Sirvent, igualmente, que también anunciaba a sus clientes que no tenía sucursales. De la segunda no puedo hablar. De la primera, la de la calle Parlamento, ayer compre mi primer litro, para inaugurar la temporada estival. Sirvent tiene una de las mejores horchatas de Barcelona, cosa que demuestra la enorme cola, y la paciencia de sus clientes ¿Cómo sino, se podría entender que aguantes a los que despachan, si el género no es bueno? Por que la cachaza que gastan en despachar, la cara de perro que suelen tener, si el género fuese normalito a mi no me veían más el pelo. Ya les dejé de comprar los turrones, precisamente por eso, no son nada del otro mundo, y tener que aguantar como te perdonan la vida al tiempo que me soplaban 300 euros era demasiado. No me costó encontrar una mejor opción. Ahora, a veces compro la horchata en Bonastre, que también está bien, pero mi paladar me dice que me gusta más la de Sirvent, así que si estoy de humor, hago cola y dejo que me perdonen la vida. Conste que lo que digo, basado en unos 30 años haciendo cola, no se refiere a los dependientes temporales, no. Los de siempre, los que están año tras año comentando la fiesta del viernes, sin darse ninguna prisa, es más, entreteniéndose, mientras tu arrancas el número 48 en el "su turno" y van por 12. Las consecuencias, coches aparcados en doble fila, una calle intransitable y cientos de personas, que como yo, hacemos cola en la confianza de que es el mejor producto que cuando encuentre otra horchata que me guste, adiós, Sirvent. Sirvent, la de toda la vida, está en la Calle Parlament,56. Tienen una sucursal en Balmes con Rosselló.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Moncho's Barcelona

Siempre he tenido jefes, es lo que tiene trabajar en corporaciones y no por cuenta propia. Uno de los más "curiosos" y que más me duró en el tiempo era, supongo que aún es, del Opus Dei. Pero de los que tienen hechos votos. Supongo que los 7 años que fue jefe mío darían para un blog entero, pero solo le recordaré en este post. Llegó un compañero nuevo, Pepe, una buena persona en el buen sentido de la palabra bueno. Comiendo Pepe y yo conversábamos animadamente sobre que nos gusta más el vino que la cerveza, pero nos da pena empezar una botella de algo decente para consumir solo una copa, por lo que debemos esperar a tener invitados. Mientras, en nuestras respectivas casas, para autoconsumo tomamos agua o cerveza. El jefe comenta, "Pues en casa, cada mes, consumimos unos 600 litros de vino". Pepe, sin inmutarse, n ecortando su bistec con total naturalidad, pregunta "¿Cuántos sois de familia?" Cómo si tener 3 hijos adolescentes justificase el dispendio etílico. Mi risa aún retumba en las paredes del ya extinto Didac. "No, Pepe. Es del Opus y vive en una residencia con 60 señores más, un precioso ático en la Plaza Lesseps de Barcelona". Un día me invitó a comer ahí... rodeado de sotanas. Un arroz a la cubana servido por las mujeres de la obra, para que luego se diga que no tengo mundo. Comer con mi jefe y clientes era un festival. Siempre me decía que yo eligiese el vino, por que sabía mi buen criterio de buscar una buena relación calidad precio. Como ya sabía que era un prorioja en aquella época acaba pidiendo Remelluri, Muga o Luis Cañas. El cliente tomaba una copa, yo otra copa, y él arrasaba con lo demás. Pero lo que más rabia le daba, y a mi más me divertía, era dejar mi copa medio llena, para evitar que la rellenase el camarero. No apuraba nunca, y después del café me montaba una bronca "Es que siempre pides un vino caro, y luego te dejas la mitad", y también apuraba mi copa. Su restaurante favorito, uno de ellos: el Moncho's Barcelona, en aquella época una especie de rodicio. Ahora sigue siendo un bufete, lo que los ingleses denominan "all you can eat". Mi jefe es que veia la bandeja de las gambas cocidas y arrasaba. Parecía un Carpanta de posguerra. Moncho's está bien si vas con un grupo numeroso, tienen reservados y puedes estar más o menos a gusto. Además no hay que preocuparse por la carta, los platos se extienden ante ti en un interminable bufete. Moncho's Barcelona está en Travessera de Gràcia, 44. Teléfono, 934146622. A mi no me gusta, pero es que a mi no me gustan los bufete, acabo cogiendo comida que no consumo.

