martes, 31 de marzo de 2009

Casa Jacinto

Bueno, son las 2 de la tarde, y parece que un problema irresoluble se ha encarrilado. Esta mañana abandoné una presentación interesante para acudir a una cita previamente marcada en la agenda. Durante la presentación han introducido términos deliciosos, neologismos relacionados con la tecnología de la información. La palabra que me ha gustado "Infoxicación", me gusta por que cumple las normas de Lewis Carroll para crear palabras maletín, como mi famoso "hambriolento". "Infoxicación" es el síndrome que padece el pobre usuario de Google, cómo tú, que quiere ir a cenar al restaurante "Casa Jacinto", abre google y escribe "casa jacinto Barcelona" y le aparecen aproximádamente 631.000 resultados. Aproximádamente, ponte a contarlos. Y claro, el pobre usuario, si verdaderamente quería conocer una opinión del restaurante, le caben 2 opciones, fiarse de los criterios comerciales de Google y ver las reseñas de la primera página, o exigirse un poco más a uno mismo, y hacerse una tortilla a la francesa con pan con tomate, cena socorrida allí dónde las haya, y cenar en casa, eso sí; ya que no vivirás el tiempo suficiente para leer todo lo que está publicado bajo ese epígrafe en internet. Entre tanta referencia,también es mala suerte que hayas venido a parar a mi blog, que en vez de una crítica a lo Néstor Luján te encuentras un esquiador derrapando sobre su verbo. Lo siento, haz clic en la siguiente referencia de google, que será aún peor. Me atrevo a pronosticar que la siguiente referencia de Google es una animación dónde un cuerpo con cara de Britney Spears se está ventilando a un tal Jacinto en su casa de Barcelona. Y eso sobre un tema trivial, imagínate si buscas información sobre una enfermedad seria, o simplemente eres padre novato, el niño está graduándose en la universidad y tu sigues viendo fotos de embriones. Antes esto no pasaba, mirabas en la Espasa de casa, y los tres libros y revistas de referencia (el TP, la guía del ocio y el Comarques) y si estaba lo que buscabas, pues bien, si no, a la aventura. Dicen que el saber no ocupa lugar, ocupa tiempo, que es un bien más escaso. Así que habiendo abandonado estas reflexiones, y otras... Acudí a mi cita para encarrilar un problema irresoluble. ¿Eso cómo se hace? Mi profesor de matemáticas, en segundo de BUP ya me dio la clave, no me canso de repetirlo. Plantear los problemas ayuda a resolverlos, acometerlos por etapas, obtener resultados parciales. Esa es la clave del éxito. Contento como estoy por haber descubierto el fuego, yo y el cliente acudimos a Casa Jacinto a darnos un merecido homenaje, y es que Can Fusté que nos queda igual de cerca lo tenemos muy visto, son las 2 de la tarde, tenemos apetito, apretamos el paso. Lo primero que me ha llamado la atención, la sala de no fumadores estaba casi vacía, solo dos mesas ocupadas. La sala de fumadores estaba a reventar, solo dos mesas vacías, cuando nos hemos sentado nosotros, quedó una. Ambas salas son del mismo tamaño. No quiero sacar conclusiones absurdas, como que los no fumadores van menos a restaurantes, pero los que fumamos no ganamos para vicios, eso está claro. Unos entrantes a compartir, muy correctos, pero no hemos pedido nada sofisticado, un salteado de ajetes y setas y unos buñuelos. De segundo, A. se ha pedido un solomillo de buey, yo un bacalao con romesco, y de postre coca de Llavaneras con el café. Todo regado con vino de la casa, un Loriñón correcto. De caro, hombre, pues no es un menú, la broma sube. Pero se come bien, la relación calidad precio es mejorable como casi todo en la vida. Quizá Can Fusté es un poco más provocador en sus propuestas y Casa Jacinto más tradicional. Siempre que uso el adjetivo "correcto" me recuerdo de Carlitos, con quien comí por primera vez en la Casa Jacinto. Cuando hacía burla de mi jefe, ver post "El Xalet de Montjuic" usaba esa muletilla que a mi tanto me sacaba de mis casillas. "Corrrrrrecto". Dicen que Casa Jacinto es uno de los restaurante dónde come el Rey cuando está en Barcelona, lo he oido también de Ca l'Isidre y de la Puda. Yo solo me lo he tropezado, y nunca mejor dicho, en la Casa Gaig, el de los postres Danone, pero no en la calle Aragó, sino hace tiempo en el P. Maragall. Otro que casi me caigo fue a P. Maragall, siendo honorable, en la Puda Can Manel, y es que uno entra en los sitios con paso decidido y los escoltas casi me hacen la trabanqueta. Casa Jacinto, en Gran Via Carles III, 29. Teléfono 933390023. No es cuestión de atravesar Barcelona para ir a comer a Casa Jacinto, pero si estás por la zona y te apetece comer bien sentado, entiéndase, con sobremesa, es un buen lugar. http://www.casajacinto.com

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