miércoles, 28 de julio de 2010

La Despensa de Laforja

La azafata se pasea por el pasillo del avión, en vuelo entre Granada y Barcelona. A pesar de que es primera hora no puedo dormir, el asiento contiguo lo ocupa Martín. A Martín no le da miedo volar, solo pánico. -¡Azafata!¿Vamos a tomar tierra? -Martín, tranquilo, te vas a "jartar! de tierra, le espeto. Su mente está ocupada con ¿Qué habrá querido decir Toni? Cuando por fin aterrizamos en El Prat. A propósito de El Prat, el otro día leía un texto por internet, supongo que escrito con un traductor automático, que hablaba de aterrizar en el Prado... y me costo mucho, mucho desligar la palabra Prado del museo, para transformarla en un aeropuerto. Leer, a veces, es perjudicial para la salud.

Esta anécdota me la refiere Martín cuando hoy nos hemos sentado a comer, casi 10 años después. Se ha sumado a la comida antes de vacaciones con Sergi y Elena.

No entiendo porque los taxistas de Barcelona les encanta ir a los sitios en zigzag, pero es peor preguntarles. Por fin nos detenemos en Aribau Laforja, tan en su tiempo que esperando en el semáforo están Elena, Sergi y Martín que se disponen a cruzar Aribau. El sitio lo ha elegido Elena, y menudo descubrimiento. Si algún día yo tengo un establecimiento de restauración será muy parecido a La Despensa de Laforja.

Si digo que de aperitivo nos han dado fiambre de pechuga de pavo, ensalada de primero, butifarra de segundo y de postre una naranja, precio del menú 14 euros, puede parecer bastante caro. Si digo que todo estaba servido con un mimo propio del que ama su oficio de restaurador, que el fiambre de pechuga de pavo estaba cortado finísimo, servido en pañuelos, rociado por una suave capa de tandori, y acompañado de aceite de oliva arbequina y cristales de sal maldón y un cestillo con pan de semillas, pan rústico y pan francés, la cosa cambia. Si digo que la ensalada tenía un mezclum muy agradable con predominio de la hoja de roble, y acompañada por rodajas de kiwi, piña natural y fresones, con una vinagreta de miel, la cosa cambia. Si digo que la butifarras estaba la carne en forma de hamburguesa, sobre un lecho de verduras (judías verdes, espárragos y zanahorias) cortadas en juliana, tipo espaguetis, y una salsa con base de soja, y unos pimientos de Tolosa, la cosa cambia. Si digo que la naranja estaba pelada y cortada, con un hilo de miel y salpicada de nueces, la cosa cambia. En ningún momento, en la mesa nos ha faltado ni pan, ni agua, ni cerveza, ni nada, siempre una mano invisible cambiaba las copas y ponía lo que necesitábamos. El precio del menú así servido 14 euros, simplemente genial. Mis amigos han preferido el timbal de morcilla de Burgos con huevo ecológico y se deshacían en elogios, yo más temeroso del colesterol, me he tirado a la lechuga. No sabía con que foto acompañar este post, si con las estanterías abarrotadas de especies y aceites, salsas y conservas, vinos y chocolates, o con el aparador con los platos precocinados, con las fotos de los platos montados; me he decantado por uno de los cuadros a la venta en el mismo local, pues no solo de comida se alimenta el hombre.

El inconveniente, me comenta Elena, es que el horario de funcionamiento es el de la tienda, y solo tiene cuatro mesas, al mediodía, sin reserva ni lo intentes. Por la noche, solo grupos y pactado previamente con el dueño. La sobremesa se puede alargar lo que sea necesario. El cocinero ha salido a comer, y nos ha sorprendido, iba perfectamente uniformado pero si tenía 18 años, aparentaba menos. Probablemente el hijo del dueño, por especular.

El inicio de la comida ha venido marcado por los acontecimientos políticos que están despertando a la sociedad civil catalana de todos los colores. Conocedores que nuestras visiones políticas de la sociedad no son coincidentes, hemos basado nuestra conversación en aquello que nos une y nos hace sonreír, que diferencia con lo que ocurre en otros círculos donde la política comienza a abrir grietas que tardarán tiempo en taparse.

Menudo descubrimiento La Despensa de Laforja, he acabado comprando materia prima, para una cena que doy el viernes, momento que mis amigos han aprovechado para pagar la factura del restaurante, así que la próxima vez, me toca a mi. La Despensa de Laforja, Laforja, 80, entre Aribau y Muntaner. Teléfono 93 209 9199, por favor, no corráis la voz, son solo 4 mesas. http://www.ladespensadelaforja.com

martes, 27 de julio de 2010

Kin Sushi bar

Recibí un email, es Álex. Nos hemos cruzado en la puerta del Corte Inglés, cruzando la Ronda Sant Pere. Hace años que no nos vemos, de hecho llevaba a su hija de la mano y la última que desayunamos juntos, su esposa estaba aún embarazada. Debido al tráfico no pasó de un saludo y una sonrisa. El mail me propone que nos veamos un día, y si quiero quedamos para comer ¡Por supuesto! Yo como todos los días, a Dios gracias. El siguiente correo me cita un día de entre semana en un restaurante en los alrededores de mi oficina, un japonés. No recuerda el nombre, en la calle Provença, 97.

