
martes, 31 de marzo de 2009
Casa Jacinto

lunes, 30 de marzo de 2009
Restaurante Barceloneta

sábado, 28 de marzo de 2009
l'Olivé

viernes, 27 de marzo de 2009
La Tata
martes, 24 de marzo de 2009
Operación Naranja 2
Manel dice:
"Bueno chic@s este mes me han dado el mando del cotarro y aquí me tenéis,
convocando a los que fueron y serán un gran equipo donde quiera que esté
cada uno de sus componentes. En fin que me sale la vena melancólica y se
mojan las mejillas.
Como ya bien sabéis, este jueves próximo 26 de Marzo volvemos a reunirnos
para rememorar viejos tiempos y contarnos los nuevos, si os viene a bien
participar contamos con tod@s, siempre y cuando nos enumeremos. Ya sé que
parece de patio de colegio, pero es lo que mejor resultado da. En serio, hay
que reservar mesa y debo realizarlo ates del martes 24-03.
Por favor ser ágiles y no os lo penséis en demasía (total, luego vamos a ir
los de siempre), "TOMAAAAAA". El reloj empieza a contabilizar. Os pido que
reenviéis a los que no aparecen, sed buenos y no os dejéis a nadie."
Café de la Princesa

sábado, 21 de marzo de 2009
Restaurante Visit

miércoles, 18 de marzo de 2009
Marfil (Bar Hotel Murmuri)