ON-4

Hola amig@s, Parece mentira pero afortunadamente ya llega la cuarta convocatoria de la Operación Naranja. En medio de la vorágine de consecución de objetivos de S1, qué mejor que una comidita relajada y distendida para contarnos las penas (pocas) y alegrías (muchas)!! La fecha marcada es el próximo jueves 28 de mayo y el sitio escogido es el Restaurant XXX en C/ (en Gracia). No reservan mesa, pero nos harían una excepción por tratarse de nosotros. De todos modos sería necesario avanzar la convocatoria a la 13:30h-13:45h, a partir de las 14:00h imposible que encontremos sitio para todos allí. Es un inconveniente pero también una buena referencia de que se come muy bien, menú de mediodía a 11,3€. Si a la mayoría le significa un problema insalvable, cambiamos de sitio. Saludos a tod@s! Salut i peles!! JJ

jueves, 14 de mayo de 2009

Una larga relación de buques

Algunos ya sabéis que este blog no es un fin, sino un medio para conocer como funciona el Business de Internet, mantenerlo me sale mucho más barato que hacer un cursillo y estoy conociendo herramientas nuevas que sin duda, algún día me serán de utilidad. Lo que no me esperaba era conocer gente a partir del blog. Para promocionar las visitas al blog, he puesto reclamos en varias webs de anuncios gratuitos, por ejemplo en loquo, del grupo eBay, concretamente en el apartado de aficiones. El texto del anuncio dice: Mi Barcelona Privada, un paseo por los mejores restaurantes de la Ciudad Condal. http://myownprivatebarcellone.blogspot.com. Pues desde hace unos días recibo regularmente un correo, a través de la mensajería de loquo, que dice como sigue: “me ha impresionado cuando vi su perfil en madrid.loquo.com y como usted a enviar de vuelta a mi bandeja de entrada de modo que puedo enviarle mi foto para que usted sepa quién soy. Creemos que podemos establecer una larga relación de buques con usted”. A mi me preocupaba lo de la larga relación de buques., pero hoy por fin me ha escrito en inglés: “I was impressed when I saw your profile at madrid.loquo.com and will like you to email me back to my inbox so that I can send you my picture for you to know who I am. I belive we can to establishe a long lasting relation ship with you”. Vaya, un espacio en blanco entre “relation” y “ship” ha permitido, en este caso, un “win in translation”. Me preocupaba que quisiera tener una larga relación de buques, pero que quiera tener una larga relación, a secas, casi me preocupa más. Por que si quisiera un friendship o partnership, a ver… aún se podría pensar, filtro Internet por en medio. Otra cosa es lo del perfil, no gasto… a saber lo que ha leído, y sobre todo, a la luz de cómo funcionan los traductores automáticos, a saber lo que ha entendido. Un ejemplo: Peter Pan será Peter Bread?.