El día señalado y a la hora convenida me dirijo a Provença, 97. Entro en un restaurante llamado Mon, con una decoración bastante minimalista. Me trae la carta una camarera, su cara me suena, le digo que no voy a pedir, que espero un amigo. Me ofrece un aperitivo, -Sí, claro, una coca-cola. Me trae el refresco y un bol con aceitunas. Hay debería haber sospechado algo...

Pasa el tiempo, media hora o tal vez más, y mi amigo no se presenta, le llamó, pero el número que conservo en la agenda era el móvil de su anterior trabajo. Intento localizar amigos comunes, pero deben estar comiendo, no me contestan. Pasan ya tres cuartos de hora, y me asomo a la calle y ¡Bingo! en el mismo número hay otro restaurante, este japonés de todas, todas. Kin sushi bar. Dentro está Álex, que ya ha empezado a tomar su menú, solo, extrañado de mi ausencia. Vuelvo al Mon y la camarera, me suena su cara, me sonríe y me invita a la cola. Le prometo que volveré.

Esta semana volví a quedar a comer con Álex, y repetí bar. El menú vale 9,95 euros y es un menú poco dado a las sorpresas, es prácticamente idéntico al de la vez anterior. Un aperitivo que consiste en cuatro lascas de salmón marinado en mirin, con semillas de sésamo tostadas y de amapola y una salsa que podría ser una mostaza, makis, fideos fritos, y pollo empanado con una salsa tipo teriyaki, o digamos barbacoa que se entiende más. A mi este menú me da acidez.

No sé como será comer a la carta, los platos, desde luego, aparentan apetitosos y están servidos según los usos japoneses. Lo que no me gusta de este restaurante es que está lleno de compañeros de mi oficina, y llámame asocial, pero no me gusta coincidir en los mismos sitios con la misma gente.

Hablando de coincidir, al ir a pagar hay una persona en la caja, Álex me pregunta si le conozco, y la verdad es que sí. Me lo presentó Cristina hace unos años, en una escuela de verano para cargos electos del Partit Popular de Catalunya, ese día Daniel estaba muy contento, le habían confirmado que entraba en puestos elegibles en la lista por Barcelona al Parlament de Catalunya. Ahora Daniel Sirera, aunque estoy desconectado de la política, me parece más un juguete roto. Está comprando un catering para llevar, Fuera le espera un coche con chófer. Nosotros vamos a la terraza de al lado del Kin Sushi Bar a tomar un café, por que este restaurante, lleno de personas a tomar su menú de mediodía (menú sin opciones, tipo "esto es lo que hay") tiene una acústica horrible, y cuando no te oyes, chillas más y aquello parece una patio de subastas. Kin Sushi Bar, Provença, 97, 93 363 0791

lunes, 26 de julio de 2010

Noname Restaurante

Leía hoy en La Vanguardia que los hermanos Adrià atacan de nuevo. Ahora se proponen construir un restaurante de tapeo con una superficie de 400 m2 en el Paralelo. Aunque la noticia de entrada me deja frío, mi economía no me permite pagar croquetas a 2 Euros... Lo he relacionado con el antiguo local del concesionario Citroen, ahora en obras.

Hace unas semanas, cuando iba a cenar al Carmesí para celebrar el cumpleaños de Savi, pasé por la puerta y había una exposición en ese mismo local, de una asociación pro derechos civiles de los enfermos mentales, que relacionaba la práctica psiquiátrica con la tortura. De locos. Pero me parece un buen antecedente para lo que debe ser la factoría de hacer billetes más grande de Barcelona, en lo que a restauración se refiere.

La parte más positiva de la noticia es que la oferta gastronómica de la zona va a aumentar, aunque posiblemente ya sea la mejor de la ciudad, encabezado por buques insignias como El Rosal, 34, Bohemic o Casa Lucio. Omito Inopia a propósito, pues no sé si seguirá existiendo, supongo que sí.

Voy a seguir las obras de ese viejo local con interés. Mi apuesta es que ese restaurante que aún no tiene nombre se ubicará a 200 m del Inopia, actual restaurante de los hermanos Adrià en Barcelona y lleno hasta la bandera cualquier viernes por la noche. El local que sospecho se convertirá en restaurante se ubica en la confluencia de la calle Tamarit con Paralelo, digamos Enteza número 0. ¡Ojalá volviese a abrir Adriana Farreras! Mítico restaurante que en su día estaba en la misma manzana, lado Tamarit. Por cierto, Arzac ya habrá escrito, seguramente, su artículo citando el nuevo restaurante como el mejor de la Ciudad Condal, pero yo esperaría a que montasen la cocina. En la foto, el local tal y como se podía ver a finales de agosto de 2010. Unos días antes, un obrero me reprendió al verme fotografiar el cristal, una perspectiva parecida. Parece ser que en Barcelona está prohibido hacer fotografías en la vía pública, si cerca hay un cristal que separa del local de los hermanos Adrià. Poderoso es Don Din. Es probable que no fuera el único o que siguieran mi consejo de proteger su intimidad, ya que los escaparates se hicieron para mirar a través de ellos.

sábado, 24 de julio de 2010

Restaurant Toc

-Com deia el meu amic francés, "Paris és una ciutat, Barcelona és un poble. Aquí et lligues una noia i a l'endemà tothom pregunta". Esta afirmación de XC viene precedida de un camarero (creo recordar que la maitre de sala del Toc) que le reconoce y le comienza a explicar que si su hermano estuvo ayer, que si lo otro. Uno no va a un restaurante para saber como esta su hermano. Hay dos hipótesis, la relación entre los hermanos es fría, en tal caso el camarero puede abstenerse del comentario; o por el contrario que sea una relación cordial, entonces tú sabes mejor que quién te comenta, pero en un restaurante esperas comer y punto.