martes, 17 de marzo de 2009
La botiga

lunes, 16 de marzo de 2009
Visual

sábado, 14 de marzo de 2009
Mendizábal

viernes, 13 de marzo de 2009
Minimal Minds

El teu racó

jueves, 12 de marzo de 2009
Forn de l'Avinguda

martes, 10 de marzo de 2009
Dionisos

lunes, 9 de marzo de 2009
Hotel Zenit
domingo, 8 de marzo de 2009
Bestial

sábado, 7 de marzo de 2009
Casanovas

Conocí el Casanovas en la época que varios compañeros de trabajo acudían al mediodía al gimnasio Esportiu Rocafort, y solía quedar con ellos a comer en el Casanovas. Una especie de charcutería-"rotisserie" con una barra en la que degustar los platos elaborados, pensados más para llevar a casa ya cocinados.
Una buena bodega, productos más o menos selectos como los chocolates Haizel, los crostinis, y alguna conserva. El género de la charcutería, sin embargo, no se puede comparar con la calidad del Jabalí.
De esa forma comencé a identificar su logotipo en los caterings que a veces me servían en inauguraciones, o fiestas privadas. Supe pues, que se dedicaban al mundo del catering, y para que los comensales, presumiblemente novios pudiesen degustar el menú, y comprobar las vajillas habían habilitado un pequeño espacio en la trastienda. Cualquiera podía pasar, pero era más caro que la zona de la charcutería dónde en aquel entonces, se comía de fábula por 850 pesetas o menos.
Merecía la pena, una comida de primera, un camarero para ti solo, únicamente tres mesas, asientos tipo butaca de madera de teca, una decoración con paredes de pizarra, y una salida a la calle Diputació desde la que se podía vislumbrar la sala de una pequeña bodega con capacidad para un grupo de unas 12 personas.
Me hice habitual, buen trato, buena comida, "barato" y muy íntimo. Poco a poco el Casanova fue perdiendo sus principales cualidades.
Un par de veces intenté quedar a hacer la cena de Navidad con amigos en el Casanovas. Era complicado casar la fecha, por que en vísperas de Navidad el entonces pequeño restaurante, ahora parque temático, se volcaba en los encargos de la charcutería y se convertía en almacén.
Al poco el local creció y pusieron 2 salas más, enormes. Fue ese año la última vez que cenamos por Navidad en el Casanovas. En la sala pequeña, el comedor original, que hoy es el comedor de menú, estábamos nosotros. En la sala de al lado, cosas de la vida, el señor Artur Mas, con mi cuñada, celebrando su "victoria" pírrica en las elecciones que auparon al Sr. Maragall al Govern. Mi cuñada, por cierto, preocupadísima, se enteró por mi hermano que ambos coincidiríamos en sitio y fecha y no hacía más que preguntarme con quién estaría yo. Pues no creo que hubiese muchos votantes de CiU en mi mesa.
En Casanovas también se encuentra la utillería necesaria para presentar una mesa, servir un catering, y algún producto excepcional, como por ejemplo la colección de sales de su marca, unas 15 sales distintas. Desde la flor de sal del delta, a flor de sal con jabugo, tomate, boletus, cítricos, o trufa, o gelée de sal con trufa, cítricos, hierbas del mediterráneo, o la sal líquida para ensaladas o barbacoas. También chocolates, y bombones como los de Oriol Balaguer, ya sabéis, de kikos, de peta zeta, de aceite de oliva, de azafrán... con lo que a mi me gustan las guindas al marrasquino forradas de chocolate. A Charito, que le gustaban los anillos de fantasía con piedras grandes, le compre un anillo en el Casanovas, que en vez de piedra tenía un gran caramelo.
En Casanovas tienes unos tres menús para comer, si no recuerdo mal. Uno, en mesas y sillas de plástico, con platos de la "rotisserie": pollo asado, sanjacobos, guisantes con jamón y macarrones a la boloñesa. Dos menús en la zona de mayor diseño, que ya no volverá a ser lo que fue, supuestamente ejecutivos, pero con muy pocas opciones, al menos el más económico de los dos, podemos comer desde pocos euros en la primera zona, unos 10 o 12 y de 20 a 50 en la zona "bien".
Por referir otra anécdota, aquí Alfonso, en la sala original, la pequeña, empezó a hablar muy triste. En la mesa estábamos los de siempre y Txema. Decía Alfonso, mi hijo, con novia de toda la vida. Mi hijo de 21 años. Mi hijo que se fue a Italia a estudiar, y mira como ha vuelto. Miedo daba preguntar más detalles, la cosa estaba en si su hijo se iba a morir, si había colgado los estudios, si le había dicho que era gay o si había dejado embarazada a otra chica... que suspense. Entre sollozos y a voz en gritos, Alfonso nos dio la noticia que apesadumbraba su corazón. Su hijo se había metido en un seminario. Mira, original sí fue. Tras el numerito tardé en volver a comer en Casanovas. Luego "despidieron/se fue" el maître que me conocía y me trataba como cliente antiguo, de más de 12 años comiendo y comprando.
Casanovas, quien te ha visto y quien te ve.
Podemos acceder por la calle Calàbria, para comprar vinos, productos de charcutería o carnicería, conservas, chocolates, pan, y alguna degustación por la calle Calàbria, 113. Si vamos al restaurante o queremos adquirir artilugios para servir o cocinar, bombones y otras cosas, mejor entramos por Diputació, 78. Teléfono en cualquier caso, 934236508. El local está completamente comunicado por adentro, así pues lo de entrar por aquí o allí es más una sugerencia, salvo a horas que está cerrado el restaurante y abierta la tienda.
Casa Calvet