miércoles, 13 de mayo de 2009

O'Retorno

Este nombre que evoca morriña se corresponde con un gallego. Es curioso, en Barcelona, un restaurante-taberna que se llama vasca o eusko, difícilmente consigue evocar el sabor de las tabernas de Donosti, esas barras atiborradas de pinchos y esos camareros que tiran cerveza y al final te preguntan ¿Cuántos? Tú contestas, cuatro y ellos dicen "cuatro euros, pues". Siempre queda el lamentable espectáculo del señor que entra en un sagardi (sidrería) se pide un zurito (corto, caña) y se queja al camarero y le dice, "No, no, no un zurito (corto, caña) pero en grande", para extrañeza del camarero. Cuando el camarero tiene tablas, le comenta al cliente que pida el zurito en jarra de tercio o medio litro, según la sed. He quedado con JJ, me propongo ir a un restaurante de menú cercano, en la calle Valencia... le he prometido que voy a avanzar, pero no avanzo... Me puse el mismo día a currar, hice una página en poco más de un minuto, pero me llamó mi jefe, me metió en una conferencia y se fue la magia. Luego está la mudanza del piso, este blog se ha ralentizado porque estoy moviendo cajas, redecorando mi vida, vaciando armarios y llenando contenedores de basura al grito de ¿Pero cómo se me ocurriría guardar esto? Y es que vivimos en un eterno retorno, una juego de la oca, que al ganar te sitúa nuevamente en la casilla de salida. O'Retorno. La victoria no es posible, pues siempre va acompañada de su gemela. JJ también está de mudanza, así que seguro que comprende mi retraso, la buena noticia es que en pocos días habré terminado la fase 1 de mi O'Retorno personal y dispondré del tiempo e inspiración requerida para volver a emprender el trabajo. Es JJ quien encamina nuestros pasos hacia un pequeño restaurante próximo a dónde estábamos. O'Retorno es un bar gallego, de esos que te enganchas a la mesa, en el buen sentido, con mantel individual de papel, con escamarlans vivos dándote la bienvenida, a modo de aperitivo previo paso por la plancha, sus pimientos de padrón, su solomillo plancha y que raciones. Pedí el solomillo abierto en mariposa, para que esté muy hecho... bien, el resultado fueron cuatro tacos de solomillo de dos dedos cada uno. A ver si mañana me acuerdo de preguntar a JJ si le han montado ya el ADSL de su nueva casa... O'Retorno, es carillo en el sentido de que ya que estás, y tienes ante ti una caldera de arroz con bogavante, no te pedirás una pechuga de pollo a la plancha. Pero si tienes en cuenta la calidad de la materia prima y lo abundante de las raciones, pues de caro nada. Eso sí, lo que yo vi en la carta era sota, caballo y rey... comidas sencillas sin artificios ni florituras, una plancha, un cuchillo y una ternera y ellos van haciendo (y un saco de marisco en la plancha de al lado). Un gallego, gallego. Como los que conocí en Vigo, cerca del "Corrígetecharo". ¡Que tiempos! O'Retorno está en Compte d'Urgell, 168, esquina con calle Mallorca. Teléfono: 934531104. Lo curioso, curioso, de la foto que ilustra el blog, fijaros... al final de la página de la derecha, cuando ya se acaba, pone "postres", hay un solo postre indicado en esa página dedicada al marisco. Nada más un postre en esa página. Es algo así como que son gallegos, gallegos pero del corazon das Rias Baixas. Por supuesto, los siguientes 14 postres están en la página siguiente.

viernes, 8 de mayo de 2009

Murria

Y yo que en mi ilusión pensaba que no se podía ser más desagradable que el helado de fabada, hasta que me enteré que una heladería asturiana produce semejante delicatessen y lo que es más interesante, la venden. Y claro, si te dan a elegir, fresa, chocolate, limón, turrón o fabada, ¿De qué quieres tu helado? Obviamente de fabada. ¿Pero se puede ser más desagradable y estirado que un dependiente del Colmado Múrria, de Barcelona? Años comprando, y ni una sonrisa. Ni un detalle, ni una palabra amable. Eso sí, han sido capaces de transmitirme algún sentimiento: El de la inmensa pobreza y limitación de mi cuenta corriente. Pero venden. Es extraño, pero venden. El dueño no es tan desagradable, solo te deja de atender a la mitad. A lo mejor venden por que tienen productos delicados algunos, exclusivos los otros, siempre a un precio prohibitivo, y notablemente más caro que en otras tiendas de la ciudad, incluido el Club del Gourmet del Corte Inglés. A lo mejor venden por que el escaparate es muy bonito, y está muy bien puesto. Quizá por las docenas de referencias en quesos. No lo sé. A mi me gusta comprar el chocolate blanco, de la Nyroca, no sé si aún lo venderán. También galletas y chocolates más o menos exclusivos, hasta que descubrí 14 tiendas más en Barcelona que vendían productos de la misma calidad o superior, y mejor de precio. Fui la primera vez a comprarles por que coincidió algún que otro comentario festivo. El más curioso, de David R. que cada Noche Vieja va con su novia/esposa a comprar la cena que compartirán con los amigos. Se gasta una pasta, pero es una tradición y es bueno tener tradiciones, como la de fumar un robusto robaina los domingos, después de comer, así es David R. un hombre tradicional. Poco después la Señora Nata me explicaba una maniobra oscura de ese dependiente. Una mujer mayor iba pidiendo producto para la cena de Navidad. Por ejemplo, pedía trufa para rallar sobre los canelones, y ya se sabe como son las abuelas. Sobre todo, joven, que sea buena. Claro señora, tartufo bianco. Bocato di cardinale. 400 euros la trufita. La señora iba con su hija, que más o menos dejaba hacer a la madre y cuando repasó la cuenta, antes de pagar, en un golpe de discreción retiró media compra, porque con todo iba igual. A ver, no te pegan y tienen un gran surtido, "Flores Navarro" está al lado y solía ser una visita doble, primero Múrria y después "Flores Navarro". Dejemos Murria para los turistas y para que asalten a las pobres ancianas y a los pijos que lo merezcan. Hay tanta Barcelona por descubrir que no merece la pena pagarla tan cara. Se busca exclusividad a precio de serie. El local es modernista. Ahora hablando en serio, a la gente se la debe dar siempre una oportunidad, el jamón en dulce es delicioso, el salmón ahumado salvaje también. Merece la pena ir a comprar unas flores dónde Navarro, y luego echar un vistazo, a ver si los de Murria siguen igual de dispuestos para el comercio, o han resuelto sus áreas de mejora. Múrria está en Roger de Llúria, 85, esquina con calle Valencia. http://www.murria.cat