Pues no puedo estar más de acuerdo... Paseas por Pelayo, y te encuentras a Lourdes y Marc en una tienda, a merendar al Forn Mistral. Vas a tapear al Jabalí, y en la mesa de al lado, Isabel, Maribel y una amiga de Berlín, o como hoy, que cenando dónde Lucio nos hemos encontrado con Sol y Alberto. Después copas en el Vivaldi Bar.

Quizá me hayan aplazado la comida siete u ocho veces, siempre con puntualidad germánica me han vuelto a convocar, esta vez en el restaurante Toc. XC es quizá el vivo ejemplo de una persona trabajadora, que ha alcanzado haciendo uso de su buena cabeza y su honestidad, varios puestos de la máxima responsabilidad en las administraciones públicas. Nos conocimos hace mil años, cuando él no tenía ni escolta ni coche oficial. Ahora hace ya mucho que no hablamos, pero teníamos ganas de vernos. Él, supongo, por ganas de no perder el contacto del todo, por mi parte explicarle mi situación profesional, que en ese momento, hará unos años, tuvo un pequeño bache y XC sabe escuchar.

Estoy en el restaurante, me llama la secretaria, se demora por una reunión. Llamo a José Luis, a su madre le han diagnosticado una grave enfermedad, y las vacaciones de verano no pintan demasiado bien. Repaso mi correo. Entro en el restaurante y pido mesa.

En el piso de arriba las mesas y la arquitectura están dispuestos para dejar algunas mesas semiaisladas de forma visual, de manera que el ambiente es un poco más íntimo, tranquilo y acogedor, pero la sensación es falsa. Oigo la conversación de la mesa de al lado como si fuese la mía. Eso no es grave, parece ser que van a ir de vacaciones a Formentera, donde uno de los comensales dispone de un restaurante o club o nosequé en asociación con su buen amigo Nacho Vidal, el actor porno. Ahora sé que el restaurante de Formentera es el Flipper and chiller, en Platja des Migjorn, y que la persona que elogiaba las dimensiones del miembro viril a sus incrédulas acompañantes supongo debería ser el dueño de Can Pinxo, que estaba sujetando un vaso de tubo en la mano. Mientras yo seguía esa conversación propia de la casi extinta "gauche del Bocaccio", tremendamente progresista en las formas y en lo político, terriblemente elitista en cuanto a lo que debía costar la mitad de lo que explicaban que hacían para pasar sus tiempos (No lo recuerdo con exactitud, ha pasado mucho tiempo, pero algo así como invitar a los amigos a la isla, pagando el billete de avión) denotaban un ritmo de vida al alcance de pocos patrimonios. En lo más interesante y pornográfico de la conversación llega XC y nuestra conversación apaga en mis oídos el runrún de la mesa vecina.

Pasamos de la carta y nos concentramos en el menú. Típico menú "ejecutivo" con algún plato de la carta seleccionado, y supongo que en ración más corta. Nos pedimos el arroz, estaba rico. La comida y el servicio correcto, la presentación de la mesa, con cubiertos originales. El precio tirando a carillo, ya que no es un menú de a diario, quiero decir, que no son 10 euros. No recuerdo el importe exacto pero con bebidas y cafés superaba los 35 euros por comensal, comiendo de menú, no a la carta. El sitio está bien, pero no me pareció espectacular pero para ser justo diremos que es un restaurante guiado por profesionales, tanto en la sala como en la cocina, que toman platos de la cocina más tradicional catalán y los reinventan tratando de darles un sofisticación que la cocina popular no tiene. A mi personalmente, los embellecedores y las deconstrucciones, y cosas raras, me sobran, pero eso va a gustos. Lamentablemente, otra reunión de trabajo arrastra a XC a la otra punta de la ciudad. Ya volveremos a quedar, pero ahora mismo la concentración en su trabajo es absoluta. Restaurant Toc, Girona, 59. Teléfono 934881148. No recuerdo bien, ha pasado tiempo y no he vuelto, pero algo me parece recordar de que al mediodía los menús se sirven en el comedor de la planta baja, dónde están los servicios, reservando el piso de arriba para la carta. Creo recordar algo así, pero yo comí el menú en la planta. Simplemente lo digo por si fuera así que no os extrañe. http://www.tocbcn.com

sábado, 17 de julio de 2010

El Roble

Me llamo Marc y, tras una cita a ciegas, llevo ya unos meses viviendo con Paulina. Por suerte Paulina ha aprendido a hablar castellano. El inglés no es idioma para asentar una relación cuando es ajeno a los dos, y el polaco a mi se me da bastante mal. Hemos quedado a cenar con los amigos de Paulina, cerca de casa, en el Putxet.