La primera vez que Ángel me invitó a comer, para celebrar un contrato, que él había firmado como cliente conmigo, me invitó a comer en Casa Calvet. Habíamos estado meses comiendo en el Mussol de Casp, o incluso sin comer, resolviendo problemas del día a día y acercando posiciones. Cuando la labor se vio culminada, Ángel ya era amigo, luego fue cliente.
Llama la atención la ambientación del local, que referencia al ambiente del "noucentisme", de los talleres textiles en los bajos de las casas, y probablemente eso fue este local cuando Gaudí construyó el edificio.
Los comedores privados, las mesas, el ambiente... Todo recuerda el modernismo catalán, incluidos los posters electorales de la época, en la que el Sr. Calvet era candidato electoral.
Cuentan que ya en aquella época Gaudí tenía ideas innovadoras, muy innovadoras en cuanto a la concepción de la arquitectura, pero la Sra. Calvet más bien no, y como Gaudí aún estaba empezando tuvo que seguir a pies juntillas las instrucciones del encargo, de manera que esté es el edificio más convencional y que aporta menos novedades en lo estructural. El edificio forma parte de la ruta del modernismo, que distingue los edificios singulares con una baldosa roja en el pavimento de la calle, frente al portal.
La selecta cocina de este restaurante se refleja en una carta cuidada, un servicio diligente, un producto fresco, unos platos muy elaborados y bien presentado. Recuerdo unos raviolis de patata, también tienen becadas en temporada, los pescados exquisitos, el cordero, los postres hechos al momento que se deben pedir con los primeros si requieren cocción.
Es el sitio perfecto para ver al poder hozando. Cuando en la mesa de al lado no he tenido al conseller Nadal, estaba García-Bragado, primer teniente de alcalde de Barcelona, comiendo con un jerifalte de Vodafone, creo que el Secretario del Consejo. Todo muy discreto, claro... no creo que muchos becarios de periodistas puedan pagar los más de 80 euros largos de una comida frugal. Tampoco creo que paguen los políticos socialistas por sus consumiciones. Los mismos que luego se dan baños de masas en el Baix o Santa Coloma, y se llenan la boca de proletariados, en Casa Calvet degustan foie y elaboraciones con bogavante.
Entre posters libertarios, finura, buen gusto y mejor cocina, se cuecen decisiones que nos afectan, mamparas de cristal y fina marquetería de época dan la discreta elegancia necesaria para un lugar así. Por lo menos no se llama "Casa Presunto Cohecho", todo un detalle.
Aunque he coincidido con más políticos en el Nao Colón, especialmente de CiU, claro que ahí comían menú y entre ellos, con Iceta en el "Café de la Princesa" y con Alberto Fernández en "I Buoni Amici" que está a dos manzanas de la sede del PP de calle Urgell.
Casa Calvet está en Casp, 48 y tiene el teléfono 934124012.
viernes, 6 de marzo de 2009
El Mussol
Mussol fue la primera cadena local que ofrecía una cocina sencilla, que por poco dinero y en poco tiempo te ofrecía una comida a la carta muy digna. Con sugerencias de la casa, y platillos para todos los bolsillos.
Interesante que además estén orientados a la temporada. En los tiempos que nos ha tocado vivir se pueden comer cerezas todo el año. Las uvas de nuestra mesa vienen de Sudáfrica, como cerca. Así que se orienten a la comida que se cultiva "cerca" es un compromiso con la naturaleza, y que sin duda nos reconcilia con la tierra y con nuestros ancestros. Ahora tocan los "calçots" una suerte de cebolleta, pero en realidad son las cebolletas que se crían dentro de la cebolla, cuando brota.
Imprescindible el pan de coca de Vic con tomate, la carne a la brasa, los caracoles, los únicos pescados de la carta son el bacalao "a la llauna" con judías de Santa Pau, o a la musselina y el atún para las cocas.
He comido con Marta, por unos 50 euros, postre compartido y con agua, refrescos y una copa de vino de la Ribera de Duero, la ensalada a base de calçots, muy rica, un poco de fuet, mucho pan, bacalao para mí y escalopines con queso para Marta.
Mucho tiempo intentado quedar para comer, Marta y yo, cuando no podía uno fallaba el otro, pero el tesón es una virtud y finalmente hoy ha sido el gran día.
Nos hemos puesto al día de nuestros asuntos personales y he aprovechado para verme reflejado en las opiniones de los demás, no puedo dejar de sonreírme cuando me hablan de Ikea como si fuese algo de otro planeta, por qué Marta supone que yo no he ido a esos almacenes y cuando le detallo los productos que ahí compro y para que los uso me espetó un "Se me ha caído un mito". Pues venga.
Pero lo que más me ha divertido de Marta ha sido su expresión "caer para arriba" para referirse a esos personajes que meten la gamba en el mundo empresarial y misteriosamente aparecen en puestos de mayor responsabilidad. Tenemos muchos conocidos en común, aunque por lo parada que se ha quedado cuando he dado nombres, como Santi... se diría que más de los que imaginamos.
Mussol es de los restaurantes más habituales y masificados de la ciudad, nada chic, pero muy correcto y funcional. Buen concepto, buena compañía, buena charla.
Hay varios Mussol, el que ocupa las dependencias de la antigua terraza del explorador, donde suelo comer con compañeros del trabajo, el de Diagonal donde habré quedado un par de veces con amigos, el de Casp, dónde tantas veces quedé cuando trabajé en aquella zona, y el de Aragó con Passeig de Gràcia, que es dónde hemos comido hoy.
Hay quien me ha comentado que los restaurantes que últimamente pongo en el blog no son recónditos ni hallazgos, para corresponderse con el nombre del blog. Y es que Mi Barcelona Privada no es una geografía física, sino humana. Gentes que aprecio, como Marta, la chica súper, súper, súper.
Colmado Quílez-Casa Lafuente
Neus, además de ser una excelente profesora de bridge, no sé que jaleo se trae que cada año por Navidad su casa se llena de botellas del mejor champagne francés, el mejor foie, los mejores surtidos navideños, adquiridos en el colmado Quílez, un clásico de la ciudad.
- Escucha, Neus, soy yo que soy un mal alumno, y que odio el idioma y los juegos y más cosas de la Gran Bretaña. Y es que habiendo mus, no sé por qué hay que jugar al bridge.-
La gestoría en la que trabajé de muy joven, antes de estar encima de la Escribà, estuvo ubicada justo encima del Quílez. La hija del dueño siempre compraba extrañas salsas orientales, tanto como exclusivos productos de la rica gastronomía española.
Hoy mis pasos me han llevado al escaparate del Quílez, uno de ellos dedicado exclusivamente a aguas minerales, yo creo que había más de 100 referencias. La carísima Bling colours, con la botella decorada con cristales Swarosky, casi 80 euros la botella. La también exótica Voss de los glaciares de Noruega. También destacan algunas ediciones especiales, como las de Evian con envase decorado por Jean Paul Gaultier, edición del año pasado, como la edición actual de Christian Lacroix.
De oriente o de Gales o nacionales, como Cabreiroa, Solán de Cabras botella azul. Para mi destaca Vilajuïga, agua que me descubrió Cruel.la y familia a la sombra de una higuera, un cálido verano. Y me encantó. La botella de litro o la de medio la tienen, curiosamente, al mismo precio, 1,25€. Y la edición homenaje a Dalí por 12 €, sin duda un regalo original.
Si así es el colmado, la tienda dedicada a gourmets, en la calle Aragó, a unos 20 metros, está a la altura de las tiendas que encontrarías en París, cerca de la Madeleine.
Un regalo original, para mis amigos bebedores de whisky, es agua de los highlands, la misma que se usa en las destilerías para obtener el licor, como detalle para rebajar. Aunque es cara, sale francamente más barata que el whisky. Otra opción para adquirirla por Internet es la web de "sal y pimienta" dónde a veces compro alguna cosilla.
La dirección electrónica de la tienda "on line" del Quílez, http://www.lafuente.es/
La dirección electrónica de "Sal y pimienta", http://www.sal-pimienta.com/
Pero no por ello dejéis de visitar este templo de la gastronomía, daros el gustazo visual de su escaparate. Os he hablado del de aguas, pero está el de conservas y embutidos, el de cervezas, refrescos, whisky... un placer para los sentidos en Rambla de Catalunya, 63, haciendo esquina con la calle Aragó. Así que cualquier barcelonés sabe dónde está Quílez.
jueves, 5 de marzo de 2009
Brasserie Flo

