viernes, 13 de marzo de 2009

El teu racó

He salido a fumar un cigarro a la calle. En la puerta hay una protesta sindical, un par de compañeros se han acercado a saludarme. Uno de ellos es, además, amigo antiguo. No tardamos en ir a tomar un café al "xamfranet" como lo llamo yo, o "el teu racó" como se llama en realidad, nombre puesto por Jaume, el orgulloso dueño. Cómo definir a Félix, diré lo que me une, ambos siempre hemos militado en sindiatos ácratas, pues creemos que el compromiso es único, o con los trabajadores o con el capital, pero no se puede pasear por las dos orillas del río a la vez y no ahogarse. En su condición de ácrata, reconvertido poco a poco en hombre más o menos de izquierda, Félix es un firme defensor de la igualdad de los hombres y por eso ha hecho bandera de la lucha contra la diferencia. Especialmente los que establecen esa diferencia en el derecho basado en la cultura o los privilegios medievales. Antropólogo de formación y luchador no siempre comprendido de ejercicio. Félix estaba en el Tívoli, como secretario de la entonces gestora "Ciutadans", Félix estaba en el Foro Babel, en Fundación Concordia y en otros tantos proyectos por perseguir la pluralidad en la base de la igualdad. No hace falta decir la de veces que los "progresistas" que de tan progresistas y de izquierdas podrían llevar Martins y cabezas rapadas han amenazado la vida de Félix, pero impertérrito sigue hablando de libertad, de la buena, de la que emana del respeto a uno mismo y a los demás desde la igualdad. Un lujo hablar con él. "El teu racó" es un pequeño bar, minúsculo, desordenado. Tiene la ventaja que dentro, o en su terracita siempre tengo un amigo sentado. Su mejor virtud su mayor inconveniente. EL dueño, Jaume, un tipo con buen humor, y su cachaza, pone cafés y bocadillos de pan de coca mientras juega partidas en su playstation al FIFA 2008. Al mediodía, ensaladas, fondues, y siempre una palabra amable. Cierra los lunes y esta en el mismo chaflán de la calle Mallorca con Viladomat, hace unos cuantos traspasos, este sitio se llamaba el Chamonix y está a pocos metros de dónde estuvo la primera casa de mi abuela en Barcelona.

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