sábado, 14 de marzo de 2009

Mendizábal

Llego tarde, he cogido un taxi para ir deprisa, la ronda de Sant Antoni, en obras por el traslado del mercado, hace de dique sobre el tráfico de vehículos a un Raval siempre intransitable. Un camión de bomberos, de maniobras por la calle Carmen con un callejón, creo que Sant Francesc, ha complicado aún más el tráfico, Cruella me ha llamado lo que me ha permitido adelantar mi pedido por teléfono, un bocadillo de atún. Habíamos quedado en esa terraza de la calle Hospital que sabe a Romea. Un bocadillo de atún con pan de pasas, agradable y extraño, con aceite de perejil, tostadito suavemente, crujiente. Cruella y Aprenent de Bruixot, en adelante Aprenent, han tomado la especialidad de la casa, mango con jamón planchado y brie. Me recuerda mucho a un plato de la Casa Lucio, mango con jamón y foie. Allí me he enterado de la sugerencia que en mi otro blog, el relativamente privado, una de mis invitadas adoptase el mote de "Doña Croqueta". La idea me ha hecho sonreír, por que a petición de su público incondicional la he visto preparar cientos de croquetas, y siempre se acaban, la verdad es que Doña Croqueta cocina genial, croquetas o lo que se proponga, pero Cruella no va a la zaga, y si tienes el lujo de que un día la una te preparé el primero, pongamos un consomé y la otra te prepare un segundo, como atún en fricandó (y 14 platillos más) solo cabe dar las gracias a ambas por ese "duetto" en los fogones. En realidad son toda una orquesta, con más solistas que también ejecutan con distinción sus piezas.. Pero hoy el cuarteto era otro en el Romea actúa Pagagnini... una de sus últimas representaciones en Barcelona de su actual espectáculo. El teatro estaba hasta la bandera, el público entregado desde antes de levantarse el telón y ha pasado lo que tenía que pasar y es que el publico ha cobrado un protagonismo que no le corresponde, al repartirse el espectáculo a partes iguales con el elenco. El espectáculo está bien, es gracioso, y Ara Malikian y sus acompañantes disfrutan cuando interpretan sus instrumentos, y transmiten esa pasión. Los números cómicos que montan entorno a sus interpretaciones si bien no son originales, son equilibrados. Lo he pasado bien. Y cómo de todo se puede sacar moraleja, la conclusión moral de la comedia bien podría ser "El que más afina al principio es el que luego desentona", otra que viene a cuento es de la sabiduría toscana de Claudia "Il diavolo, anche manchino, gioca il violino". La terraza del Mendizabal es ideal para hacer un bocadillo, siempre agradable, y aún mejor si es en buena compañía, que siempre enaltece el sabor de las cosas, y con un precio moderado. A la vista de como sirven, hemos rememorado aquellos tiempos en que en las terrazas de los bares había servilleteros ¿Recordáis? De acero, más tarde de plástico rojo con publicidad de coca-cola, o naranja con publicidad de trinaranjus, verde y publicidad de "seven up". Tiempos aquellos. Como adultos que ya nos hemos hecho, nos hemos entretenido en esa época en que la cerveza la servían con posavasos de cartón, o anilla de papel, para evitar que te mojaras al beber con el vapor condensado en el cristal de la copa. Eso pasó a la historia, Barcelona es el habitat natural de una especie que actúa con los servilleteros lo mismo que el ratoncito Pérez con los dientes de leche, servilletero que "abandonan" en una mesa, servilletero que va a la saca. Algún día leeremos en La Vanguardia que en un sótano de la ciudad han hayado docenas de miles de servilleteros robados. Hasta entonces, los bebedores de cerveza se mojarán la ropa al beber sus cañas. También me han recordado, menos mal, que mañana meriendo en Sant Cugat. El Mendizábal es un quiosco en la calle Junta de Comerç, en la misma esquina con Hospital, al ladito del Romea, y la recomendable y concurrida terraza desde la que verás deslizarse ante ti al bullicioso Raval, queda justo enfrente del Teatro Romea, ambos combinan perfectamente, como el ron y la coca-cola.

1 comentario:

Anónimo dijo...

M'ha agradat això de l'orquestra culinària :-)

Doncs sí, bona companyia, una terrasseta agradable, bons entrepans i teatre. Crec que és el tercer cop que anem al Romea aquesta temporada; les tres vegades m'ha agradat però cap no m'ha omplert del tot... Continuarem intentant-ho ;-)