Es el bar favorito de Paulina para tomar tapas, están exquisitas y son baratas. -¿Veis la terraza? Llena de jubilados, eso quiere decir que se come bien y barato. Vamos para adentro. Una señora nos advierte que están haciendo grabaciones en el local, que mejor nos sentemos lejos para que no nos molesten, pero pensaba lo contrario, que se sienten lejos para no ser ellas molestadas. Pasión inútil, en media hora el local estará a rebosar de gente. Pedimos unas tapas y unos surtidos de montaditos, un par sin queso, por supuesto. Ahora empieza el repertorio de anécdotas, las clásicas, las de siempre. Ya han explicado la de cuando trabajaban juntos en un restaurante en Glasgow. -Bueno, ahora explicáis la del Ice Club y listo el bote. Necesitan urgentemente un cambio de guionistas. Paulina se muestra contenta de hablar ya en castellano, así cuando vaya a ver a su madre, podrán hablar. ¡¡¡Meeec!!!, error, con una madre no se dialoga, se escucha. Además, su madre te hablaba en catalán, y le traía sin cuidado que fueses polaca y no supieses una palabra de ningún idioma derivado del latín, no creo que ahora te deje meter bola solo por que hablas castellano.

Mañana tenemos boda, la de mi hermano, y como se pondrá Paulina, que si en Polonia no es así, que si que poca clase, que si los vestidos... bufff. Ya es tarde, y los ferrocatas no funcionan, el metro sí, así que si quieren los acompañaremos hasta el metro de Lesseps para que puedan ir hacia su casa, y al despedirnos quedamos que la siguiente cena será en casa de Toni, cuya fama de cocinilla le precede.

Sea pues, Paulina y Marc, nos vemos en casa en breve... Empanada de atún, y ya que os gusta el tapeo, haremos honor a la cocina en miniatura. El Roble, Plaça Joaquim Folguera, 2, Teléfono 93 4172941. En la fotografía, el menú de tapas, nosotros cenamos a la carta unas 7 tapas, más los montados, unas 9 bebidas, unos 60 euros.

jueves, 15 de julio de 2010

Basilico

Miércoles noche, Casa Lucio, cerrado, Bohemic lleno... Nos desviamos hacia Basílico por cercanía... Ayer ya cenamos en el Citrus y es un poco más de lo mismo. Aunque Basílico pertenece al mismo gran grupo de restauración barcelonés, que tiene nombres como Market o Casa de Comidas como referencias. De entrada es un poco lo de siempre. Un local bien decorado y un montón de camareros que no hablan a duras penas español, y una carta con nombres largos y sugerentes que se convierten con frecuencia en decepciones en la mesa. Diana se queja que nuestra camarera es un poco siesa, la verdad es que no es la alegría de la huerta pero al final la hemos hecho sonreir.

Era para cenar, yo había merendado, cosa que no suelo hacer, un bocadillo de jamón. Por qué tenía un bocadillo de jamón. Por la tarde, al volver a casa un joven de 20 años me ha pedido un euro para comer. Yo no doy un euro a un joven de 20 años para comer, ni loco. Pero tres son las virtudes de la Iglesia, Fe, Esperanza y Caridad, y no he podido evitar recordar que uno también ha sido joven en tierra extraña y con poco dinero en el bolsillo, así que he entrado en un bar, he comprado un bocadillo de jamón, unas patatas y una botella de agua de medio litro. A la salida del bar, el joven ya no estaba... Como dice Miqui, que pena, tú con un bocata de jamón... todo para ti. A Miqui le pasó algo parecido justo el viernes pasado. Un pobre le pidió dinero para comer, lo entró en el Lidl para que comprase comida, y solo se pilló un pan de molde y un paquete de margarina. Miqui tenía que pagar con tarjeta y el mínimo son 10 euros, así que tenía que comprar más comida, le cogió dos paquetes de jamón, pero al parecer el pobre era vegano y no comía carne, así que salió con n paquetes de pan, n cajas de margarina y un zumo de frutas. mientras la cola de Lidl parada y Miqui pidiendo disculpas a todo el mundo, jurando que no le conocía de nada a la cajera cuando le preguntaba si iba a tardar su amigo y sudando la gota gorda. Menuda experiencia.

Durante la cena, la conversación ha versado sobre problemas de abogados, y en general, profesionales de nuestros respectivos trabajos. Pero un momento interesante es cuando me han servido mi plato, como que era para cenar y no tenía hambre solo me he pedido un segundo plato, Gallo de Sampedro con laqueado de Kaisu y brotes de bambú. ¿Alguien sabe que diablos es el Kaisu? Los tres cuando hemos visto el plato hemos dicho lo mismo: "Horror, queso, Toni hoy no cena..." Pero si llevará queso no sería "laqueado" la palabra adecuada sería "gratinado". Así que hemos llamado a la camarera, china, para preguntar que era el Kaisu... La respuesta no ha convencido, repetía lo que decíamos, así que Miqui me ha dicho, "usa la estrategia de la alergía" que consiste en decirle a la camarera, "Si el plato lleva queso, por favor, avise a una ambulancia, ya que puedo morir en minutos". Inmediatamente la camarera me ha retirado el plato y regresado a cocinas. Ha vuelto a salir y ha dicho "Mayonesa". No tengo ni idea de lo que era, pero vencido el atavismo, estaba bueno, pero sabe mejor cuando baja que cuando sube. De postre, en la foto, una tarta tibia de chocolate con fresones en almíbar y una copa de Pedro Ximenez, caliente... Meeeec grave error, el vino dulce especialmente en verano se sirve muy frío. Precios en orden a los demás restaurante de la cadena, se cena a la carta por unos 20 euros. Basílico, Paral·lel, 142, teléfono 934237376, http://www.restaurante-basilico.com

sábado, 10 de julio de 2010

Forn Baltà

Tengo que comprar un reglado de cumpleaños, a una chica joven. Quiero ir al Corte de Diagonal, pero al final me convencen para que vaya a la calle de Sants, dando un paseo, que todo es más barato.

