domingo, 22 de febrero de 2009

El cangrejo loco

Ya había comido otras veces ahí anteriormente, pero el reencuentro llegó después de una paseo por la playa con Charito, Marisa y Gerardo. Habíamos ido al Escribà por indicación de Gerardo y no fue del agrado de Marisa. Es imposible comer al lado de una sartén donde están haciendo un sofrito y no oler. Es lo que tiene.
Llegamos al Cangrejo Loco en busca del glamour, y la verdad es que en el piso de arriba del Cangrejo, glamour no, pero si un cierto aire,... una sensación de comfort.
Un día soleado, el mar al fondo, el olor a mar, los barcos de la escuela de vela del "Port Olímpic", los bañistas en la arena, y unos entrantes típicos (buñuelos, anchoas, pan con tomate, jamón,...) y un arroz perelada de segundo. Todo esto regado con Remelluri.
Todos los platos servidos con impecable profesionalidad, el arroz en su punto de cocción.
La cena del Cangrejo que más me impresionó sería con Patrick. Nos acabábamos de conocer en una recepción en el "Parlament de Catalunya", a propósito de las elecciones que gana Montilla. Durante la recepción se produjo el efecto "caja tonta" se ve que me captaron las cámaras de TV3 comiendo una croqueta, y 10 o 12 amigos que me veían se apresuraron a llamarme al móvil. ¿Eres tú? No, mi primo.
Como la recepción era un rollo, y a mi no me quedaba gente por presentar a Patrick, y parecía encantado con el resultado electoral -grave error, como el tiempo le ha demostrado- le pedí ir a cenar. Y me dijo que sí, que me invitaba. Le llevé al Cangrejo Loco.
Patrick sería mi megajefe durante los próximos 2 años, y aquella noche en que nos conocimos, mientras dábamos cuenta de unos "rovellons" a la brasa me preguntó, ¿Tú crees en Dios?. Poneros en situación, cena distendida, megajefe con empleado, primera toma de contacto. Así que como ya hizo mi tio en la guerra civil, si hay que morir que sea por las convicciones. Mi tío salvó la vida gritando "Viva la República" a unos guardias civiles que le dieron el alto el 19 de julio del 1936 en la calle Galileo de Barcelona, dónde estaba la estación de Sants.
-¿Tú crees en Dios?
-Patrick, no tengo ninguna duda de que Dios existe.
-Pues tu Dios me castigará por las cosas horribles que he hecho.
Toma ya! Años después cuando harto de la situación laboral pedí la cuenta, Patrick me declaró "imprescindible" de manera que perdí cualquier opción a ser indemnizado. Lo que "raro" empieza, "raro" acaba.
El Cangrejo Loco está en el "Port Olímpic", tiene dos pisos, y terrazas. El comedor más agradable está en el piso de arriba, con vistas a Bogatell y la Mar Bella. Moll de Gregal, 29-30, teléfono 932210533.

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