miércoles, 6 de mayo de 2009

La Pera

Si yo fuera Raquel, qué podría decir de La Pera. Un sitio agradable, con un propietario, cocinero y camarero muy solvente y volcado en gustar. Un lugar íntimo, 3 mesas o 4. Pero sobre todo una cocina distinta, entre lo moderno, lo exótico y lo nuevo. Desde el punto de vista sentimental, no puedo pasar por alto que gente a la que respeto, como Quim, Carmina, etc. Elegían La Pera para brindar los tránsitos de la gloria de este mundo, que si me cambio de empresa, que si lo otro. Pero es que yo soy yo, y sin sentirme especial tengo mis propias sensaciones. Cuando tienes una carta corta (Que mis amigos se apresuraban a degustar, a veces íntegra) Sé flexible con el pobre animal que soy yo que no come queso y no come comida que no sabe pronunciar, entre otras limitaciones, que son mías y me acompañan donde voy. Cuando miro la carta y lo más bonito, a mi criterio, es una cosa llamada Patata Fibra Óptica, que consiste en un taco de patata un extremo cortado en paja, el otro en taco regular, simulando lo que dice su nombre: Un cable de fibra óptica, pochado en aceite, supongamos que aromatizado. No suena del todo mal, pero el resultado es un trozo de patata que sangra aceite como la sangre de las películas gore, medio cruda, medio pasada, ni frita, ni pochada. La alternativa es comer algo que se puede llamar saquito de morcilla con reducción de calvados sobre puré crujiente de albaricoques deshidratados (Obviamente, me lo he inventado, pero no voy tan desencaminado) pues va a ser que no me levanta el espíritu... ¿Qué hacen bien en La Pera? a mi criterio, tienen buen pan, buen embutido, buen vino, buena cerveza. No cunda el pánico. ¿Por favor, me puedes hacer un bocadillo de fuet, por ejemplo? Pues va a ser que no, claro. Tengo 3 mesas y 12 sillas así que al mediodía, a comer bocadillos al parque. Gracias a la intercesión de Raquel, que tiene una caída de ojos muy convincente, comí bocadillo rollo "te salvo la vida, gilipollas, por que vienes con ella, pero la próxima vez, al parque vas. Homeless, que eres un homeless inculto ¿Pero cómo no te gustan los saquitos de morcilla con reducción de calvados sobre puré crujiente de albaricoques deshidratados? Hombre ya! Con lo deliciosos que están, Y tengo un risotto con parma impresionante, y otros dos platos con queso deliciosos". Bueno, pues la próxima vez me iré al parque. De hecho yo solo pisaba La Pera en caso de fuerza mayor, como que me invitasen a hacer ver que comía y siempre por la compañía. Yo era más de lentejas en El Paso, bocata en el Psico, y como no, merluza plancha en el gallego. Pero si me invitan a comer, yo me esfuerzo. Estoy seguro que alguno de los que leéis de tanto en cuanto este pequeño blog habéis compartido mesa en La Pera conmigo. Yo tengo claro que no pondré los pies en semejante garito con un dueño que nos caemos mutuamente tan bien. Cocinar es algo más que comprarse una termomix, y hacer combinaciones con descripciones imposibles, y mucho queso para ablandar el sabor, y todo muy picadito, tipo puré o albóndiga... no. Pero estoy seguro que vosotros, tenéis una visión antagónica, os encantan los platillos, os encanta el oficio, y os encanta la persona que lo lleva... así que para gustos los colores. Me temo que tú, lector anónimo, deberás ir y sacar tus propias conclusiones. Para que te puedas acercar, La Pera está en la calle Concepció Arenal, 86 y tiene el teléfono 933403103. Dad recuerdos, de parte del que quería comerse un bocadillo al mediodía, a ver que pasa.