Probablemente tengan razón y en la calle Sants todo sea más barato pero en El Corte Inglés tienen el aire acondicionado a toda castaña, y en una tarde tan cálida de julio se agradece el aire acondicionado de un centro comercial. Además, Sants, por la tarde, no tiene "cera de la sombra" las dos están orientadas al sol y te asas vivo. He estado curioseando en varios comercios muy particualres, he comprado en dos que posiblemente merecerían ser citados, uno por nuevo y otro por tradicional, Mis regalos serán una pashmina y un abanico, el abanico a punto estuve de estrenarlo yo.

Y ya que estamos tan cerquita de la Plaza de Sants, propongo que nos acerquemos hasta Forn Baltà. Quienes han estado en mi casa comiendo o cenando saben que el protagonista en mi mesa es siempre el pan, pan de varias panaderías de Barcelona -Avinguda, Paul, Mistral y Baltà entre otros-, lo más recién cocido que puedo conseguir, con nueces, olivas, orejones, de aceite, de coca, etcétera. Forn Baltà es uno de mis proveedores, tiene un gran surtido de panes artesanos pero lo que realmente no puedo evitar es probar las cocas de panadero, con piñones. Todo un clásico desde que de niño fuese una de las meriendas tradicionales en casa. Coca de panadero, recién hecha con sus piñones crujientes y ese toque de anís. Además como estaba hecho polvo cayó una horchata y antes un vaso de agua, y es que Forn Baltà también puedes degustar la merienda en alguna de las mesas que tienen a modo de cafetería, y tomar alguno de sus bocadillos, crepes, rosquillas, todo recién hecho y todo con unos nombres muy apetitosos. Ayer la especialidad que iban promocionando las dependientas, de blanco y con un pañuelo rojo al cuello, eran los chupinazos, panecillos preñados de chistorra que decoraban el escaparate, con una servilleta roja a modo de pañuelo y una brocheta como si de un cohete se tratasen, claras reminiscencias a Navarra y sus fiestas. Forn Baltà, Calle de Sants, 117, justo al lado de la plaza de Sants. http://www.fornbalta.cat Telefóno 933395485

viernes, 9 de julio de 2010

Lluis de les Moles

Cuando salgo de casa para ir a trabajar, muchos días coincido con JR, que viene de dejar a sus hijas en casa de sus suegros. Nos saludamos con alegría, pero por lo general ambos llevamos el reloj de la agenda demasiado apretado y no podemos entretener más allá nuestros pensamientos.

Me entra una llamada, es la secretaria de JR. Se dirige a mi por mi nombre, con simpatía, y acto seguido me echa la bulla, que por qué no tiene mis datos actualizados. Y qué sé yo. Que el señor JR quiere invitarme a comer. Me alegra y mucho. Me cuenta que le ha costado mucho localizarme, que al final ha llamado a mi empresa y ha preguntado por mi. Me parece surrealista, por poner un ejemplo, ¿Se imaginan llamar a la Seguridad Social y preguntar por un trabajador que trabaja ahí? Si además el trabajador se llama José Pérez Gómez, la probabilidad de que te localicen es limitada, y es que mi nombre y apellidos son de los más comunes.

Eso me hace recordar mi última comida con Lila en el Agua, citados por Messenger. Me habla sobre viajes a Estados Unidos y le comento que aunque tengo una invitación para ir a Miami, no pienso acudir. Parece extraño y obligatorio expresar mis razones. Pues muy sencillo, ¿Puedes calcular cuántas personas con mi nombre y primer apellido pueden estar en las órdenes de búsqueda y captura de las autoridades federales, cuántos por delitos de terrorismo y cuántos por narcotráfico? Esta claro que yo no puedo entrar en Estados Unidos sin que me hagan un tacto rectal, ni con visado en origen. Antes me tendría que cambiar el apellido a Koplowitz o algo más exclusivo. Lila se parte ¿Ésto es así? Sí Lila, En los hospitales he salvado la vida poniendo que soy alérgico a la penicilina en un pos-it que enganchaba en la calva y con un resumen de los síntomas. Repasamos un par de anécdotas más a propósito de lo común de mi nombre y Lila me anima a que las escriba; lo mismo las voy contando por aquí mismo.

La secretaria de JR me pregunta donde queremos comer, propongo un restaurante de menú, pero muy elegante que hay en los bajos de su oficina. El día de autos, media hora antes de la hora convenida me llaman y me cambian. Me piden que acuda a un sitio llamado Lluis de les Moles, en la calle Moles, paralela a Estruc y perpendicular a Fontanella entre Urquinaona y plaza de Catalunya.

El acceso al restaurante, a pocos metros de los mayores centros comerciales de Barcelona es por una calle estrecha, con notas de suburbio, mal iluminada en uno de esos mediodías de esta primavera londinense que hemos tenido.

De entrada el restaurante no transmite mucho, una gran nave blanca con algún detalle de buen gusto pero mal aislado acústicamente, aunque en términos generales muy digno y correcto; me sirven una botella de Vichy y confirman mi mesa. En pocos minutos ya somos dos.