París bien vale una misa, o un tiempo tomando un café, en el "café de la paix", una de las cosas que quería hacer en esta vida.
Ir a capitales europeas está bien, desacompleja. Después de ver el cachondeo que tienen montado en el control de seguridad del aeropuerto Charles de Gaulle, piensas que Barcelona o Madrid son los mejores controles posibles. Los mejor organizados. Los taxistas kamikazes de París bien merecen otro post, vamos, un blog enterito.
Fue allí, en el "Charles de Gaulle" que me sonreí al ver uno de los establecimiento de la célebre cadena francesa, la "Brasserie Flo", la última vez que fui al establecimiento de Barcelona la iban a reformar, espero que no hayan quitado ese ambiente decadente de los dorados y los terciopelos, esa luz justa, tenue, amarilla.
La carta, bueno, bien, siempre cené bien, pero no maravillas, supongo que si me gustasen las ostras sería un buen sitio para comerlas. un pescadito, una ensalada o un filete suelen ser mis opciones. Habíamos quedado en la Brasserie para despedir a unos compañeros que por distintas circunstancias habían dejado la empresa. Antes iba solo en comidas de negocio aunque recuerdo que es una de las últimas cocinas en cerrar Barcelona, creo recordar que a la 1 de la madrugada, pero mejor llamáis para evitar sorpresas.
La Brasserie Flo está en la calle Jonqueres, 10, entre Urquinaona y Via Laietana. Teléfono 933193102. Bon apetite.
Mandarina

