jueves, 19 de febrero de 2009

Papabubble

Un snark es un serpurón, de snake + shark.
De la suma de ambas palabras, ambos conceptos, nace uno nuevo y distinto, lo que Lewis Carroll denomina "palabra maletín". Palabras que contienen otras palabras. No deja de ser una broma del autor de Alice in Wonderland, en este poema escrito al revés, es decir, el primer verso escrito es el último que se lee. Debí leer una traducción del poema con 18 años, más o menos, y desde entonces uso con cierta frecuencia una palabra de la que solo yo conozco el significado, algo tan inútil como bonito. "Hambriolento". Me parece un haiku. El hambre violenta, de hambre+violento = hambriolento. Queda claro, a estas alturas, que yo más que hambre sufro sobrepeso. Pero siempre he encontrado momentos más o menos oportunos para usar mi snark, no en los términos trágicos, sino para definir la impaciencia que trae la necesidad de cualquier tipo, fumar, beber, comer... o la interrupción de la rutina. Para combatir ese mal carácter nada como unos caramelos artesanos, como se hacían antes. Padres que tenéis hijos, no dejéis de visitar Papabubble, la confitería que está en calle Ample, 28, al final de Regomirs, y antes de Antonio López... más o menos. http://www.papabubble.com/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmmmmmmmmmmm! Uns caramels boníssims, recordo uns amb gust d'espígol...I a més maquíssims, que fan un goig quan destapes la capsa dels caramels i els veus, amb aquests colors...

I al Pappabubble no hi hem anat mai plegats, l'hem descobert per separat ;-)

Petons!

P.D Com continuïs publicant a aquest ritme t'acabaràs la ciutat de Barcelona. Per on continuaràs?

Peter Pan dijo...

:) Hi ha molta Barcelona a Barcelona... I molt "vivida".

Un petò!!!