Me encanta la estructura de la carta, un menú caro y razonable, pero de precio controlado, gracias a propuestas de carta son un simple sobrecoste, por ejemplo, si quieres filete en vez de hamburguesa, pues más cinco euros, y así sucesivamente. Nada me da más rabia que esos sitios que tienen un menú de 10 euros pero que te pides un botellín de agua de más, o simplemente una tapa, y zas, acabas pagando 25 euros por comensal sin ni darte cuenta.

A favor de Lluis de le Moles, las propuestas dentro del menú son más que sugerentes y dignas, yo tome una judías verdes con ajetes y de segundo un bonito a la plancha con pimientos cristal. JR se pidió la hamburguesa, y mi sorpresa ya es mayúscula, patatas fritas de guarnición. Sí, sí. Patatas de verdad, peladas, cortadas y fritas al momento en aceite de oliva, crujientes por fuera y tiernas por dentro -robe una para probarla, curiosidad científica- y dentro del menú. Todos los platos elaborados con materia prima de primera calidad, producto fresco, de temporada y cocinado en sus puntos de cocción. Genial elección y por unos 20 euros por comensal, más o menos. una propuesta con oficio a 200 m del corazón de la ciudad. Lluis de les Moles, calle de les Moles, 25, teléfono 93.317.58.66.

Lombardo-Taller de tapas

Joan me comenta que Anna está en la oficina... Pero cuando salgo de mi reunión ya se ha ido, así que intento contactar con ella para saludar y quedamos para comer, a la comida se suman Jordi al cuadrado y Albert. Quedamos por el centro, y me propongo ir al Lombardo, yo había estado un par de veces años atrás.

Recibo una foto en la Blackberry, es una foto de Maribel, la esposa de David, con su bella sonrisa. La foto no está centrada en Maribel sino en el tipo que está sentado en la mesa de detrás, Director Comercial de una empresa que explota infraestructuras WiFi... El texto que acompaña a la foto es ¿Conoces a este infeliz? Por lo que raja parece que él si te conoce. Mira que lo tengo dicho, si estás negociando una propuesta a otra compañía y te crees muy listo y pretendes engañar, es mejor no ir a un restaurante de menú en el distrito comercial de la ciudad a exponer tu estrategia. Genio, que son unos genios. Años más tarde David y yo pasamos a trabajar en la misma empresa y él fue mi jefe, cosas que tiene el devenir, ahora es mi amigo y creo que seguidor de este blog. El Director Comercial vio desestimada su propuesta en mi empresa; y de forma inexplicable para él, sus llamadas ya no pasaron filtros ni en mi área ni en Marketing

La primera vez que me usaron de "bicho" fue en un poblado en el delta del río Saloum, en Senegal. Pasaba una mujer hermosa, ataviada al modo africano, con vivos colores y grandes pendientes labrados en oro. Su cuerpo estaba perfectamente proporcionado, una Naomi Campbell, que en África las hay a docenas, o más hermosas. Entonces Pepe me grito "ponte de bicho y sonríe" y yo pensé ¿Pero qué dice este ahora, un bicho, dónde? -Siéntate y posa, me ordenó Pepe. Yo pensé, le está afectando el calor, pero me senté en una piedra y sonreí, pero me di cuenta que cogía el mayor zoom y que su punto de foco pasaba por encima de mi hombro. La foto no era para mi, solo pretendía fotografiar a la mujer sin despertar la atención, si alguien se fijaba o decía algo, estaba fotografiando a su amigo, bueno, al bicho...

Hoy al llegar al Lombardo lo primero ha sido el despiste, ya que no pone Lombardo por ninguna parte, ahora se llama Taller de tapas. Además no tenían mi reserva, sorprendente. Juro que llamé para reservar, primero me atendió una mujer con un acento de "ponent", bien de Coimbra, o de Sao Paulo, en cualquier caso de "ponent". -¿Lombardo? -Sim, um momemto,.. -Quería hacer una reserva... -Ahora se pone un chico, parece hablar un idioma constitucional, ¿Lombardo? Sí, ahora se pone. -No. no, solo quiero hacer una reserva para comer (Ignoraba que el dueño se llamase José Lombardo, y su socio Kate Preston) -Sí, ¿Para Cuándo? -Para mañana a las tres. -¿De la mañana o de la tarde? -Pues esa pregunta merece ser respuesta por alguien con más estudios que yo, en cualquier caso, a comer.

Efectivamente, la persona solo simulaba hablar un idioma constitucional, ni siquiera me toma el número de teléfono, y por supuesto hoy no tenía reserva a mi nombre. Menos mal que he reconocido la barra de mármol y los techos altos, de las veces que me llevaba David cruzando media ciudad para comer el menú en un sitio céntrico, agradable en cuanto a la decoración y de cocina de "sota, caballo y rey", es decir, ensaladas, carnes plancha, algún pescado poco noble, y tapeo más o menos indigno.

