jueves, 2 de julio de 2009

La Fitora

ANGELES ESPINOSA - Teherán - 03/07/2007 El Pais.com Siete turistas españoles resultaron muertos ayer en Yemen en un ataque suicida en las ruinas de Mareb, 200 kilómetros al este de Saná, la capital del país. El atentado también costó la vida a dos de sus acompañantes yemeníes y dejó heridos a otros seis españoles (a uno de ellos de gravedad) y a dos yemeníes, según las informaciones difundidas por la agencia oficial de noticias yemení, Saba. Gabi, que merece salir en la prensa por mil cosas, apareció citado en los periódicos del día siguiente. Él era uno de siete. Es difícil glosar cómo conocí a Gabi, era un compañero de trabajo, pero no era uno más, Gabi fue la persona que me sustituyó al frente del proyecto ilusionante, como él lo llamaba, cuando yo perdí la ilusión. Un hombre inteligente, buen compañero. Pero siempre le recordaré por su eterna ironía, capaz de hacerme reír en los momentos más desesperantes, por que siempre veía el lado más cómico de la vida. No es de extrañar que dejará tanta huella en sus compañeros, y no es de extrañar que dos años después que las bombas nos lo arrebataran, un grupo nos hayamos reunido para brindar por él, con la amargura de saber que hoy, Gabi, han enterrado a tu padre, que falleció el sábado pasado y a tu madre, que falleció anteayer. Dos años han vivido el dolor de tu ausencia, no sé si existen las casualidades. El lugar elegido, La Fitora, casualidad o no, uno de los restaurantes favoritos de mi hermano, y por tanto elegido para reuniones familiares. Está casi puerta con puerta con el Cangrejo Loco, pero la comida no tiene nada que ver, todo tiene más pinta de precongelado o recalentado. Los precios tampoco son lo mismo. Pero si lo que se busca es el marco, comer dentro del Mediterráneo, en el que Gabi hacia submarinismo antes de viajar a Yemen en la compañia de su esposa, también asesinada, en tal caso, La Fitora es un lugar magnífico. Cualquier lugar es magnífico para alzar la copa dando gracias por haber podido conocer a Gabi. Arroces, tapas (chipirones, calamares, jamón, buñuelos) vino blanco Cavas Hill, cava Gramona Imperial, aguas y cafés... menos de 30 euros por persona. La Fitora, Moll de Gregal, 18, Port Olímpic. Teléfono: 932212243. PS. El cuerpo es una vaina, el alma es la espada: en la espada se halla la acción... no en la vaina. (Leído por ahí y recordado oportunamente).

miércoles, 1 de julio de 2009

Olokuti

He estado unos días alejado de Internet, eso es bueno para mi próxima presbicia que está por llegar, pero que hoy Elena insistía, durante la comida, que llegar, llegará. Y es que estábamos cada uno en una acera de Gran de Gràcia, para cruzar el semáforo, y a la altura de Fontana y hasta que Elena no se ha abalanzado sobre mi para darme un par de rotundos besos, ni me he percatado de su presencia... gafas de sol no graduadas, sol en la cara, y el aturdimiento previo a la comida, supongo, han contribuido a mi desorientación. Pero no voy a hablar de la comida, eso será un próximo post de los muchos que tengo pendientes y que apunto ahora: Ca' la Nuri, La Clara, La Fitora, Regreso accidental al Cangrejo Loco, Fontana, Ágora, Cruixent, ON-5. Hablemos del café, si habéis estado en Marruecos, y os han enredado para ir a comprar alfombras (o en otros países árabes como Egipto pasa igual) os habrán sentado en la tienda y os habrán hecho la ceremonia del té... Mientras tratan de llegar a una complicidad emocional contigo, sienten un repentino afecto hacia ti y tu forma de vivir, que dura lo que dura el té y la posibilidad de que cargues desde el Bajo Nilo o el Alto Atlas hasta Barcelona con una alfombra "made in China". Me sigue maravillando que un comerciante de Aswan se sepa la alineación del Barça de carrerilla, pero es que le dices que eres del Espanyol y te dice la alineación del Espanyol. La ventaja del té es que el agua está hervida, y no deja de ser refrescante. La primera copa de té que nos sirven no lleva azúcar y está muy concentrado, amargante. La segunda copa lleva algo de azúcar y ya está más aguado. La tercera taza es solo azúcar. Y mientras sirven las tres tazas, te recitan, "El primer sorbo es amargo, como la vida. El segundo sorbo es suave, como la muerte. El tercer sorbo es dulce, como el amor". Pues no sé si con té, pero en Olokuti, calle Asturies, 38, barrio de Gràcia... practican algo parecido pero con café. Ellos son una tienda de comercio justo, con un aire entre ibicenco y todo a 100, con regustillo a Kasbah. Pero si quieres, en la caja te pides unas tazas de café y un azucarillo, vas a la cafetera superautomática que está en un mueble bajo, en la antesala del jardín, te haces tu café y te sientas a la sombra de un níspero enorme, el más grande que vi en mi vida, a tomar tu café, rodeado de estatuas de algún discípulo de H. Moore, digo por el precio... 3.500€ la que me ha gustado (H. Moore, "Objeto de seducción", la peli). El que me haya fijado en las estatuas, así como que por la tarde me haya comprado un cónsola para un centímetro cuadrado que tengo libre en casa me ha recordado un fragmento del Tao Te Kin, "La habitabilidad de una casa depende de sus espacios vacíos. Así pues, si bien la existencia de las cosas puede ser buena, es su no existencia lo que las hace ser útiles". Y eso lo leo después de haber alquilado un micro almacén, para poder vivir en mi casa, vaciándola de cosas tales como un Djembe, una silla senegalesa, una bicicleta, y una larga serie de objetos que se demuestran más útiles alejados de mi. Yo ya no cabía en casa, eran o ellos o yo al microalmacén. Olokuti de la Calle de Asturies, 38, o el jardín de la alegría, como lo llama Elena me ha parecido como tienda, interesante... Pero como lugar para tomar un café... Impresionante, la diferencia de sensación térmica es muy agradable, nada masificado cuando he estado yo, acogedor, fresco, ideal para una conversación. No he visto, eso sí, la planta de cannabis que debería estar sembrada en un jardín de la alegría que se precie. En la foto, Elena, y su alegría en el jardín, a la sombra del níspero.