sábado, 2 de mayo de 2009

Can Ravell

Podría estar refiriéndome a la mantequería de la calle Aragó, o tal vez podría estar recordando el ya cerrado "menjador de Can Ravell", pero en realidad me inspira esa rebotica ya desaparecida, muerta de éxito. Debió ser a principios de la década que terminamos cuando me acostumbre a ir a Can Ravell. En la entrada, unos estanterías abarrotadas de productos deliciosos, de los que nutren incluso al verlos. Maltas épicos, como Benrromach, o Caol Ila, brandys de Jerez y Málaga, cognacs franceses, calvados, rones centenarios fabricados en una Cuba aún española, salmón, quesos, embutidos, especies, cacaos, sales (flor, gema del himalaya), vinos de cualquier parte. Si consigues atravesar este espacio, llegabas a una gran mesa, de unos 3 o 4 metros de largo y con bancos a ambos lados. Llegabas y te sentabas, se comía a mesa corrida. Yo iba con Carles y Neus, a quienes debo tanto. Una vez me toco al lado unos famosos periodistas radiofónicos y humoristas catalanes. Era el día de Sant Jordi, y habían coincidido con una poetisa de San Sebastián, que había venido a Barcelona a firmar libros. Poco a poco, y con la soltura que da el vino y la buena mesa, aquella pobre mujer se fue metiendo en las fauces del lobo, recitaba sus poemas para mayor burla de todos los presentes, siguiendo el guión no escrito de los bufos. Cuando marcharon, la poetisa me toco a mi, e intente que entrase en contacto con la realidad. Fue imposible. Que chicos tan simpáticos, me decía. Otra vez me tocó un grupo de turistas americanos, que habían llegado hasta allí siguiendo los pasos de alguna buena guía. De ellos recuerdo la cara de susto cuando el camarero les trajo medio cordero en un plato de hierro. Se diría que hubiesen preferido una hamburguesa. En el Menjador de Can Ravell, restaurante pijo, finolis, caro, y cerrado, comí en cierta ocasión, que susto. Tengo la costumbre de dar a elegir los vinos a mis acompañantes, en este caso era un cliente que no se andaba por las ramas. Quiso el azar que la carta acabase en mis manos. Si en Can Ravell hay una botella que llevaba el precio de 1.000.000 de pesetas, más para decorar que para otra cosa, en esa carta había varios vinos de 600 euros, y de 1.000, y de más. Que espanto, ¡oiga, que es un cliente! ¡no me tiro a su mujer! Un servicio de porcelana muy delicado, con grandes bordes decorados con pan de oro, una cubertería de plata, alpaca o simulando esos diseños barrocos y una cristalería fina, completaban la ambientación. Una comida demasiado refinada para mi limitado paladar. De la fusión de la mesa corrida y el rstaurante de tiros largos, nace el nuevo Can Ravell, en la misma ubicación de la mantequería, pero en el piso de arriba. Se accede atravesando el mismo espacio, por el final de la tienda, pasas por donde se ubicaba la mesa original, el principio de todo, dicen que las estanterías que rodeaban la mesa original, los clientes guardaban sus propias botellas de licor, para los chupitos del final. Después atraviesas parte de la cocina, una escalera de caracol y apareces en el comedor. Hay varias salas, comedores privados, y una sala grande con multitud de mesas clones a la original. Pero claro, ahora llegas, y como hay varias y no están llenas, no te sientas al lado de nadie, inauguras tu propio espacio. Si alguien más lo usa, es en el otro extremo, dificilmente se intercambia palabra con comensales ajenos. La comida sigue siendo tan deliciosa como la del Ravell original, sencilla y basada en un producto de gran calidad. Servida en la sofisticada vajilla, algo desportillada ya, del Menjador. Al menos algunos platos, de repente, vienen con esa ancha orla de oro. Precio cerrado del menú, pero es un menú caro, y lo existe el peligro de que vinos o licores lo encarezcan notablemente. Es un lugar curioso, de los que me alegra decir que conozco, y al que sin duda volveré, aunque para compra productos para paladar delicado, siempre fui más del Murria, me confieso culpable, también he comprado en Ravell. Can Ravell, Aragó 313. http://www.ravell.com, teléfono 934575114.

