miércoles, 29 de septiembre de 2010

Carmesí

Venimos del Liceu, El rapto en el Serrallo, se me hace difícil ser crítico de ópera. Voy como mucho una vez al año, y no desde hace tanto tiempo, habré visto pues una decena de representaciones. Pero del teatro en términos generales y, sobre todo, de la estética en general, si me siento crítico iniciado y a perpetuidad.

No hace mucho, Quim Monzó publicó en La Vanguardia una serie de artículos sobre el teatro y porqué le horrorizan los espectáculos teatrales. No puedo estar más de acuerdo. Señores directores de escena, algún día lo revolucionario y original en grado superlativo será que los actores aparezcan en escena por bambalinas y no por la platea. Si me apetece que los actores aparezcan por la platea, voy a ver a La Cubana, no a "el Liceu". Si me apetece formar parte del espectáculo, voy a ver a la Fura dels Baus, no a "el Liceu". Voy a "el Liceu" a ver una representación operística de corte clásico y me molesta sobre manera que los coros aparezcan en el piso de abajo y que me haya perdido, en consecuencia, la mitad. Menos mal que la orquesta la mantuvieron en el foso. Sería entretenido que te sentasen una tuba al lado, o mejor aún, un trombón de varas tras de ti.

La escenografía, al mismo son, muy por debajo de las expectativas, incluso peor que la Julio César de Haendel, también en el Liceu, o que alguno de los inefables montajes de D. Calixto Bieito. Es que no toca, será revolucionario y será arte, pero está fuera de lugar.

Al día siguiente, quedamos para cenar, la cita es en el Carmesí, de camino pasamos por la puerta del que será nuevo local de los Hermanos Adrià, que abandonan Inopia, reconvertida en Lolita tapería. En este local han montado una "performance" en que tratan de mostrar que las prácticas psiquiátricas modernas son una tortura. No digo que no, pero dan zumo de melocotón mientras te explican la charla, un detalle.

A la llegada al Carmesí, aún no están los comensales. El principal, el homenajeado que cumple años, Savi, está en el bar de enfrente.

El local es pequeño, aunque en verano alivia su superficie con la terraza montada en la calle Blai. Calle Blai que actúa como paseo vertebrador del Poble Sec.

Toda la cena está siendo regada con cerveza del Poble Sec, yo la llamo así por que en fiestas hacen ediciones especiales con decoraciones de las 3 chimeneas, pero en realidad está envasada en L'Hospitalet. Hay que apostar por los productos semiartesanales, quizá no son de la máxima calidad, o no son de calidad homogénea, pero suponen una apuesta por lo nuestro, por nuestros vecinos, que esperamos estén siempre ajenos a la deslocalización y sin tentaciones de montar fábricas en Marruecos. Por eso soy partidario de volver al sastre, al carpintero, y como no, al artesano cervecero.

Una amiga de Savi, Gloria, a propósito de los vuelos baratos, afirma que algo no va bien en este mundo cuando un inglés coge un avión para comprar cigarrillos y alcohol en Barcelona, por que es más barato que comprarlo en su pueblo. Yo añado, algo no va bien, cuando comprar calzado manufacturado en China es más barato, terriblemente más barato que comprar calzado manufacturado en Mallorca, por ejemplo, o que una cerveza Heineken o Coronita, que vayan a saber dónde se envasó, sea más barata que una cerveza de tirada artesana como la GLOPS que estamos degustando, o la Rosa del Montseny.

La carta es corta pero prometedora basada en la cocina griega y árabe, exótica en general, pinta de productos biológicos. La cocina está a la vista, detrás de la barra, y es un fogón con una plancha. Suficiente para un local que no aspira a atender a demasiados clientes. Compartimos entrantes, de los que recuerdo un hummus perfectamente bien aderezado, que como casi a medias con Frankie. Después me pido un cus cus vegetal, y me parece excelente, pero demasiado abundante. Tanto es así que me sobra más de la mitad. La camarera, ajena a mi costumbre de abandonar los platos a medio comer, me pregunta preocupada si el plato estaba bien. Por supuesto, un cus cus excelente, pero se acabó mi apetito. No hay problema, me envasa en una fiambrera el resto del plato... A ver, que me voy de marcha, y con la "carmanyola" pierdo el escaso glamour que pueda tener, si no te dejan entrar con bambas en según que sitios, no creo que me dejen entrar con una fiambrera de papel de aluminio a una discoteca, pero a dónde fuimos lo mismo sí nos dejan entrar con la fiambrera, pero eso será otro post.

No recuerdo cuanto pagamos, pues las cervezas GLOPS estaban subvencionadas por el homenajeado, incluso quizá la comida en sí también estuvo subvencionada. No recuerdo si pagué o me pagaron. Pero me pareció económico, y sobre todo con una buena relación calidad precio, pero lo mejor fue la simpatía de la camarera, que siempre se mostró de buen humor y dispuesta, y eso que éramos un grupo numeroso, y en un espacio reducido, eso suele provocar aturdimiento a más de un camarero, trabajar con grupos así, pero no fue el caso.

Bueno, lo mejor de lo mejor fueron las personas que allí nos reunimos, pero eso es obvio. Carmesí, Blai, 32. Tel. 659 048 394

Este post está escrito hace mucho tiempo, y no sé por qué no se había publicado, he aportado algún dato de última hora, al reescribirlo.

4 comentarios:

Cruella de Vil dijo...

Ja m'estava preguntant si t'havien fet un passi privat del Rapte... sí que fa temps, sí.

Aiiii, Peter Pan, que patiràs aquesta temporada!!! :-P

Peter Pan dijo...

No, no... pases privados aún no :)

Ya tengo noticias que Carmen tiene montaje de Calixto Bieito, no? Doncs si hem de patir, patirem.

Cruella de Vil dijo...

Oui, Bieito. Aquesta producció de Carmen fa anys que roda i em va agradar força quan la vaig veure. Ara, "tradicional", el que es diu "tradicional", no ho és.

Peter Pan dijo...

Sip, em sembla que ja he vist unes fotos d'uns cotxes a escena... molt tradicional no déu ser :P