
Uno de los problemas de Barcelona es encontrar verdadero pan, cocido como antes y que no sea un trozo de goma o una piedra a las 24 horas. Son varias las panaderías que afortunadamente son una excepción brillante en las que sirven productos más o menos artesanos, tan lejos de esas horribles masas congeladas de las panificadoras.
Son sabores de la infancia, en eso también tuve una enorme suerte, en el piso de mis padres, en Barcelona, la ventana de mi dormitorio daba a un patio de luces por el que ventilaba el horno de un tostadero de café, y la cocina también daba un patio interior en el que ventilaba un horno de pan. Esas mañanas de primavera calurosa me despertaba con un denso aroma de cafe que invadía hasta el último rincón de mi dormitorio, y cuando entraba en la cocina mis glándulas salibares ya no daban a basto ante el aroma a pan recién horneado, pero en casa consumíamos frecuentemente el pan del horno del pueblo, de Sant Celoni. Unas hogazas que se mantenían tierna casi la semana completa.
Con el paso de los tiempos la mayor parte de los hornos de siempre se fueron traspasando y la calidad del pan degradando con algunas honrosas excepciones, Pa Serra y el horno Mistral, que tenía dos despachos, uno en la Ronda de Sant Antoni, que todavía se llama Forn Mistral, y el Forn del'Avinguda que competía producto, especialidades y logotipo con el de Ronda hasta hace unos cuatro años.
Mistral creo que sigue siendo el proveedor del pan de flauta que usan en el Vinitus, La Flauta, etc, además, algunas veces en el Vinitus con el café me ponían un par de croissants rellenos de chocolate de manufactura inconfundible, no más grandes que la yema de un dedo, rellenos de auténtico chocolate y encalados con azúcar glas.
El Forn de l'Avinguda ha seguido con su manufactura impecable de las coques de forner, las ensaimadas, y los dulces propios de las fechas. Ahora tienen unos deliciosos buñuelos de cuaresma,hasta hace unos días borregos de Sant Antoni y además de toda una serie de dulces tentaciones, como las porciones secas y tostadas de ensaimadas o cocas. Pero cuando echo de menos los croissanitos tengo que ir hasta la Ronda.
Pero no es a por dulce a lo que se va a la panadería, aquí nos ofrecen cada día un pan especial, los miércoles centeno, los sábados de olivas, también tiene pan de maíz y un montón de especialidades, desde la chapata al pagés de Valls pasando por los molletes de Antequera y a temporadas pan de aceite como el que degustaba en Valadolid. Pan horneado por la tarde, pan de llama con la corteza más dura y en consecuencia mejor resistencia y durabilidad... Pan para todos los gustos, o casi como atestigua la enorme cola que hay en la puerta con demasiada frecuencia.
Además, cúantas panaderías hay en Barcelona que respeten la norma que quien sirve el pan no puede cobrar. Pocas...
Las dependientas no hablan inglés así que más de una vez me ha tocado explicar a los turistas que era una ensaimada. Lamentablemente, ellos lo tienen difícil para repetir, yo no y repito siempre que puedo.
El Forn de l'Avinguda está en Avenida Mistral, 60, teléfono 93 325 52 44, Tienen un despacho en la vecina calle Entença, en el número 33.
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