Un día murió el hijo de Carmen, el "pico" dejó muchas bajas entre la gente de mi generación, y anteriores, como el hijo de Carmen.
Desde entonces, ir a comprar a la frutería de Carmen tenía algo diferente, había convertido la tienda en un templo a la memoria de su hijo, y así detrás de las zanahorias asomaba su hijo en traje de militar, o vestido de primera comunión donde las naranjas. Encima de la caja varias ampliaciones no dejaban envejecer el recuerdo.
Un día cerró la tienda y así estuvo varios años, hasta que unos daneses la traspasan y la reinauguran como galería de arte, a la que ponen por nombre "la Frutería" en la calle Olivo, 42, esquina con Lleida.
En la locura del primer salón 3GSM de Barcelona, Benq alojó en ese local un "showroom" y lo acicaló por competo, lo mismo que Sagem tomo la academia de danza de al lado.
Aunque nunca he llegado a comprar nada, tienen diseños interesantes, y algunas propuestas muy imaginativas. Ahora también se dedican al comercio del vino.
Allí compró Cruella de Vil y familia un cuadro precioso de la Diagonal de Barcelona desde Francesc Macià, y en la pared de la galería, ese día, se quedó una carretera franqueada de unos verdes árboles que parecía casi un trampantojo.
Visitad: http://www.la-fruteria.org/ y el fotolog http://bcngrafitti.blogspot.com/ de Peter Pan
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