Luego me quedaba demasiado alejado para poder buscar el reencuentro.
Los recuerdos del paladar son sabores naturales, con una cocción ligera, platos frescos y apetitosos. Una hamburguesa estilo tournedeau, ensaladas, verduras. Agradable.
Un menú al mediodía a un precio asequible-alto, bien para la zona, supongo, pero una carta cara.
Una decoración mínima, íntima y que intenta dar espacio y luz a unas dimensiones reducidas, una terraza pequeña pero muy agradable, sin tráfico, perfectamente orientada.
Un servicio por lo general atento, desenfadado, jovial, de uniforme negro. Impecable.
No es un imprescindible, no destaca su cocina. Simplemente es un sitio agradable que trata de distinguirse dando un producto de calidad y una cocina natural.
Mandarina Restaurante está ubicado en la calle Carabela "La Niña" esquina con Avenida de Sarrià, 137. Teléfono 932056004.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Agua

Lo que más me gusta del Agua, su ubicación, las vistas, la terraza en primavera. Es como estar de cámping en la playa de la Barceloneta, y en verano puedes llegar a pensar que estás en las playas de Los Ángeles, Venice, por ejemplo.
Lo peor, que hay que hacer reserva siempre, con bastante antelación y no es garantía de éxito, pues suele estar a tope, por turnos, especialmente en verano.
La comida tiene una calidad muy aceptable, geniales los entrantes, especialmente las alcachofas fritas, cortadas muy finas, suavemente rebozadas y fritas.
De los pocos sitios con carpaccio de pescado, bacalao o atún.
Especialmente recomendable el arroz al carbón con alcachofa y sepia.
La carta siempre se completa con platos del día que ayudan a moderar el presupuesto de la comida o cena con unos platillos más económicos, sin llegar a ser un menú del día.
Un tiempo tuvieron un café a lo Ferràn Adrià, de los que se tomaba con cucharilla. Por suerte lo quitaron de la carta, y ahora el café es café y no corres el peligro de acabar tomando celulosas extrañas cuando quieres una infusión.
Es un sitio que he frecuentado tanto y con tanta gente que se me hace difícil encontrar una anécdota que destaque sobre las demás, pero evocaré la vez en que Guy vino desde Amsterdam para reinstalar un software que daba problemas, y es que el concepto de "soporte local" para una empresa americana afincada en Europa no deja de ser curioso.
Como deferencia, una vez que acabó de trabajar fuimos a comer, y como no estábamos lejos le llevé al Agua. Era un mediodía soleado de finales de febrero, comimos en la terraza y como estábamos abrigados, no tardamos en tener calor, tuve que dejarle mis gafas de sol. Al terminar de comer Guy me preguntó si era caro vivir en Barcelona, y si se podía trabajar hablando solo inglés... vamos, que se quería venir a vivir a las orillas de nuestro mediterráneo.
Agua está en el Paseo Marítimo, 30. casi en frente del Hospital del Mar, autobús 57, tiene un carril bici a pie de restaurante. Se accede desde la playa, por la terraza o por una especie de caseta de color azul, muy cerca de la del Baja Beach. Teléfono 932251272.
lunes, 2 de marzo de 2009
El Jabalí de Ronda

Siempre a tope, pequeño y ruidoso a esas horas previas a la función. Un género de charcutería de una calidad muy por encima de la media, pero unos precios asequibles.
Un servicio siempre atento, que no pelota.
Deliciosos los bocadillos de jamón en dulce, Noël, creo. La sobrasada ibérica, el lomo, el morcón, la mojama... debe ser de los pocos sitios de Barcelona en los que he pedido mojama y estaba deliciosa, como la que recuerdo de mi infancia. Claro, luego lo comparas con lo que te dan en el Inopia como mojama, y el precio y te cabreas. Snobs, seguid yendo al Inopia, yo me quedo con el sabor de tasca de "El Jabalí". Además es charcutería, bar y una pequeña terraza climatizada completan la oferta.
Importante, la charcutería cierra como el bar, a las mil. Por lo que si tienes visita inesperada y quieres quedar como un señor, habla con los dependientes de la charcutería que te preparan unas bandejas de embutidos y quesos para llevar excepcionales, o por supuesto, 100g, de mortadela, que también tienen.
Que el genero sea tan excepcional influye el que sea gente con oficio, con parada dentro del mercado de Sant Antoni. Mi madre ya compraba en el mercado a los padres de los actuales gestores. Un clásico entre los clásicos.
El Jabalí de Ronda está en la Ronda de Sant Pau, 15, frente al barrio del raval, en la puntita del ensanche, metro Paral.lel. Teléfono 934411082.
Ébano