Hoy me ha decepcionado, a parte del follón de la reserva, del cambio de nombre del local, y de la imposibilidad de entenderse por teléfono con ellos, ahora creo que están demasiado centrados en el turismo. Ya no es posible, o cada vez es más difícil comer por el centro una comida de menú decente, los empresarios tienen puesto su objetivo en el turista que no volverá y no repetirá, y que por lo tanto da lo mismo si queda demasiado descontento o no, aunque hay excepciones como veremos en mi próximo post. Por cierto, en un restaurante en el que trabajan más de quince personas ¿Sería mucho pedir que al menos uno hable un idioma constitucional o estatutario, o al menos inglés, francés o italiano para que le pueda hacer la reserva? Y que pongan al que habla algo inteligible al teléfono, claro. Me hace gracia, he leído una crítica en Google de un anglo parlante que se queja que las cartas están en inglés pero que luego los camareros no hablan ese idioma... bueno, tampoco hablan catalán y en algunos casos tampoco castellano. Lombardo - Taller de tapas. Rambla Catalunya, 49-51, 93 487 4842‎. http://www.lombardorestaurant.com http://www.tallerdetapas.com

martes, 6 de julio de 2010

El niño que ama la crema de espárragos

La familia protagonista de "El niño que ama la crema de espárragos" también me ha felicitado el cumpleaños con esta "foto", y la buena noticia es que ya tenemos tres tiras cómicas producidas en 5 meses... ya vamos pillando el ritmo! En breve, se nos rifará la prensa nacional.

Esloúltimo

Tu hermana ha estado en un sitio que ha pagado cinco euros por inscribirse y luego puedes llevarte cuantas cosas quieras. Así me descubrió mi madre "Esloúltimo". No tardó en ir mi hermano y mi otra hermana, alentados por el perfil rastreador de chollos de mi madre. Por fin una tienda que atan los perros con longanizas y en el centro de Barcelona. Increíble, ya lo creo.

Estamos esperando la llamada de unos amigos para comer en la zona a caballo de la Plaza de la Universidad y la Plaza de Catalunya, y como no llaman me siento abducido por la cola de este local, otrora era una de las casas de maquetas en las que mi yo chiquillo se había pasado horas con la nariz enganchada al escaparate contemplando las carabelas de Colón, o la fragata de Lord Nelson. La gente espera en la cola, mientras que las pantallas de internet están vacías, así que voy y me inscribo el primero. Meeeec, error. la inscripción en la web no sirve como la inscripción en la tienda. Vuelves a la casilla de salida. El premio por hacer la cola es el paraíso del consumismo, así que seremos pacientes con mis cinco euros en la boca.

¿Ya sabes cómo va ésto? -Sí, claro, os doy cinco euros y os atraco... -No, no... Nos das cinco euros por hacer cola al entrar, luego un euro por producto que cojas cuando te obliguemos a volver a hacer cola, a la salida. Puedes coger hasta un máximo de cinco productos, y solo puedes venir una vez al mes. ¿Quieres entrar? -Síiiiiii, claro. -Cinco euros, por favor. Y coge una de esas bolsas chulas que ponen "tonto de remate" con purpurina.

Ahí van mis cinco euros, y ahí voy yo tan contento y emocionado a un paraíso de chollos inimaginables. El balance del primer asalto, 2 paquetes de chicles, una tableta de chocolate, un pote de crema de chocolate, unas salchichas de atún y un concentrado de té. Nuevamente cola, y pago de cinco euros. Me regalan unas galletitas de soja para compensarme de tanta molestia. Gracias.

En la caja me dan un tíquet en el que se indica el valor de la compra si la hubiese realizado en el súper, la mayor diferencia está en los chicles y en total no llega a los cinco euros que he pagado por entrar. Me temo que la mayor parte de combinaciones de compra están por ahí. Tienen a la venta, por ejemplo, algo parecido a muestras gratuitas, de las que indican "prohibida su venta" por el fabricante, por ejemplo pastillas para lavavajillas que una semana antes el cartero había puesto en mi buzón. También tienen cosas inútiles o eso me parece a mi, como bebidas energéticas, a base de taurinina en sobres, es verlas y ya me da dolor de cabeza. Pero lo peor acaba de empezar.

Ya ha pasado un mes, estoy en la parada del autobús que está en la puerta de la tienda, tardará unos 12 minutos en llegar, tiempo suficiente para ir a buscar mi segundo chollo. Milagro, no hay cola, el local está casi vacío, pero debo seguir esperando turno. Cuando me atienden, ohhhh como lo sienten, debería haber pedido, además, hora con antelación... -Verá, -explico yo- es que esto es una compra impulsiva, y da la coincidencia de que estoy aquí. De entrada Vds. no venden nada que me interese, solo entro a chafardear y, tal vez, regalarles cinco euros más. -Pues como lo sienten, sin cita previa no se accede al paraíso. Se me fastidió el diferencial de euros y la cara de tonto es suprema... Eso sí, a todo el mundo le cuento que es un súper chollo, no voy a ser yo menos que mis hermanos.

Estoy en una conferencia de Fernando Trias de Bes, coautor de "la buena suerte" y autor entre otros de "El hombre que cambió su casa por un tulipán" y ese es el título de mi conferencia. Explica Fernando que uno de los orígenes de las burbujas económicas que provocan las crisis es el "stock de tontos". Mientras haya tontos en cantidad suficiente, se sigue especulando y a la caza del chollo, nadie pierde en bolsa y hasta el más tonto se ha comprado un apartamento en la costa sobre planos y lo ha vendido una vez construido por un 25% más de su valor sobre planos, al mismo constructor, ohhhhh, y todo ello solo desembolsando una paga y señal de 50.000 euros. Y cuanta más gente siga creyendo en los chollos y en los papanatas más que en el trabajo y el ahorro, más fácil se entra en crisis y más tarde se sale.