viernes, 1 de mayo de 2009

El Suquet

He quedado con Luís y José, me he entretenido y ya llevan unos minutos esperando en la puerta de mi oficina. Así que me apresuro a salir y poner rumbo al Suquet. Hacía años que no comía en este clásico de la zona. Unos 10 años. Recuerdo de la última vez unas albóndigas con sepia mientras discutíamos los pormenores de una de las mayores operaciones comerciales en las que me he visto involucrado con quizá el mejor cliente que he tenido, si bien no por su volumen sí por su carácter y disposición a hacer negocios. Ahora el cliente es otro, y las discusiones más ásperas, pues hay que sacar adelante una serie de temas aunque nos cueste, pero no tengo duda que somos la gente adecuada para salir adelante. la conversación fluye mientras observamos la carta, un menú de tapas y ensaladas como entrantes y unos segundos que suenan atractivos. Un aperitivo, me pido una mixta, compartimos unos buñuelos de bacalao, unas habas salteadas y unas gambas al ajillo. De segundo, por recuerdo del arroz de verduras de la Mifanera, me pido la paella de verduras, postre, en mi caso unos profiteroles con chocolate caliente. Un café y una copa de magno, que es viernes. Unos 20 euros. No está mal. Las tapas, de corte clásico y elaboradas con oficio, pero el arroz, sin estar malo, pues no era lo mismo. La decoración, rústica, clásica y no demasiado lógica, todo se tiene que decir. Como me queda muy cerca, tengo la impresión que este reencuentro feliz se va a repetir en breve. El Suquet está en la calle Valencia, 153, http://www.elsuquet.com, teléfono 934536844.

La Mifanera

En chino, mi fan significa arroz cocido, apelmazado, para poder comerlo a su gusto, con palillos. Tan popular es esta suerte de arroz en China, que igual que los ingleses tienen un electrodoméstico exclusivo para hervir agua para el té (a saber para qué usan el microondas)los chinos disponen de un aparato eléctrico exclusivo para cocer arroz, por regla de tres, si lo que hace batidos es una batidora, lo que hace "mi fan" llamémoslo "mifanera"... No sé si la Real Academia estará de acuerdo. En éste templo del arroz de Barcelona tuvo lugar el último miércoles de abril la reunión ON3, con gran alegría por mi parte, al volver a encontrarme con Susana y Carmina. Por la mañana, en el tren, me tropecé con Lluis y al salir del restaurante bajé andando con Raquel. Como quién no quiere la cosa, comentas en voz alta alguna anécdota, afortunadamente buena, de Lluis, y mira por dónde, amigo íntimo de Raquel. Y es que el mundo es un pañuelo. Unas tapas son la excusa para iniciar la comida, nosotros hemos pedido las bravas a su estilo. No son las mejores de Barcelona, pero son curiosas. Un día debería hacer un post dedicado a las bravas. Las más curiosas que he comido, en el Arola, el restaurante del Hotel de les Arts. En La Mifanera elaboran una especie de parmentier, posiblemente pochando patatas en aceite de girasol tibio. Elaboran la parmentier, así lo imagino yo, pasando las patatas escurridas por un pasapuré, le añaden una yema de huevo, sazonan, y baten para que quede bien cremoso. Con esa mezcla rellenan los óvalos de una cubitera, le ponen una gota de salsa de tomate picante en su interior y sellan con la misma mezcla. Una vez helada la masa, la desmoldan y fríen. Las sirven acompañadas de allioli, todas iguales. Unos rollitos de primavera, la verdad es que bastante buenos y un arroz de verduras han sido la comida elegida del menú, breve pero agradable. Entre los demás comensales ha triunfado el risotto de espárragos. De postre piña natural. Un vino de aragón (campo de Borja), coupage de garnacha y shyra, realmente adecuado, pan, agua, café y un servicio eficiente han completado una comida por la que hemos pagado una media de 17 euros. Increíble. Todo rico, todo en su punto y lo más impresionante, a pesar que quien me conozca le cueste creerlo, todos los platos de mi servicio volvieron a la cocina sin una pizca de comida. Me lo acabé todo, hasta el último berro de la guarnición. O bien tenía mucha hambre, o bien estaba todo muy rico. La compañía, como siempre, lo mejor. JJ es el responsable de organizar ON4, espero impaciente su convocatoria. La Mifanera, arrossos del mon, está en la calle Sagués, 16. Teléfono 932405912.