No he cenado ni comido aquí, pero cuando sales del teatro y te quedan ganas de tomar una copa, la ´"confitería" siempre a tope, Ébano es una buena alternativa. Ubicado en la avenida Paral.lel, la que más teatros concentra de la ciudad, es de las pocas alternativas "after", en este caso "after theatre" que hay por la zona.
Decoración retro, años 70. Música "chill" ambiente agradable, coktailes para todos los gustos y ocasiones, cervezas de importación, surtido de botellas de buen recorrido, mantiene los clásicos, caipirinha, caipiroska, mojito, sex on the beach, stinger, whisky shower... y también mezcla de zumos.
De precio, bueno... depende de con quien lo compares, si comparas con el Dry, barato. Si comparas con el bar de debajo de mi casa, la verdad es que en línea...
Ébano, está en Paral.lel, 124, más o menos a la altura de Parlament, metro de Poble Sec.
Palau Dalmases

Con su enorme puerta para caballerizas, su patio para carruajes. Vamos, que los señores de Dalmases estaban bien vestidos.
Hoy es uno de los lugares de copas más curiosos. Curioso por su acceso, ningún rótulo anuncia su existencia, creo que hay un papel en la puerta, una cuartilla con no se qué información cuando están abiertos.
La puerta está cerrada a cal y canto. Así que si no sabes dónde vas, te puedes dar una buena vuelta sin encontrarlo.
Una vez que ya sepas dónde es, debes llamar a la puerta. Un hombre anciano te dirá que qué quieres, resulta obvio, tomar una copa. Te preguntará cuantos sois. Entonces te dirá que esperes, y cerrará la puerta nuevamente.
Pasados unos minutos, vuelve y esta vez si franquea el paso.
La primera impresión es que estás entrando en la casa de un extraño coleccionista, una ambientación absolutamente kitsch, música gregoriana, ópera, clásica... con un volumen adecuado. Sofás antiguos con damasquinados, sillas y mesas de forja, luz de velas, imaginería religiosa, relicarios, pinturas y tapices... todo n gran abundancia y desorden estudiado.
Precios de tarifa, es decir, lo mismo que en cualquier parte, unos 1o euros el combinado, si no pides nada especial, más o menos.
Por lo menos en un mundo de diseño minimalista es un sitio tan recargado que resulta agradable por rompedor, diferente. No iría a diario, pero si estoy por la zona, ¿Por qué no? Al menos es original.
Que yo sepa, el local no destaca por sus coktailes, a mi me ha pillado en fase de tomar cerveza. así que no puedo opinar sobre la calidad de los mismos.
El Palau Dalmases está en la calle Montcada, 20.
domingo, 1 de marzo de 2009
Coloimport

Básicamente se divide en 5 áreas, una primera con tés de todas partes y sabores. Una segunda con conservas nacionales, sales, especias, aceites, olivas, salsas. Una tercera con alimentos de sudamérica, dulce de batata, de leche, zumos de frutas tropicales, refrescos, ají, salsas típicas, y otros productos propios del continente sudamericano. En la cuarta encontramos los productos de las cocinas orientales, salsas de soja, mirim, aceite de sésamo, fideos de arroz, algas. En la quinta zona, por decirlo de algún modo, cantidad de objetos para el servicio de un catering, de una comida, desde palillos muy originales, brochetas, palillos de bambú, cuencos de madera, cristal, porcelana... de todas las formas posibles para hacer más apetitosa e higiénica la comida que se sirve.
Yo disfruto comprando olivada, muy rica la marca que aquí venden, una de ellas... también compré salsa de soja, guisantes con wasabi, cacahuetes con leche de coco, y alguna que otra delicatessen, como los esferificados de frutas (fresa, limón,...) tan adecuados para servir en canapés de foie o pescado, según se quiera combinar el sabor.
En fin, si tenéis que preparar un comida y queréis sorprender, Coloimport es una opción a tener en cuenta.
Coloimport está en la calle Rocafort, 85, justo por encima de Gran Vía. Pero también dispone de tienda on-line en http://www.colofruit.com/
Thai gardens