Esloúltimo dirá lo que quiera, pero es un negocio montado al calor del stock de tontos y crédulos como yo que realmente creen que se trata de acceder a un estudio de mercado. Les importa un carajo, se trata de colar muestras gratuitas, u obtenidas gratis de los fabricantes, como mercancía. Personalmente no volveré a comprar en Esuntimo, -Que "lapsus mentis" más tonto, en forma de opinión- Además no pienso comprar ninguna marca que se distribuya allí y que identifique luego en un supermercado. Ya me han tomado el pelo suficiente, gracias. Esloultimo, http://www.esloultimo.com, Ronda Universidad, 9. teléfono, 807502003. Lo último es que acabo de entrar en el web y... pone que las muestras son gratuitas, menuda gratuidad... si pasáis cerca, procurad evitarlos.

Pane, amore e fantasia

Ya son tres las personas que de una u otra forma me comentan que encuentran a faltar nuevas entradas en este blog. La primera fue Lila, luego Perancita, y por último Javier. Y no, no tengo una crisis de creatividad, que en eso de no pisar con los pies en el suelo siempre he sido un campeón. Simplemente el dolor de espalda, el invierno y cualquiera de las otras cinco mil cosas que pienso y alguna de las que hago me tenían secuestrado.

Vuelvo a retomar esta bitácora de las cosas que me ocurren con un paseo por Major de Gràcia, estoy casi en la calle Astúries. He subido desde mi casa hasta las dependencias de mi empresa pedaleando duro por el zigzag del carril bici, primero por Tarragona, más tarde por Josep tarradellas, luego Diagonal, y ya por último els Jardinets de Gràcia. Llego a destino en el momento en que se inicia un simulacro de incendios que me obliga a trasladar mi actividad al bar. Siempre nos quedará la servilleta de un bar como infinito encerado en el que mostrar las líneas maestras de los procedimientos empresariales.

Más tarde he quedado a comer con Javier, cerca de su nuevo trabajo y es que su nuevo trabajo es la madre de todos los trabajos, y lo digo con la envidia de quien lleva ya 20 años haciendo, más o menos, lo mismo. Hemos hablado a raíz que le preguntase por una vacante en su compañía para un amigo mío, para ver si todavía estaba abierto el plazo para apuntarse a un proceso de selección publicado en infojobs, y la respuesta fue sí, y una cosa llevó a la otra.

Nos acercamos paseando a un pequeño restaurante llamado "Pane, amore e fantasía" como la película italiana de Comencini, protagonizada por la Lollo y deSica. Al entrar, mi primera impresión es paradójica, pues el local me parece con una decoración muy correcta, -manteles blancos, salvamanteles en negro y servilletas en rojo, las paredes en blanco con alguna fotografía en blanco y negro- resulta acogedor, pero me sorprende que somos los primeros clientes para comer, y son las dos tocadas. Crisis, no creo. Yo siempre me guié por la máxima de no entrar en restaurantes o bares vacíos.

La carta del menú es muy corta, pero los platos presentados son correctos y se come bien, muy agradable. Una ensalada y unas salchichas con algo que me recordaba a un pipirrana, un pisto,... pero que llevaba fruta seca, muy rico, tanto que se me hizo escaso. Javier se ha pedido pasta y un guiso a base de sardinas y cebolla que vienen perfectamente limpias y listas para comer y eso es muy de agradecer. Cocina italiana, de clara raíz mediterránea, si no te gusta el queso hay que poner mil ojos, yo encontré en la ensalada, pero como las hacen al momento, bastaría con haber pedido que no me pusieran.

Javier me comenta sus planes vacacionales en familia, coger las bicicletas y hacer cicloturismo. Me da un sabio consejo: "La mejor bicicleta para hacer cicloturismo, es la que ya tienes". Consejo que ha leído por ahí y que si quiere ya pondrá en comentarios el link a la página web con consejos de cicloturismo. Holanda es uno de los probables destinos.

Estos días he recibido una invitación de Pepe para que suba en agosto a su casa, de Finlandia, y la invitación llevaba una foto de su esposa y su sobrina haciendo cicloturismo en algún lugar entre las fronteras de Suecia y Finlandia. Parece ser que los astros se alinean para que yo mismo marque una ruta estival en bicicleta, que de momento se encuadra dentro del perímetro de mi Barcelona y va desde la Plaza de España hasta el río Besós, por el camino que marca el litoral brillante en esta época del año y salpicado por los rojos de los bañadores y de las espaldas quemadas de los turistas..

Volviendo de Pamplona, Cruella me comenta que conoce Pane, amore e fantasia, pero nunca ha entrado a comer con sus amistades por no saber de que va el sitio. Cruella, ya te lo dije, pruébalo y me cuentas. A mi me gustó la comida, es un lugar cálido y sin pretensiones, un sitio sincero y sin artificios. No hay discípulos de Adrià en los fogones, ni falta que hace. Lo que no me gustó fue la brevedad de la propuesta, truco para conseguir rotación de género cuando escasea la clientela y poder mantener género fresco y una buena cocina de mercado como la que ofrecen aquí. Pane, amore e fantasia, Riera Sant Miquel, 77. Teléfono 933684762. En la foto, detalle del suelo del local.