Quizá es un problema de luz, de noche al usar más la iluminación eléctrica da una sensación más viva, pero las tres últimas veces que comí al mediodía el restaurante estaba casi desierto.
Y lo mucho que me gustaba hace unos 8 años, cuando iba de noche y me parecía exótico en su justo punto. Dispone de un comedor para comer a la oriental, sobre un cojín y con mesas bajas, y otro comedor con mesas y sillas a la occidental.
Casi siempre he comido un menú degustación, no excesivamente caro pero bastante completo, decorado con frutas talladas.
El menú del mediodía no está mal, ni de precio ni de contenido. Con el recurso de los sempiternos rollitos, los fideos y arroces.
Mi relación con el Thai fue de más a menos, muy intensa al principio, me gustaba ir por el impacto que produce pasar del Paseo de Gracia barcelonés al interior de un jardín de Thailandia con cruzar el quicio de una puerta, dónde una joven te recogía tu abrigo y te ofrecía un coktail o una cerveza thai.
Prometo ir un día de noche para ver si me reencuentro con la magia de la primera vez.
El Thai Gardens está en la calle Diputació, 273 casi tocando al Paseo de Gracia. Teléfono 934879898. http://www.thaigardensgroup.com
I buoni amici

Es la idea que he sugerido varias veces, la autenticidad de una cocina, un restaurante no es italiano por tener pizza y macarrones a la carbonara. Aquí si pides agua te traen acqua Panna, si la pides con gas (frizante) San Pellegrinno. Para acompañar la comida siempre he pedido chianti, concretamente Peppoli, una maravilla.
Lo malo es que soy de ideas demasiado fijas, siempre que voy tomo exactamente lo mismo, con una excepción. Antipasti a base de mortadela de bologna, pomodori sechi, terrone di parmeggiano. Este restaurante propició mi reencuentro con la mortadela, que cosa tan olvidada y tan rica, comida con los pomodori y el pan de romero.
De entrante, a compartir o no, siempre "tonno al gusto di Ester" un carpaccio de atún sobre un lecho de canónigos y patata, con una fritada de guindilla y ajo por encima. Se me hace la boca agua.
Y de plato principal "tagliatta luz de gas", un entrecot a la piedra (en este caso plancha de hierro colado) con patatas de guarnición, y una ensalada de rúcula y spek, con su aceto balsámico, delicioso. Acompañado con flor de sal de la Camargue y aceite al tartufo bianco, que le confiere el aroma a camping gas. Estructurado, sencillo, completo, delicioso.
De postre, un surtido de chocolatinas, con galletitas, catanias, unas tonterías para acompañar el café.
Al poco tiempo de empezar a ir se produjo el efecto dominó, de encontrarme en la puerta con gente que habían conocido el restaurante comiendo conmigo, pero que habían quedado con otro grupo, lo mismo que yo me encontraba con Marcelo. Excelente señal.
Inconvenientes, el servicio te habla en italiano, pero si les contestas en italiano te hablan en español, cosas del idioma. Cuando están al completo, y al mediodía lo suelen estar te vuelves transparente para los camareros. Un día me tuve que ir sin tomar el café por que media hora me parecía un buen tiempo de espera entre postre y café. Ese día lo pasé fatal, no nos traían la bebida, nos trajeron los antipasti dos veces y nos metieron bronca, una diferencia de más de 15 minutos entre que trajeron el primero al primer comensal y al último. Fatal, aunque no es la tónica. Y cuando pasé por caja me lo cobraron todo como si hubiesen funcionado bien, incluso el café que no tomé. Ese es otro, el precio, se puede comer de pizza para calibrar el precio, pero en términos generales es una cocina de calidad, y en consecuencia usa materia prima de gama alta, el precio está alineado. No digo caro, por que tiene una correcta relación calidad precio.
El restaurante de Daviano es recomendable por su cocina, probad suerte con el tema camareros.
I buoni amici está en la calle Casanova, 193. Teléfono 934396816. Casi a la altura de la Diagonal.
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